Guardiola vive un infierno y cae eliminado en el Bernabéu (3-1)

BarcelonaA veces tienes la sensación de que, hagas lo que hagas, te va a tocar perder. Que siempre te saldrá cruz, como si fueras víctima de un hechizo. Este año Pep Guardiola siente que, haga lo que haga, le tocará perder por primera vez en su larga carrera. Durante años, él ha mortificado a sus rivales creando proyectos ganadores, pero este año al técnico de Santpedor no le sale nada. En una noche para olvidar, el Real Madrid hizo mayor la herida del City eliminándole de la Liga de Campeones en un partido que no tuvo historia. Fue demasiado fácil para un Madrid liderado por el talento de Mbappé. Los blancos hacen fiesta grande y Guardiola vive un auténtico vía crucis.

Aunque Guardiola no había parado de pensar cómo podía hacerlo para levantar una eliminatoria que ya se había complicado tras perder la ida cruelmente (2-3), ya a los tres minutos de juego quedó claro que no tenía nada que hacer. Mbappé transformó un pase largo a espaldas de los centrales en el primer gol en una jugada en la que el central Stones se lesionó. Todo en contra, nada cara.

No es el año de Guardiola, que intenta ir renovando a un City castigado por las lesiones. De hecho, el técnico de Santpedor sorprendió al dejar en el banquillo Haaland para hacer jugar al egipcio Marmoush, que, fichado en enero, acababa de marcar tres goles en el Newcastle. El ex azulgrana Nico jugaba en medio del campo junto al ex azulgrana Gündogan, y el joven defensa uzbeko Khusanov entraba en el lateral derecho. Como era de esperar, los ingleses tuvieron mucho balón y fueron buscando espacios cuidando el esférico, siempre valientes, siempre dispuestos a morir futbolísticamente, si fuera necesario, defendiendo sus ideales. El City tocaba mucho el balón, y el Madrid poco. No hace falta más, en el equipo de Ancelotti. Asencio, el defensa, levantó la cabeza, vio muy lejos a Mbappé corriendo y le envió un pase larguísimo, como hacen los quarterbacks en el fútbol americano. El francés fue más rápido y no perdonó en una jugada que no podía ser más gráfica de cómo juega uno y cómo juega el otro. Uno quiere atacar y construir, uno hace bastante esperando y golpeando. Cuestión de estilos.

Obligado a hacer dos goles, el City empezó a tocar el balón medio frustrado, sin encontrar espacios en la defensa de un Madrid que, cuando podía, intentaba activar a los brasileños Vini y Rodrygo para que salieran corriendo. El City no sabía muy bien qué hacer con el balón, sin movimientos a espaldas de la defensa blanca, con muchos jugadores descentrados, llegando tarde. Poco a poco, el Madrid fue sumando más posesión y firmó un buen partido en parte porque el rival no conseguía morder. Asencio, el central canario que ha alcanzado la titularidad casi por casualidad entre debates por su participación en un escándalo sexual, firmó un partido magnífico –ganó cada duelo en la delantera inglesa–. Y en ataque Mbappé sabía que el guión del partido era el ideal para su juego y marcó el segundo antes del descanso, tras recibir un pase de Rodrygo. Una cadera y un disparo seco del francés y el Madrid ya ganaba por 2-0. El ex jugador del PSG celebró el gol imitando con la mano la acción que había hecho, como si quisiera que todo el mundo tuviera claro lo que había hecho.

Un equipo perdido

Perdiendo 5-2 la eliminatoria, el Manchester City ardía en el infierno de una Champions para olvidar. De los diez partidos jugados en la Liga de Campeones esta temporada, ha ganado apenas tres contra rivales menores como Slovan de Bratislava, Sparta de Praga y Brujas. Poco para un equipo siempre competitivo hasta hace poco. Un proyecto que este año ha sufrido lesiones, pero también un bloqueo mental preocupante en muchos partidos. En la segunda parte, de hecho, el City se fue haciendo pequeño: se pasaban el balón de forma estéril, sin jugadores que mostraran algo de espíritu rebelde. Nadie se movía, nadie buscaba una jugada individual. Poco lo habría esperado el equipo de Ancelotti que sería así de fácil para ellos superar esta eliminatoria contra un equipo que hace dos años ganaba la Champions de forma merecida.

Quien mejor lo aprovechó fue Mbappé, que firmaría su primero hat trick con la camiseta del Madrid con un disparo seco que burló a Ederson. El francés, que siempre busca las cámaras para agradarse, fue haciendo el gesto de tres goles una y otra vez, no fuera que alguien no lo hubiera visto. Faltaba media hora de juego y el City sólo podía mirar el reloj y rezar para que llegara en el minuto 90. Era un auténtico martirio para un City que no chutaría entre los tres palos hasta el minuto 75 con Foden. El gol visitante no llegaría hasta el último, con una falta parada por Courtois en la que Nico acompañó el balón a la red. Un gol triste. Nada que ver con ese City de hace dos años, cuando el equipo de Guardiola era bonito, eléctrico y valiente. Ahora es un alma en pena. Termina un ciclo en Manchester. Guardiola tiene trabajo.