"No es fácil ser mi hijo": el camino de espinas de Arnau Martínez en el Girona

GIRONAEl 1 de septiembre, alrededor de las dos de la madrugada, Rosa López estaba despierta. Le esperaba un día movido. Uno de los muchos que ha vivido. Primero, en el trabajo, de donde saldría hacia el mediodía para ir al aeropuerto. Tenía que tomar un vuelo a Sevilla, porque por la tarde jugaba su hijo. Rosa es la madre de Arnau Martínez, futbolista del Girona desde el 2018, en categoría cadete. El defensa, debutando en el primer equipo aún como menor de edad en el 2020, comparte generación con Ureña, Gabri, Artero y tantos otros que han quedado por el camino. Ese era un cadete fantástico.

Pero lo de jugar era un decir. López llegó con el tiempo justo al Sánchez-Pizjuán para ver ganar a los gerundenses, y cómo su hijo entraba en el césped en el minuto 89. Lo vio, pues, un minuto más el tiempo de descuento. La participación del catalán en el equipo de Míchel disminuyó muchísimo la pasada temporada, en la que la presencia de Yan Couto y Eric Garcia, añadido a una inoportuna lesión por el desgaste acumulado en el anterior curso, en el que prácticamente no descansó porque en la Liga sumó el Europeo con la sub-21 en verano, lo enterraron en el banquillo. Ahora, sin embargo, vuelve a vivir un momento bastante dulce, después de alternarse con Francés en el inicio de campeonato, y encadena dos titularidades consecutivas a un gran nivel, con capitanía incluida en el estreno de la Liga de Campeones en Montilivi.

López volvió al aeropuerto piernas ayúdame para volar hasta Barcelona. Tiempo de pasar por casa, ducharse, picar algo y de regreso al trabajo, a una nueva larga jornada de madrugada. Se había pegado una paliza sólo para ver jugar a su hijo un minuto. Pero ella, cuando se le pregunta el sentido de todo ello, defiende que "estaré siempre al lado de mi hijo. Juegue mucho o juegue poco. Este es un camino que hacemos juntos. Y cuando todo va bien es muy fácil estar ahí, pero hay que estar ahí siempre. En los malos momentos, más aún”. Su padre, claro, también le ayuda y estuvo en París en su debut en Europa.

El preparador de Lorenzo

A Martínez no le gustó perder el puesto el curso pasado. Fue uno de los héroes del segundo ascenso a Primera en Tenerife, marcando el gol de la sentencia, ya a las órdenes de Míchel, que ha sido muy exigente con él, consciente de su talento. El técnico espera mucho del barcelonés, y por eso está encima. Y el futbolista, que ha ganado la lógica madurez que da el tiempo, aunque tenga 21 años, está respondiendo con trabajo y silencio. De hecho, vuelve a hablar en el campo, que es donde hablar.

El lateral del Girona contrató a un preparador personal para mejorar su condición física, una vez entendido que había perdido la titularidad. Se trata de Iván López, especialista en guiar a deportistas de élite y que también trabaja con pilotos del Mundial de MotoGP. López es ultrafondista y durante muchos años vivió en Suiza junto a Jorge Lorenzo. "Se entrena como un animal cada tarde. Está cuidando todos los detalles", confirman desde el entorno del jugador, que se ejercita por las mañanas con el equipo en Vilablareix y por la tarde por su cuenta. El cambio es una evidencia y ha vuelto al primer plano de la actualidad deportiva por méritos propios.

"La gente sólo ve la parte bonita del hecho de ser un futbolista profesional, pero hay muchas cosas invisibles detrás que no son agradables. No es fácil ser un jugador de Primera. No es fácil ser mi hijo", también recuerda a menudo a Rosa. El vínculo de Arnau con el Girona es incuestionable, firmada su renovación hasta el 2027, pese a las mejores ofertas que en algún momento de su trayectoria ha recibido de fuera de Montilivi. "Estoy feliz aquí. El sueño está más vivo que nunca", pió una vez oficializada la ampliación contractual. El regreso de ese Arnau descarado que irrumpió con una personalidad sin límites es una de las mejores noticias de este inicio de curso del Girona de Míchel. "Qué orgullo, hijo", escribía la madre después de verle en el Parque de los Príncipes. "Todo el esfuerzo tiene su recompensa", suele aconsejarle. Y ya se sabe que las madres siempre tienen razón.