PRIMERA DIVISIÓN

Liderazgo al descuento y quién sabe si permanente del Girona en Primera

El equipo de Míchel provoca la locura en Montilivi con un golazo de Yangel Herrera en el minuto 91

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Savinho, jugador del Girona, luchando por un balón

GIRONAMás allá de la orgásmica victoria ante el Celta (1-0), es necesario aplaudir muchas cosas del Girona de Míchel, el equipo más divertido de la Liga. Ya se ha normalizado que cualquier rival se plante en Montilivi y renuncie totalmente a la posesión del balón, un arte que los futbolistas rojiblancos, especialistas en la asociación, han explotado en el extremo. Sólo el Madrid, al que supera provisionalmente por un punto, y sabiendo que podría perder la primera posición tras el clásico, se atrevió a cuestionarle ese dominio. Y de esa manera, porque antes del 0-1 que dio paso a la derrota gerundense se salvó en medio de una tormenta llena de arrebato y ocasiones.

El Celta, inteligente, detectó que sería el Girona quien tendría la pelota y decidió que no le haría falta para llevar el encuentro a donde quería. Porque el primer clasificado también tiene debilidades, especialmente cuando no está fino y preciso. También hay que decir que este equipo tiene muy mal acostumbrada a su afición, que ahora no quiere nada que no sea acercarse a la excelencia. Girona es como aquellos padres que compran de todo a unos hijos que siempre están rodeados de juguetes sin estrenar y que acaban jugando con los papeles con los que estaban envueltas. El Girona está educando mal a sus gentes, porque lo normal no es lo que está pasando esta temporada. El camino, en Montilivi, nunca había sido tan llano, ganando partidos en Primera con risas y felicidad. Hasta hace poco siempre había habido barro y piedras, desvíos complicados por los que no pasaban los vehículos principales.

Pero resulta que este curso sí, el Girona es protagonista. Y su gente tendrá que entender que habrá que aguantar cuando vuelvan los tiempos duros. Mientras, a disfrutar, que son cuatro días. Pero en la grada volvió a haber lío. Como en el césped no pasaba nada, al menos en la primera parte, todos los ojos se repartieron entre los 12.671 espectadores, que prefirieron estar en el estadio en la primera noche de Ferias en la ciudad. En el gol sur, zona donde se ubica el Jovent Gironí, marcada por la polémica porque se están de pie durante los partidos y la gente de atrás no ve, hubo revuelo.

Pelea en la grada

Fue al inicio, cuando se desplegó una bonita pancarta de apoyo donde se podía leer "Luchando con valentía, defiéndenos noche y día", con la imagen de San Narciso, el patrón de la ciudad. Pues bien, algunos aficionados del Girona hicieron boicot a la acción agujereando el mosaico con una llave, enfadados porque hace semanas que se las tienen con el grupo de animación. Estos, más enfadados todavía, se volvieron y se inició una pequeña pelea en la que los Mossos d'Esquadra se vieron obligados a intervenir. El cuerpo policial se llevó a cuatro miembros del Jovent y en señal de protesta e indignación todos se fueron.

El equipo de Míchel, que soñaba con el liderazgo en solitario, con un ojo puesto al clásico por si la primera posición podía ser permanente y no efímera, no creaba ocasiones, perdido en medio de la telaraña planeada por Rafa Benítez, un entrenador peculiar, defensivo. Hubo muy poco ritmo, con interrupciones constantes: desde un mareo a la grada de un aficionado a varias entradas que derribaron, entre otros, a Savinho, uno de los futbolistas más insistentes.

Con Aleix aislado y obligado a situarse a la derecha para iniciar jugada, lo que obligaba a Arnau Martínez, novedad en la alineación, a hacer de pívot, el brasileño fue el jugador que más lo intentó. Dos centros fuertes y llenos de veneno no fueron rematados ni por Dovbyk ni por Iván Martín. El Girona insistía, mientras en el Celta, que se estiró con un disparo de Bamba desviado por Gazzaniga, todo eso le iba bien. El empate lo firmaba con sangre; pero no los gerundenses.

La pancarta recordaba el hecho de luchar con valentía, un distintivo que el Girona cumplió. Rozó el gol Yan Couto, tras un contragolpe lanzado por Savinho. Míchel llamaba Stuani, Portu y Tsygankov. Toda la leña en el fuego. Y fue Yangel Herrera, en el minuto 91 con un cacao que antes golpeó en el palo, quien dio la primera posición en el Girona. Merecida, por supuesto que sí.

  • Gerona: Gazzaniga, Arnau, David López (Juanpe, 45+2'), Blind, Miguel, Aleix Garcia, Yangel Herrera, Iván Martín (Portu, 67'), Yan Couto, Savinho y Dovbyk (Stuani, 67'). Entrenador: Míchel Sánchez.
  • Celta: Guaita, Kevin, Starfelt, Unai, Manu Sánchez, Luca, Tapia, Dotor (Fran Beltran, 84'), Bamba (Mingueza, 74'), Aspas y Larsen. Entrenador: Rafa Benítez.
  • Goles: 1-0 Yangel Herrera (90+1').
  • Árbitro: Díaz de Mera (Comité Castellanomanchego).
  • Tarjetas amarillas: Yan Couto (45+7'), Kevin (55'), Unai (77'), Stuani (77').
  • Tarjetas rojas: ninguna.
  • Estadio: Montilivi, 12.671 espectadores.
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