El Girona celebra la permanencia perdiente y con poco entusiasmo

GIRONA"Cada partido del Girona en Primera debe ser una fiesta", reflexionaba hace unos años Jordi Guerrero, ex segundo entrenador rojiblanco y ahora compañero de aventuras de Domènec Torrent en México. Sabía de qué hablaba, el arbuciense, acostumbrado al barro de las categorías anónimas. Desde la distancia, seguro que ha iniciado una botella de cava con la permanencia actual, sufrida en el extremo de forma inesperada. Montilivi le ha celebrado en la clausura del campeonato, aunque sin mucho entusiasmo, algo que provocaría la mueca de Guerrero, que se soltaría para cantar y bailar, si fuera necesario. Pero tanto la plantilla como la afición están agotados y desgastados. Las vacaciones son necesarias. Ha ganado el Atlético gracias al hat-trick de Sorloth y un gol de Lenglet (0-4), un resultado exagerado en los minutos finales.

El año ha sido complicado, con tintes dramáticos que tan sólo el carácter de los veteranos ha resuelto. El Girona aguantó la respiración durante muchos meses, temiendo lo peor, concentrando todos sus esfuerzos en un tramo final angustioso, donde supo sobrevivir. Las luces de la Champions han acabado impactando de lleno en el equipo de Míchel, que se ha visto superado por las exigencias, externas e internas, condicionado por una planificación deportiva que no ha salido del todo bien e inmerso en un montón de ruidos, en los que, en vez de permitir disfrutar, ha provocado tensiones y mala marejada ambiental. Habrá que aprender de esta temporada.

Lo sabe Míchel, que salvo una sorpresa monumental seguirá haciendo mayor su huella y se sentará por quinto año consecutivo en el banquillo, y lo sabe Quique Cárcel, que da un valor inmenso al hecho de haberse asegurado la presencia en Primera por cuarto año consecutivo, y sí. El director deportivo, clave en la estructura desde hace una década, cuando el club era un solar, se emocionaba en el brillante debut en la élite contra el Atlético de Madrid, pero también debe soportar las críticas de quienes le recriminan que la pareja de delanteros de esa noche de agosto del 2017 era la misma que hoy se ha vuelto a en él. Stuani y Portu son dos aciertos sin fecha de caducidad, pero duele recordar los millones que se han destinado a jugadores que han fracasado. Antes, apenas existían expectativas, pero ahora los desbordan. Míchel y Cárcel tendrán trabajo este verano en reestructurar la plantilla y recuperar el modelo de gestión que tantos logros ha dado.

Sorloth decide

El último capítulo del año no ha tenido mucho misterio, con más golpes de calor en la grada que ocasiones, salvo algún error de Krapyvtsov en la portería, que también se ha comido el segundo. máximo.

Arthur y Asprilla han disputado buenos minutos, y Lino ha disfrutado de las mejores opciones de gol antes de la estampida de Sorloth, que tenía la espina clavada de haber perdido el pichichi que le manchó a Dovbyk el segundo tiempo con el partido. de Sorloth y Lenglet. Al final, Montilivi ha valorado con algunos pitos a un Girona que hoy se ha desconectado antes de tiempo, pero que se mantendrá un año más entre los mejores, sin duda, es la gran noticia del curso.