Incendio en el Girona: Míchel carga contra los jugadores y el club
El técnico rojiblanco dice que la planificación había que hacerla antes, y no con la Liga comenzada
GeronaEn septiembre de 2023, el Girona tocó el cielo en Vila-real. Dos goles de Dovbyk y Eric Garcia le daban el primer liderazgo de su historia en Primera División. Míchel Sánchez flotaba, el equipo gozaba y el club aparecía en cada rincón del planeta, maravillado con el juego de un conjunto que el madrileño había rescatado de Segunda para conducirlo hasta la Champions League. Casi dos años después, el mismo escenario fue testigo de una caída que traerá cola. Los gerundenses, con el equipo completamente deshecho, las estrellas traspasadas y los recién llegados nada adaptados, no compitieron (5-0) y ocupan el último puesto de la Liga. "Es mi peor momento como entrenador del Girona", aseguró Míchel, que después de unas semanas irreconocible en sus declaraciones dejó los modos de banda, cogió la metralleta y empezó a disparar contra los jugadores y el club.
"Estoy muy decepcionado, ahora mismo no somos un equipo. Me siento impotente, la sensación es que somos un equipo muerto. No me he sentido representado por los jugadores", dijo el técnico rojiblanco, que el primer dardo lo lanzó hacia quienes mandan en la entidad. "Yo creo en los proyectos y cada temporada es uno de ellos. Pero el de este año para alguien todavía no ha empezado. No sé si el club piensa que los primeros nueve puntos no son importantes, pero para mí sí", añadió. Las palabras toman significado con los problemas de límite salarial que sufre el Girona, que obliga a estudiar cualquier interesante oferta que pueda llegar a Montilivi, sea por el jugador que sea.
Esto hace, claro, que pocos protagonistas tengan la cabeza en su sitio, más atentos a escuchar propuestas por si pueden marcharse que a competir. "Es responsabilidad de todos, también del club. Si das la posibilidad de hablar y abrir puertas, y no sólo con uno o dos futbolistas, sino con seis o siete, no te puedes centrar. No nos estamos responsabilizando con la competición. Mi cuerpo técnico y yo estamos trabajando por los puntos que están en juego, pero desconozco si todo el mundo lo tiene claro".
Jugadores con la cabeza a otro lado
De los titulares en Villarreal, prácticamente medio equipo estaba distraído: Ladislav Krejci tiene un acuerdo para irse al Wolverhampton inglés por 30 millones; Yangel Herrera sabe del interés de la Real Sociedad y ve bien continuar su trayectoria en otro sitio; Daley Blind está tentado a probar otro destino; Jhon Solís es un claro candidato a hacer las maletas, y Tsygankov le han ofrecido a otros países. Pero la cosa no acaba ahí, porque para Arnau Martínez y Alejandro Francés, que no participaron en el partido, hay intereses en firme, y Miovski ni siquiera viajó, a ver si de ese modo encuentra un club al que acudir. Ésta es la situación, a finales de agosto y después de dos jornadas, con la que debe convivir Míchel.
"Hacía mucho que deberíamos haber formado el equipo, y no ahora. Sufrimos demasiado idas y venidas, y no tenemos el foco en la competición. Cuando esto ocurre después de una derrota, el jefe te dice que aquí no quieres estar, que estás de más… Porque hay tanto ruido e inestabilidad que nos falta el más equipo. Es muy duro, pero puede arreglarse. Cuando el mercado acabe nos miraremos en la cara y diremos «somos éstos». Y a partir de ahí, construiremos. Vamos un poco tarde, pero es lo que nos tocará hacer", resumía el Míchel más crítico de sus cinco ejercicios en Girona. Mientras tanto, ni los propietarios, ni el presidente, ni el director deportivo dan ninguna explicación a lo que está pasando.
"Quien no quiera estar aquí, que se vaya"
Algunos jugadores tampoco son ajenos al desastre y David López, que pidió perdón por la imagen, se alineó con el discurso de Míchel. "Se hace muy difícil explicar, todo ello. Pero si no partes de las ganas y la voluntad… Es inadmisible desde el punto de vista profesional". El central catalán fue también contundente. "No podemos estar así de apáticos, parecía que cada jugada nos daba igual. El mercado está planeando encima del vestuario: quien quiera quedarse aquí tiene que dar un paso adelante; quien no, que se vaya".
Los últimos días de mercado se vislumbran de mucha actividad, porque las inevitables salidas irán acompañadas de varias llegadas. Un centrocampista y un delantero deben aterrizar en Montilivi, y la cifra aumentará dependiendo del cacao con las bajas. Todo ello para apagar el primer incendio del año del Girona.