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El imparable ascenso de Aleksander Ceferin, el nuevo enemigo de Florentino Pérez

El presidente de la UEFA amenaza con sanciones al club blanco justo antes del regreso de la Champions

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El presidente de la UEFA Aleksander Ceferin

BarcelonaDespués de la tormenta causada por el anuncio de la creación de una Superliga que duró tan solo 48 horas, vuelve la Liga de Campeones. El Real Madrid, el equipo que más veces la ha ganado, recibe al Chelsea en Valdebebas en el partido de ida de las semifinales (21 h / Movistar Champions) poco después de ver cómo su presidente anunciaba que la quería abandonar. Los jugadores, de hecho, lo descubrieron por la prensa. Después de derrotar al Barça y eliminar al Liverpool, el conjunto de Zidane parecía feliz, pero en pocos días les ha granizado encima. Tanto a nivel deportivo, con el empate contra el Betis, como por el incendio causado por su presidente, Florentino Pérez, el gran impulsor de una Superliga que ahora mismo solo existe en su cabeza. Más allá del Barça, Pérez se ha quedado solo defendiendo una competición que no es más que una idea mal definida y poco construida. Pérez dio el paso adelante con poco apoyo y sin ningún contrato televisivo cerrado. Y el banco que lo tenía que ayudar, JP Morgan, ha admitido que jugaron mal las cartas.

El presidente de la UEFA, Aleksander Ceferin

Si Pérez queda como el gran derrotado de esta batalla, uno de los ganadores es el presidente de la UEFA, el esloveno Aleksander Ceferin (Liubliana, 1967). Si cuando fue elegido presidente de la UEFA en el congreso de Atenas de 2016 pocos aficionados sabían quién era este abogado esloveno, ahora sigue siendo un desconocido para mucha gente. El ascenso al poder de Ceferin se produjo cuando cayeron en desgracia los nombres que mandaban en el fútbol mundial, como el presidente de la FIFA Joseph Blatter y el de la UEFA Michel Platini, acusados de recibir sobornos y de corrupción. "No, yo no me he movido entre bastidores, no me he movido a la sombra. No consigues 42 votos de la nada. He estado trabajando en los congresos de la UEFA, hablando con todo el mundo. Otra cosa es que la prensa no siguiera mucho esta información", dijo desafiante en sus primeras entrevistas Ceferin después de las elecciones del 14 de septiembre del 2016, cuando derrotó al neerlandés Michael van Praag por 42 votos a 13. Ceferin se ha encargado de lavar un poco la imagen de la UEFA, pactando con los clubes acuerdos para la Champions en los que estos obtienen más beneficios y reduciendo la burocracia de este organismo. Pero también tiene sombras en su currículum.

Las raíces de Ceferin están en Grosuplje, un pueblo de 8.000 habitantes donde su abuelo, Emil Ceferin, era un abogado especializado en agricultura cooperativa que llegó a ser profesor en la Universidad de Liubliana. La tradición familiar era esta: tribunales y libros de derecho. Su padre, Peter Ceferin, inicialmente quiso ser periodista y autor teatral –publicó algunas obras–, aunque acabó ejerciendo de abogado. En los años 80 dirigió la defensa de un grupo de mineros kosovares perseguidos por el gobierno de Slobodan Milosevic. Gracias a Ceferin, estos mineros que habían empezado una huelga para protestar contra la abolición de la autonomía de Kosovo fueron declarados inocentes de los cargos de traición. Ceferin había encontrado su camino: especializarse en la defensa de los derechos humanos, ejerciendo cátedra y asumiendo casos internacionales en el bufete que fundó en 1993 con sus hijos Rok y Aleksander.

