Juegos Olímpicos

Beacon, la estrella de cuatro patas que no subirá al podio de París

Un perro de terapia ayuda a las gimnastas olímpicas de Estados Unidos a convivir con el estrés

3 min
Beacon se ha convertido en una pieza clave del equipo de gimnasia

BarcelonaBeacon es un perro, pero no es un perro cualquiera. Este golden retriever de terapia se ha convertido en una pieza clave del equipo olímpico de Estados Unidos, porque ayuda a las gimnastas a convivir con el estrés. El animal recibió el título de Goodest Boy (el mejor chico) y cuenta con sus propias acreditaciones para acceder sin problemas a los recintos donde se disputan las principales competiciones.

El perro, que tiene cuatro años, estuvo en las pruebas de Minneapolis realizadas entre el 27 y 30 de junio, donde el equipo de gimnasia estadounidense participó para acabar de definir las plazas para los Juegos Olímpicos de París 2024. El Beacon, que se deja mimar con facilidad, es especialista en transmitir calma a las deportistas, que se juegan objetivos muy importantes en pocos segundos de ejercicio.

"Creo que hacemos un trabajo importante. Hay momentos duros para algunas de las gimnastas y creo que el Beacon ayuda a celebrar lo bueno ya apoyar los retos", dice Tracey Callahan Molnar, una exgimnasta y entrenadora que tiene la misión de acompañar al perro permanentemente. Las emociones afloran de forma extrema durante las competiciones, donde es habitual que las gimnastas pasen de risa a llorar en pocos segundos.

No todas las gimnastas crecieron rodeadas de perros, por lo que interactuar con el Beacon es una experiencia nueva para algunas. El perro reacciona cuando escucha su nombre, pero también cuando algún deportista lo necesita. Según Callahan Molnar, el perro actúa de esponja emocional: "Absorbe el estrés de las personas". El exgimnasta experimentó el poder de un perro de terapia cuando su marido, David Molnar, pasó por un proceso de quimioterapia por tratarse de un cáncer.

The New York Times ha dedicado un artículo al perro. "Durante décadas, la cultura deportiva fue justamente la contraria. No era raro que los entrenadores tiránicos asustaran a las atletas jóvenes con la sumisión y el silencio, porque abusaban física y emocionalmente. El 2016, un escándalo de abuso sexual que implicaba a un antiguo médico del equipo nacional, Larry Nassar, alertó de lo que ocurría e hizo que los patrocinadores abandonaran la gimnasia de EEUU. Nazar está ahora en prisión por haber abusado de cientos de chicas", argumenta el texto, que recuerda los problemas de salud mental que sufrió Simone Biles.

Simone Biles en un ejercicio.

"No cabe duda de que Tokio nos sirvió para aprender una lección en términos de bienestar mental. Este programa de terapia permite tener un perro divertido y simpático para acariciar, pero no es suficiente", avisa Li Li Leung. La directora ejecutiva del equipo de gimnasia de EE.UU. pone en valor el resto de acciones que ha adoptado la organización, como que un psicólogo deportivo ofrezca sesiones de mindfulness o que excampeonas olímpicas realicen regularmente charlas. Los servicios médicos y profesionales de la salud mental están de guardia durante todos los campeonatos en un plan instaurado hace dos años.

Patrocinadores implicados

El equipo de gimnasia estadounidense obliga a sus principales patrocinadores, con marcas como Nike, Xfinity y Samsonite, a destinar parte del dinero a programas de bienestar mental, incluidas visitas de terapia para entrenadores y atletas. "El Beacon es lo mejor que puede hacer el equipo de gimnasia de Estados Unidos para nosotros", dice Joscelyn Roberson, una de las gimnastas.

"Han cambiado del todo las cosas y ahora están pensando claramente en qué necesita el atleta", opina Sam Mikulak, un gimnasta tres veces olímpico que luchó contra la ansiedad y la depresión cuando se aplazaron los Juegos Olímpicos de Tokio por culpa de la pandemia del coronavirus.

stats