Hockey patines

Huir a Extremadura para no pagar las consecuencias de una brutal agresión

Jorge Rivero burla la sanción por haberle roto los dientes a un rival fichando por el Burguillos, que compite bajo el cobijo de la Federación Española

Efren Garcia
4 min
Jorge Rivero es el jugador con el cabello rubio que saluda a la cámara.

BarcelonaEl Voltregà-Masies y el Hoquei Club Piera se enfrentaron el 11 de marzo y el partido, de la Liga Nacional Catalana de hockey patines, tuvo que ser interrumpido antes de tiempo. Pocos minutos después del inicio, Jorge Rivero, del Piera, propinó un golpe de stick a la cara de David Martí, que tuvo que ir al Hospital de Igualada, donde fue intervenido. El Voltregà se negó a continuar jugando y el Comité de Disciplina Deportiva de la Federación Catalana lo sancionó con la pérdida del partido por 10 goles a 0 y la resto de un punto adicional en la clasificación. El 22 de abril el ente federativo dictó una suspensión de 15 partidos para el jugador del Piera. Pero el domingo 1 de mayo saltaron todas las alarmas cuando Rivero volvió a enfundarse los patines con la camiseta del Burguillos Hockey Club de la Liga Bronce Sur. El jugador había decidido fichar por un equipo extremeño para huir de la sanción en una liga que se celebra bajo el cobijo de la Federación Española de Patinaje. 

David juega a hockey desde muy pequeño. En 23 años ha pasado por todas las categorías, ha ganado el Campeonato de Catalunya e incluso ha sido llamado a la selección. “Con el hockey he vivido muchas cosas”, explica. Después de un mes y medio de baja laboral, sin embargo, se propone dejar el deporte que tanto ha querido. “Hoy por hoy no me planteo volver, pasado el verano no lo sé, pero lo veo muy negro. Me sabe muy mal porque juego desde los tres años y nunca me había pasado esto. Me he roto el brazo y la rodilla, y siempre tienes ganas de volver, pero con esto se te quitan las ganas”, asegura el jugador, que ahora tiene 26 años.

Con la voz rota y un gesto de incredulidad, Martí reconoce que todavía no entiende el porqué de la agresión. Estaba en medio de la pista cuando recibió una falta. “Al caer dije «¡Eh!» y se me encaró [Rivero]”, un argumento que se ha usado para apuntar a una posible relación de conflicto entre los dos jugadores. “Saqué la falta, fui hacia el fondo, salí hacia la valla y allí me la pegó con el stick. Me noté los dientes rotos dentro de la boca y cuando me toqué la cara con las manos me quedaron llenas de sangre”.

El jugador fue trasladado a urgencias y de allí fue derivado al Hospital de Igualada. “Me dijeron que esto lo tenía que hacer un cirujano. Cuando me vieron la cara se sorprendieron mucho. Estuve tres horas”. El jugador recibió diez puntos internos y siete en el labio, el golpe le destrozó completamente un diente y le partió dos más, y un cuarto quedó desplazado. Siguiendo el protocolo médico, se le ofreció tramitar allí mismo una denuncia policial que ahora tendrá que seguir su curso legal.

Así quedó David Martí después del golpe de 'stick' de Jorge Rivero.

La fuga de Jorge Rivero ha cogido por sorpresa a clubes y federaciones. Desde el Voltregà se recurrió la sanción y se tramitó una queja a la Federación Española. Òscar Saldanya, de la catalana, admite que han pedido el expediente a la española “para revisarlo y para ver si ellos pueden hacer algo a través de su comité”. El responsable federativo, sin embargo, aprovecha para destacar que este contacto podría servir para mejorar la comunicación entre los dos entes. “Nosotros les hemos propuesto establecer algún tipo de convenio para compartir la información de las sanciones, cuando menos de tarjetas rojas o de cierta gravedad. Estudiaremos qué soluciones se pueden aplicar para que el tema no se repita. Hoy por hoy, sin embargo, no está reglamentado”, dice.

Diferencias entre los entes federativos

Las diferencias entre federaciones son notables. Mientras que en la catalana la agresión está sancionada con entre 5 y 15 partidos –de 10 a 20 cuando se producen consecuencias lesivas–, en la española la sanción habría sido de entre 4 partidos y dos años de suspensión, además de una multa que podría llegar a los 3.000 €. La reglamentación para competiciones internacionales todavía es más restrictiva y trata este tipo de agresiones como faltas muy graves que pueden suponer una suspensión de entre dos años y un día y cuatro años.

Esta es la segunda agresión grave que vive el hockey en los últimos meses después de que en enero se conociera la sanción de 10 partidos a Sergi Navarro, jugador del Club Arenys de Mar, por un golpe de stick en la cara de Pau Vilaró. En este caso, el partido también quedó interrumpido, pero la Federación Catalana decidió dar por válido el resultado que había en el momento de la agresión. Según declaraciones del ente, el Arenys de Mar reconoció el golpe de stick, pero argumentó que había sido fortuito. 

Saldanya muestra su preocupación en este sentido: “Estamos totalmente en contra de la violencia y trabajamos en una comisión en la que queremos tratar la formación de los valores. Necesitamos hacer un esfuerzo de formación por parte de todo el mundo. Creo que ha sido una temporada con muchas incidencias y que probablemente viene causado por la pandemia”. El dirigente avanza que en la próxima asamblea se volverá a pedir a los clubes que haya doble arbitraje y que se hará un esfuerzo para recortar el gasto económico que esto les supondría. “Los árbitros también quieren ir en pareja. Un árbitro que va solo a una pista y que tiene que volver, a veces se siente muy poco protegido”, añade.

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