PRIMERA DIVISIÓN

El Girona comete un error tras otro y San Mamés no perdona

Tres errores individuales meten en un lío a los gerundenses, que ven peligrar el segundo puesto

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Berenguer, celebrando uno de los goles

GIRONAEn Girona todo el mundo estará enojado, porque lo que siempre ha salido bien, en San Mamés salió fatal. Los errores individuales que cometió el equipo de Míchel le condenaron a la derrota ante el Athletic (3-2). Todo lo que hace habitualmente con los ojos cerrados se nubló, bien olvidado. Pero hay que tener memoria porque ese es el precio a pagar por defender el estilo que los gerundenses practican. En Montilivi se han puesto el babero durante toda la temporada y se han deshecho en elogios hacia unos futbolistas atrevidos que han logrado ser la gran revelación del fútbol europeo. Pero no siempre podrán acertar, porque nadie lo hace todo siempre bien. Nadie es perfecto.

Es cierto que ningún equipo debería permitir el hecho de encajar gol con un fuera de banda a favor cuando aún no se han disputado dos minutos de partido. Te juegues la Liga, un puesto en la Champions, el descenso o sea un día más en cualquier zona intrascendente de la clasificación de cualquier categoría profesional o amateur. Porque esta pifia es grave. Y es la que tuvo el Girona en San Mamés, para envolverse aún más en un enfrentamiento que ya era complicado. Pero eso fue porque en Montilivi la pelota no se rifa, se trata bien. Otros lo habrían arreglado con un pelotazo. Pero el Girona no, Girona quiere mimar la bola. Y se quedó con cara de bobo porque en total fueron tres meteduras de pata que tuvieron consecuencias nefastas y que provocan que los de Míchel vean las orejas al lobo: se mantiene segundo, pero la distancia con el Madrid es de seis puntos , y todos los rivales les han recortado. Los de Valverde, quintos en zona de Europa League, están ya a siete puntos.

Fueron Aleix Garcia, Miguel Gutiérrez y Juanpe Ramírez quienes se equivocaron. Primero García enviando un pase horizontal a Berenguer, que se lamió los labios antes de enviar el balón al fondo de la red de Gazzaniga cuando el gran duelo acababa de empezar. El centrocampista de Ulldecona tenía tiempo y forma por haber hecho cualquier otra cosa. Pero no, le dio el balón a su rival y provocó que los gerundenses, una semana más, se vieran por detrás en el marcador sin prácticamente poner los dos pies en el césped. En Madrid fue en el minuto seis; en Bilbao, a ambos.

Después fue Gutiérrez, cuando el Girona había logrado rebelarse tras la pausa, con un intento de asistencia de espuela que también aprovechó Berenguer. Y por si fuera poco, el error de Juanpe, inmediatamente después del de Miguel, no siente nada contundente en un rechace que acabó con Iñaki Williams casi cerrando el partido cuando quedaban treinta minutos que dejaron a los gerundenses muy tocados . En Bernabéu ya fue una tortura.

Sin fútbol cuesta más

El problema, sin embargo, fue que los de Míchel se olvidaron de generar fútbol. Y sin eso, todo cuesta más. Ya se intuía que mantener el nivel enseñado durante casi toda la temporada sería insostenible a largo plazo. Es lógico que se produzca una descarga de rendimiento. Como también se sabe que esta plantilla no caerá del todo, tal y como pronostican algunos videntes. En todo, la apuesta acertada es buscar el promedio. Cuando encuentras el equilibrio, tienes mucho ganado.

Como mínimo hizo acto de presencia. Era una noche demasiado importante para no presentarse. Tuvo muchas caras, el Girona, que pasó mal la mayor parte del duelo. Le costó mucho contener la intensidad bilbaína, porque Iñaki Williams fue muy pesado creando muchísimas oportunidades por la parte izquierda de la defensa catalana, con Miguel demasiado arriba y Juanpe demasiado solo. A Blind se le echó de menos.

El Athletic debió de maldecirse por no haberse ido al descanso con una ventaja más clara, porque si algo le apetecía al Girona era marcharse corriendo al vestuario a tomarse un respiro. Le fue de maravilla, porque salió con otro aire. Le duró poco, claro, reprobado por sus errores. Pero también tuvo chispas concretas en las que volvía a ser el Girona de siempre. Aquel Girona que no tiene miedo a nada. Lo fue con el empate provisional de Tsygankov y en el tramo final, cuando Èric Garcia recortó las diferencias para dar una emoción que sin el carácter rojiblanco no sería posible. Dovbyk, Savinho y Solís, en un disparo que Vivian desvió debajo de la línea, tuvieron el empate en el tiempo de descuento.

Esta es la peor dinámica de la temporada para un conjunto que nunca perdía y que acumula dos derrotas consecutivas y tres partidos sin ganar, algo habitual en otros tiempos pero inusual en este curso 2023-24. Y ahora, ¿qué? Pues que el segundo puesto peligra y que para confirmar su presencia en la Liga de Campeones tendrá que levantarse pronto. No hay más remedio.

  • Athletic: Unai Simón, Lekue (De Marcos, 31'), Yeray (Paredes, 85'), Vivian, Yuri, Prados (Vesga, 85'), Galarreta, Iñaki Williams, Unai (Sancet, 74'), Berenguer y Guruzeta (Nico Williams, 74'). Entrenador: Ernesto Valverde.
  • Gerona: Gazzaniga, Arnau (Valery, 74'), Éric Garcia, Juanpe, Miguel, Aleix Garcia, Yangel Herrera (Jhon Solís, 89'), Iván Martín (Portu, 74'), Tsygankov (Stuani, 89'), Savinho y Dovbyk. Entrenador: Salva Fúnez.
  • Goles: 1-0 Berenguer (2'), 1-1 Tsygankov (49'), 2-1 Berenguer (56'), 3-1 Iñaki Williams (60') y 3-2 Èric Garcia (75').
  • Árbitro: Sánchez Martínez (Comité Murciano).
  • Tarjetas amarillas: Juan Carlos (23') y Lekue (25').
  • Tarjetas rojas: Ninguna.
  • Estadio: San Mamés, 46.220 espectadores.
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