PRIMERA DIVISIÓN

"No puede vivir sin venir a vernos": así es el refugio de Valery, el único gerundense del Girona

Los de Míchel se enfrentan al Madrid en el Santiago Bernabéu con el liderato de Primera en juego

La familia de Valery Fernández, extremo del Girona, posando para el ARA.
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19/02/2024
4 min

GIRONA"Saldremos de casa a las ocho de la mañana, sábado. Cogemos el AVE a las nueve y media para estar al mediodía en Madrid. Tiempo de comida y hacia el Bernabéu, a ver qué pasa", explica Esther Estrada, la madre de Valery Fernández (L'Escala, 1999), el único gerundense de un Girona que intentará asaltar la primera posición de la Primera División en el campo del líder, del que le separan tan sólo dos puntos (18.30 horas, DAZN). Será un partido muy especial para el club rojiblanco y también para Valery, uno de los pocos supervivientes de la plantilla que ganó en el 2019 en la capital (1-2) y que el pasado año ya fue el capitán en un partido que acabó en empate (1-1). El Bernabéu es un estadio que le va bien, al Girona, que está protagonizando un año fantástico y sólo ha sufrido una derrota en toda la Liga, precisamente ante el Real Madrid, en Montilivi (0-3).

Quemar dos coches para ver jugar a los hijos

"Acompañamos siempre a nuestros hijos, no hacemos diferencias. Valery tiene más eco mediático, pero le amaríamos igual si se dedicara a otra cosa. Aquí, en casa, él no es el jugador de Primera, aquí sólo es Valery, un chico de 24 años", razona Esther, al que acompañan los hermanos del escalense, Noa Fernández, de 21 años, y los gemelos Nacho y Bruno Amoedo, de 14; y el padre, Manel Amoedo. Los chicos también juegan y lo hacen en el fútbol formativo de L'Escala. "Ahora ya no podemos conducir de noche, porque los chavales compiten más en serio. No te sabría decir los kilómetros que hemos hecho, pero sí hemos quemado dos coches", explica Manel. Las víctimas fueron un Mercedes y una furgoneta Volkswagen. "Siempre digo lo mismo: mucho frío, muchos bocadillos y mucho tiempo de espera", añade.

"En cuanto al carácter, Noa y Nacho se parecen al igual que Bruno y Valery. Estos dos son más tranquilos; los otros son más impulsivos", reflexiona Esther. Valery, a pesar de haberse independizado, sigue muy ligado a su entorno familiar. "No puede vivir sin venir", dice, orgullosa, la madre. Ahora hablan los pequeños. "Tenemos una relación muy buena, estamos muy unidos. La otra noche jugábamos online en la Play y hablamos casi todos los días. Y cuando viene, jugamos a fútbol en el patio de casa. Para nosotros es un referente: nos aconseja, nos recuerda que en el fútbol no todo es bonito, que son necesarios muchos sacrificios. Pero que nos toca disfrutar. Porque el fútbol es para pasarlo bien, a nuestra edad".

En la escuela, Nacho y Bruno les preguntan por su hermano. "Un día nos llevó y le hicimos entrar. No te imaginas a la gente que esperaba para chocarle la mano", aseguran, con cara de traviesos. De todos los estadios donde han estado, el Bernabéu y el Sánchez-Pizjuán son los que más les gustan. "Por el pueblo, nos felicitan por lo que está haciendo. Y a menudo es gente que no sabemos ni quién es ni cómo saben quiénes somos", admite Esther.

Valery, celebrando un gol ante el Atlético de Madrid esta temporada.

Consensuar los pasos a seguir

"Toda la vida le he ido detrás, con mis padres", concreta Noa, que describe: "Le apoyo, claro. Y lo cuido. Como él hace conmigo. Por la edad que tenemos, compartimos el grupo de amistad aquí en el pueblo. Y nos explicamos las cosas, nos decimos cómo nos sentimos". "Valery es muy protector. Se le quiere mucho, a Noa. Bien, amamos muchos todos", puntualiza Esther. La familia coincide en que el mejor momento futbolístico fue el del debut, junto a Eusebio Sacristán. Y la noche en el Wanda, en la que dio un golazo que eliminó al Atlético de la Copa. Ellos no olvidan la celebración, con Valery desubicado por lo que había hecho y mirando hacia la grada sin encontrarlos, pese a saber dónde estaban. "No nos veía, no. Qué momento, ese", rememoran, entre risas. También tienen presente el ascenso a Tenerife. "Todos llorábamos. Nos emocionamos muchísimo".

La vida de Valery ha dado muchas vueltas y su entorno es consciente de que ha vivido más cosas de las que debería haber vivido por edad. "Está yendo muy deprisa, tanto por lo bueno como por lo malo. Pero toca con los pies en el suelo. El primero es la familia", opina Manel. "No se le suben los humos ni se distrae y eso que alrededor puede tener muchas tentaciones y que muchas personas se le acercan por interés o con malas intenciones, desde que es conocido", expresa Esther.

La familia de Valery Fernández.

"Estamos alerta, porque es joven. Y ya detectamos si le ocurre cualquier cosa porque tenemos una especie de radar. Pero somos muy naturales, en este sentido. Los dos adultos seguimos teniendo nuestros trabajos y todos los hijos estudian. Sabemos quiénes somos" , detalla el padre. "Valery no desperdicia el dinero. No es nada materialista, valora mucho los pequeños detalles. Y antes de tomar cualquier decisión, la pregunta. Nos pide opinión. Continuamos consensuando cada paso", deja claro la madre. "No es estúpido, ya sabe lo que se hace. Él también selecciona quién quiere tener y quién no", defiende Noa. "Si sólo tiene 24 años, todavía tiene que madurar mucho más", verbaliza Esther. "Es inteligente y no se desviará de su camino. Nosotros somos su refugio", resumen.

En el 2019 Valery se rompió los crucigramas. Algo que aún hoy les duele. "No tiene nada que ver lo que se ve de los futbolistas de élite y la realidad que tienen. Es precioso formar parte del momento actual, de un Girona que se juega la Liga. Pero hay muchas preocupaciones, situaciones concretas y aspectos del día a día que te hacen bailar la cabeza. Él ha sufrido mucho, mucho", subraya Manel. Este sábado disfrutará, merecidamente, de un nuevo capítulo de un equipo con un deseo incansable por hacerla gorda. "Si ganaremos? No lo sabemos, ojalá. Lo que queremos es que Valery juegue y sea feliz. Como todos nuestros hijos", finalizan.

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