Cuando nació el bufete, Eslovenia ya era independiente. El joven Aleksander defendió la independencia de Eslovenia, aunque con 17 años había pasado por la marina yugoslava, cosa que intentó esconder un poco después del 1991. Finalmente siguió el camino familiar y estudió derecho, pero a diferencia del padre se especializó en defender a deportistas y entidades deportivas. Sempre le habían gustado los deportes, porque era cinturón negro de kárate y jugaba en equipos amateurs de fútbol cada semana. Cuando su padre se jubiló, toda la empresa familiar quedó en sus manos. Casado con Barbara, a quien había conocido en su época de estudiante y con quien ha tenido tres hijas, Ceferin era un hombre de éxito en unos años en los que la joven Eslovenia se abría a Europa. Y hablaba idiomas, como el inglés y el italiano. Con dinero en el bolsillo, los años 90 fueron una locura. "He cruzado el Sáhara cinco veces, cuatro en coche y una en motocicleta", ha explicado a veces sobre sus vacaciones antes de que llegaran sus tres hijas, recordando que llegó a soñar con poder participar en el Dakar.

Mentiras en el currículum

Convertido en un abogado de éxito, nadie sabe muy bien en qué momento se le metió en la cabeza entrar en el mundo del deporte. "Siempre me ha gustado el fútbol, trabajaba con gente del sector y fue un paso natural", ha explicado él mismo. El año 2005 entró en la junta directiva del KMN Svea Lesna Litjia, uno de los mejores clubes de fútbol sala eslovenos. Esos mismos años jugaba en un club de fútbol amateur, el Ljubliana Lawyers FC, fundado por abogados que habían soñado con ser futbolistas y se quitaban la espina como podían en ligas amateurs. Y Ceferin era uno de los mejores: fue el máximo goleador del equipo en dos temporadas, con 70 goles en 116 partidos del 2005 al 2011. Experiencias muy modestas para explicar el ascenso al poder de Ceferin: el mismo año que colgó las botas, en 2011, ya sería elegido presidente de la Federación de Fútbol Eslovena con un cierto jaleo, porque según los estatutos federativos para aspirar a la presidencia se tenían que acreditar cinco años en activo como directivo en alguna entidad, cosa que según algunos periodistas Ceferin no cumplía.

En un artículo en la revista noruega Josimar, los periodistas Andreas Selliaas, Pål Ødegård y Håvard Melnæs lo demostraron. Ceferin defendía que había formado parte de la directiva del club más histórico delpaís, el Olimpija de Liubliana, del 2006 al 2011. La investigación demostró que no era así. Simplemente, había llevado a cabo tareas de consultor, sin entrar en la directiva. Según Aljosa Vekic, portavoz del club, Ceferin había sido clave para que el Olimpija, que había sufrido una quiebra en 2004, pudiera recuperar en los juzgados su viejo nombre, el escudo y los símbolos. Pero fue una batalla librada en calidad de abogado contratado. Como directivo, oficialmente estuvo inscrito en 2010, poco antes de las elecciones. En el perfil oficial en la página web de la UEFA también se mencionaba que había sido directivo del equipo de los abogados desde el 2005, a pesar de que en la web del club solo figuraba como futbolista. Además, este club amateur no estaba afiliado a una competición oficial. Curiosamente, otro de los jugadores de este equipo de abogados era Tomaz Vesel, que en 2016 fue elegido responsable de la Comisión de Auditoría y Cumplimiento de la FIFA. O sea, el organismo que tendría que velar por la independencia de la Federación Internacional de Fútbol. Según parece, Gianni Infantino, presidente de la FIFA, pidió a Ceferin si conocía a alguien capacitado para este cargo. Y el esloveno recomendó a su amigo.

El presidente de la UEFA, Aleksander Ceferin

El papel de Rusia

Ceferin, pues, mintió en su currículum justo antes de empezar a ganar poder en el fútbol gracias a padrinos como Vladímir Putin. Rusia fue una de las primeras federaciones que apoyó al esloveno y, según el periodista de investigación Andrew Jennings, antes de que fuera oficial su candidatura ya se había reunido con círculos próximos a Putin. En 2015, antes de la final de la Champions de Milán entre el Madrid y el Atlético, los presidentes de las seis federaciones nórdicas se reunieron con Kjetil Siem, ex secretario general de la Federación Noruega y director de estrategia de Infantino. Siem les pidió que apoyaran a Ceferin, a pesar de que este todavía no había oficializado la candidatura.

