PRIMERA DIVISIÓN

La psicosis que rompe récords en el Girona de Míchel

Crisis médica sin precedentes en la plantilla rojiblanca, afectada por las lesiones musculares

Arnaut Danjuma, titular en Mestalla, en una acción del encuentro.
14/11/2024
3 min

GIRONA"No podemos entrenarnos, no podemos", lamentan fuentes de la plantilla del Girona, que está sufriendo una crisis médica sin precedentes y que va más allá del calendario, en el que este curso debe compaginar tres competiciones. Los problemas tienen su origen en verano, cuando la pretemporada estuvo cargada de conflictos. Jugadores lesionados en la Eurocopa, fichajes escalonados, un virus y una carga individual diferente entre los propios futbolistas, además de que no hubo suficientes sesiones para igualar los niveles entre los integrantes del grupo, ya provocaron que el colector colectivo empezara descompensado a escala física. Una realidad que esperaban rectificar con el tiempo, pero que no ha hecho más que empeorar.

Tan sólo ocho hombres han evitado quedarse en serio en la enfermería –algunos con golpes y otros al límite, porque no han tenido más remedio que jugarlo prácticamente todo–; el resto, unos quince, han estado en un momento u otro, a menudo coincidiendo en bloques de una decena y la mayoría con lesiones musculares, lo que ha provocado imágenes surrealistas, con banquillos casi llenos de adolescentes desconocidos que nunca habían probado la élite. Los entrenamientos de calidad que tanto reclamaba Míchel han quedado olvidados, ya que los técnicos y preparadores físicos han tenido que tener más cuidado que nunca de unos jugadores que parecen de cristal. "Nos da respeto jugar, porque no sabemos quién será el próximo en caer", decía recientemente David López, uno de los que se han salvado. Que toque madera, por lo que pueda ser.

La Liga de Campeones, preciosa y cruel a la vez, tampoco ha permitido respirar lo más mínimo cuando el vestuario ha pedido una pausa a gritos. Los enfrentamientos cada tres días han dado la vuelta completamente a la preparación rojiblanca, que si la pasada temporada tenía una semana entera para estudiar, con prácticas encima del terreno de juego, de qué manera se enfrentaría al rival de turno, ahora un buen grueso a veces debe conformarse con encerrarse en una sala delante de un reproductor e imaginarlo y analizarlo con cortes de vídeo. El viernes de la semana pasada, sin ir más lejos, la sesión tuvo una duración de treinta minutos, cuando el día anterior habían tenido fiesta. Los hábitos son opuestos totalmente.

Durante el tramo más reciente de Liga el Girona ha priorizado no precipitarse y no tomar más daño antes que arriesgar. Porque no son sólo las bajas en sí mismas, sino que también cuesta encontrar el momento adecuado para reincorporar las piezas a la actividad rutinaria, con la distancia física que existe entre los sanos y el resto. La preparación no es ni mucho menos la ideal y la teoría en cuanto a una lesión muscular anuncia que los futbolistas se rompen porque fuerzan en los partidos yendo cortos de carga, o porque van más cargados de la cuenta y se sobrecargan. La realidad es un misterio.

Stuani, con problemas físicos, ayudado por Juanpe en un partido en Montilivi.

Autocrítica sin señalar responsables

Míchel también hace autocrítica y se pasa las noches pensando cómo puede hacerlo para que las quebrantaduras de sus hombres se detengan: "He revisado entrenamientos, repaso los minutos que ha jugado cada uno, pero ni puedo controlarlo todo ni puedo hacer una alineación pensando que ics futbolista debe jugar sólo ics minutos. La situación es muy complicada, pero también me está sirviendo para aprender”.

Ni una mala palabra hacia los hombres de su confianza ni ningún señalado como responsable, a pesar de que tantas lesiones musculares puedan hacer pensar en cierta incapacidad para estructurar y organizar una plantilla que básicamente no pasa de entrenamiento previo, día de partido , recuperación, descanso y volvemos a empezar. En su boca: "En cuanto a la gestión, es el peor momento de mi trayectoria como entrenador", dice, y para poner una pequeña dosis de humor añade: "Hacer la alineación es lo más fácil, porque sólo tengo que mirar a quien tenemos".

Actualmente el Girona no puede utilizar un lateral derecho (Francés), un central (Krejci), un par de centrocampistas (Solís e Iván Martín), un interior (Misehouy), dos extremos derechos (Asprilla y Tsygankov), uno extremo izquierdo (Danjuma) y dos delanteros (Abel Ruiz y Portu). Durante este paro se vislumbra que recupere a unos cuantos (Krejci, Solís, Iván Martín y Tsygankov, y quién sabe si Asprilla y Abel Ruiz), pensando en el derbi contra el Espanyol del día 23. Contradictoriamente, ha sumado dos victorias consecutivas que le han impulsado. "Es jodido para todos, pero debemos tener personalidad. En el fondo, lo importante es ser nosotros mismos en todo momento. Seamos los que seamos", defiende Míchel.

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