Un portero ucraniano desconocido sobresale en la derrota del Girona en el Reale Arena

GIRONALlegado a Girona en diciembre, Vladyslav Krapyvtsov debutó bajo los palos del Girona en el Reale Arena. El ucraniano llamó la atención gracias a una actuación fantástica y varios paros, aunque no pudo evitar la derrota de los de Míchel ante la Real Sociedad, condicionada por un penalti polémico y un gol en el tiempo añadido (3-2). Los gerundenses ya tenían el trabajo realizado, después de garantizarse que jugarán en Primera División por cuarto año consecutivo por primera vez desde su fundación, y por sexto año en el cómputo global. Un hito más de una etapa que será recordada.

Aunque no hay nada en juego, el fútbol siempre presenta historias nuevas. La última, la de Krapyvtsov. Habrá que estar atentos a su evolución. Tan sólo tiene diecinueve años, y no tuvo un estreno fácil: a los veinte minutos ya había encajado un par de goles. Pero no sólo no fue culpable, sino que ya había evitado que el marcador en contra fuera más amplio. El guardameta amargó a Barrene, Oyarzabal y, sobre todo, a Take Kubo. Su repertorio fue sorprendente, poniendo manos arriba, cerca de la escuadra, o abajo, rozando el palo.

Tampoco se inmutaba en la salida de balón, jugando con sangre fría. Sin duda, Krapyvtsov transmitió personalidad. Míchel lo escogió para dar descanso a Gazzaniga, y la apuesta le salió bien. Por ser fieles a la verdad, ya había debutado. Fue en la Copa Catalunya, en Andorra, hará algo de un mes. El de la portería no fue el único cambio del técnico, que convirtió en titular a Jhon Solís. El colombiano no lo era desde septiembre. Se mantuvo a Cristhian Stuani, que volvió a ver portería. La imagen del Girona fue buena y competitiva, alargando la inercia que le ha permitido confirmar la salvación.

Si perdió fue porque Ortiz Arias pitó un penalti de aquellos que nadie sabe por qué se señalan y porque en el descuento no supo controlar el resultado. Una leve entrada deshizo el empate provisional y confirmó la locura de un inicio con tres goles: el de Marín, rematando solo un lanzamiento de esquina; el de Oyarzabal, tras el citado penalti; y el de Stuani, que merece un capítulo aparte.

Stuani empata con Vinícius

La presencia de Stuani (y la de Portu, esta vez suplente) ha alterado el comportamiento colectivo hacia mejor. El sed rojiblanco marcó el undécimo gol del curso aprovechando una asistencia de Asprilla, que tomó buenas decisiones y tuvo mucha participación, pero acabó lesionado. El colombiano, de hecho, era el último jugador del Girona que había marcado desde que Stuani encendió al interruptor goleador. Fue el 13 de abril. Desde entonces, el gol del Girona llevaba el nombre de Stuani. Hablamos en pasado porque Portu hizo el 2-2.

Stuani ha hecho tantos en tan poco tiempo que incluso ya se asoma en el listado de máximos goleadores de este curso en la categoría. En San Sebastián atrapó a Vinícius, al que algunos señalaban como favorito en la carrera por el Balón de Oro. Quizás lo que debería tener alguna debería ser Stuani, pues. El Girona insistió en busca del empate, y parecía que Iván Martín lo haría, pero la noche se guardaba todavía un toque romántico: el autor del gol fue Portu, el otro gran protagonista de la permanencia. Pero los de Míchel se deshicieron en el minuto 91 con un gol de Mariezkurrena.