De hecho, la prensa inglesa ha especulado con que su buena relación con Putin puede haber ayudado a conseguir que el Chelsea decidiera salir de la propuesta de la Superliga, porque su propietario es el magnate ruso Roman Abramóvich, que fue miembro de la Duma por el partido de Putin. Ceferin ha encarado los cambios en tiempos de crisis y pandemia en el fútbol europeo buscando acuerdos e intentando alejar al máximo el fantasma de la Superliga, porque todas las federaciones se oponen. Y significaría dejar de ingresar dinero en una UEFA que bajo el mandato del esloveno ha pasado a invertir más dinero en infraestructuras, fútbol formativo y causas solidarias. Además, los clubes obtienen más dinero que antes. Ahora, el esloveno también se ha subido el sueldo, según la web italiana Calcio e Finanza, que publicó que la temporada 2019-20 se embolsó 2,19 millones de euros. El esloveno habría renunciado a las primas que tenía por convenio durante el covid-19, pero se habría subido el sueldo este año.

Las duras negociaciones con los principales clubes europeos en los últimos años habían permitido a Ceferin hacer amistad con algunos de los presidentes de los equipos, sobre todo Andrea Agnelli, del Juventus. De hecho, el esloveno es el padrino de uno de los hijos de Agnelli, motivo por el que considera que el italiano lo ha traicionado porque cuando le llamó para preguntarle si era cierto que querían sacar adelante la Superliga lo negó tres veces. Presionado por muchos clubes y federaciones que piden que tire de las orejas a los padres de la Superliga, Ceferin ha explicado que "Madrid, Barça y Juve tendrán que dar explicaciones" mientras estudia si pueden ser sancionados. Y en el centro de la polémica, claro, está Florentino Pérez, con quien se lleva peor. "Mi idea era agradecer a Agnelli su papel para cerrar un nuevo acuerdo de la Champions con el apoyo del club cuando descubrí que me habían mentido. Ahora no podemos hacer como si no hubiera pasado nada", dice el presidente de la UEFA recordando la última semana. En cambio, fuentes próximas a Ceferin explican que de Florentino ya no se fiaba mucho. De Agnelli sí. Pero el esloveno sale reforzado del proceso, gracias al movimiento de los gobiernos europeos y de muchos clubes. Y ahora estudia si es duro con clubes como el Madrid, mientras ya negocia cómo seguir buscando acuerdos entre las partes. Es su trabajo.

El regreso de la Champions

La Champions, pues, vuelve justo en medio de esta batalla. Tanto, que la prensa madrileña le preguntaba a Zidane en la previa si se imaginaba un arbitraje en contra suyo en el partido con el Chelsea, como represalia por haber intentado escaparse de la Champions sin pedir permiso. "El árbitro hará su trabajo como siempre y nosotros tenemos que pensar solo en jugar a fútbol, si nos ponemos a pensar que todo lo que están diciendo nos perjudicará nos liaremos", quitaba hierro el francés, que tampoco se imagina a la UEFA sancionando al club blanco expulsándolo de la próxima Champions. "Es absurdo pensar que no estaremos en la Champions el año que viene".

Con las bajas de Mendy y Sergio Ramos, Zidane recupera a Kroos para hacer frente al Chelsea. Thomas Tuchel, técnico de los londinenses, solo tiene la baja del ex jugador del Madrid Mateo Kovacic. En cambio, recupera a Thiago Silva y al delantero Tammy Abraham. Desde la llegada del técnico alemán, los blues no han parado de mejorar y solo han perdido dos partidos en cuatro meses.

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