PRIMERA DIVISIÓN

El Girona golea al Alavés y convierte en cotidiano un liderazgo extraordinario

El olfato de Artem Dovbyk, con un doblete, y Portu liquidan el duelo por la vía rápida

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Artem Dovbyk, celebrando un gol con Yan Couto

GIRONAEl que más mérito tiene del liderazgo del Girona, porque el equipo de Míchel vuelve a ser líder en solitario de la Primera División gracias a su victoria ante el Alavés (3-0), es el hecho de conseguir convertir en cotidiano lo extraordinario. Como extraordinario se entiende lo que está fuera de lo habitual, de lo común. Como cotidiano, lo diario. Que el equipo rojiblanco maraville de este modo por los puestos líderes de la mesa, rodeado de gigantes, no era normal. Era, en pasado. Ahora ya sí que lo es.

Pasadas diecisiete jornadas de campeonato, los gerundenses le sacan dos puntos al Madrid, nueve al Barça y diez al Atlético de Madrid, que tiene un partido pendiente. Ni en la PlayStation existen estas diferencias, aunque se adapte el nivel a la mínima dificultad exigible. Cerca de Navidad, el Girona ha ganado catorce de los diecisiete partidos, sólo ha perdido uno y ha concedido un par de empates. Las personas con más antigüedad en Montilivi deben frotarse los ojos constantemente.

Hay que repetirlo y ser muy pesado: el Girona es líder de la Primera División. Y juega al fútbol como lo que es, el mejor equipo de la competición. Tras la exhibición del pasado fin de semana en el derbi ante el Barça en el Estadi Olímpic Lluís Companys (2-4) no se bromeó el partido ante el Alavés. Son estas las noches que provocan que los de Míchel estén en lo más alto. Por eso no cayó en la trampa de creerse favorito un lunes por la noche frente a uno de los equipos que, en agosto, cuando todos los rivales tenían los mismos puntos, era de su liga.

11.812 personas en la grada tampoco quisieron perdérselo. Aunque el partido fuera un lunes a última hora, en abierto por televisión y hiciera un frío irracional, una obra de arte como ésta debía vivirse en directo. Porque vale la pena comprobar el desequilibrio de Savinho, la solvencia de Dovbyk, los cambios de orientación de Iván Martín o las correcciones de Eric Garcia. Vale la pena ver al líder de Primera, el Girona, convertido en un grande.

Una confianza ilimitada

Porque apenas un par de minutos después de que el árbitro pitara el inicio ya había volcado su propuesta ofensiva de tal modo que parecía el minuto ochenta. Qué confianza, la rojiblanca, que no sufre por posibles desconexiones porque todo el mundo siente que este año la está haciendo gorda y que si siguen así, la fiesta puede ser inmensa. Estos futbolistas juegan bien y también curran, dos virtudes que, unidas al factor humano, convierten al grupo en imparable. En el minuto veintitrés ya habían marcado el primero, y en el descanso ya habían sentenciado el encuentro. Lo que decíamos, el Girona ya es un grande de la élite.

Y todo ello sin dos puntales: Tsygankov y Stuani, que se añadían a la baja ya conocida de Yangel Herrera. Míchel apostó por Portu, el decimoquinto hombre convertido en titular del Girona. En Montilivi todo el mundo sabe que el murciano, todo compromiso, no decepciona. Portu fue el autor del 2-0, tras aprovechar una asistencia de Yan Couto, protagonista constante, tanto como Miguel Gutiérrez, el otro gran descubrimiento del curso, por su peligro por la banda derecha.

Pero ahora, hablemos de Artem Dovbyk. El ucraniano, el fichaje más caro de la historia del club, un desconocido cuando aterrizó este verano aunque ahora las malas lenguas dicen que los petrodólares de Manchester hinchan la economía rojiblanca, se encaramó a los diez goles después de su segundo doblete en Primera. El primero sirvió para desatascar el marcador, cuando el Alavés rezaba para que le llegara algún balón a Samu Omorodion, que tiene muy buena pinta de futuro. Dovbyk aprovechó un rechace de Sivera a disparo de Couto para marcar a placer.

El tercero, ya en el segundo tiempo y de penalti realizado sobre el omnipresente brasileño, firmó el golpe definitivo para un Girona que incluso tuvo tiempo de dar descanso a algunos hombres, pensando en el partido del jueves en el Benito Villamarín. Un partido que servirá para cerrar un 2023 de fantasía en el que, contando los últimos seis meses de la temporada 2022-23 y el tramo inicial de esta 2023-24, el Girona sólo sería superado por el Barça, el Atlético de Madrid y el Madrid. Todo ello, bajo un juego fabuloso y abrazados al récord de Juanpe, que empató con Granell y Borja como el futbolista con más partidos de la historia del Girona en categorías profesionales (233).

Montilivi vive algo único en el tiempo que desea estirar lo máximo posible. ¿Y sabéis qué es lo mejor? Que el Girona de Míchel, todo un equipo de autor, no quiere que el liderazgo de Primera acabe nunca. Qué gozo,

  • Gerona: Gazzaniga, Eric Garcia, David López (Arnau, 79'), Blind, Miguel, Aleix Garcia, Yan Couto (Juanpe, 79'), Iván Martín (Jhon Solís, 74'), Portu (Valery, 64'), Savinho (Pablo Torre, 64') y Dovbyk. Entrenador: Míchel Sánchez.
  • Alavés: Sivera, Tenaglia, Rafa Marín, Duarte, Javi López, Guevara, Blanco (Benavidez, 78'), Gorosabel (Sola, 74'), Guridi (Rebbach, 61'), Rioja (Hagi, 61') y Samu ( Kike, 74'). Entrenador: Pedro Rostoll.
  • Goles: 1-0 Dovbyk (23'), 2-0 Portu (42') y 3-0 Dovbyk, de penalti (59').
  • Árbitro: Hernández Maeso (Comité Extremeño).
  • Tarjetas amarillas: Tenaglia (39')
  • Tarjetas rojas: Ninguna.
  • Estadio: Montilivi, 11.812 espectadores.
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