Barça

Memphis Depay: lágrimas por el pasado esclavista y más reproducciones en Spotify que Mishima

El nuevo delantero del Barça vivió una infancia complicada y libera sus emociones a través de la música

Germán Aranda Millán
3 min
Depay, en un estudio de grabación.

BarcelonaCon solo dos años de edad, Memphis Depay se puso boca abajo haciendo el pino inclinado contra la puerta. Desde pequeño tenía una fuerza y una agilidad extraordinarias, según explica su madre en el libro The heart of a lion, escrito por Simon Zwartkruis y autorizado por el flamante nuevo fichaje del Barça

Desde entonces, la precocidad marcó la vida de un chico que, enseguida, disfrutó de más libertad mientras sufría el vacío por no tener una figura paterna. Sus padres se separaron cuando él solo tenía cuatro años y, poco antes de hacerlo, el hombre se cargó a puñetazos el acuario de pececitos que tenían en casa. Transparente, este delantero habilidoso y criticado recientemente en los Países Bajos por perder demasiadas pelotas y haber hecho público su fichaje durante la Eurocopa se abre con facilidad a hablar de su vida fuera del césped. También respondió a las críticas con un gol, una asistencia y un gran partido contra Macedonia del Norte. 

Así pues, en una entrevista con el youtuber y empresario de los Emiratos Árabes Unidos Anas Bukhash reconoce abiertamente que su padre “no asumió sus responsabilidades” y asegura: “Me sirve para saber, si soy padre, cómo no lo tengo que hacer”. Esta ausencia, explica, puede estar detrás de sus problemas de infancia. “Era agresivo”, reconoce Depay, que expresa un agradecimiento eterno al PSV, que cuando solo tenía 12 años le puso un coach con el cual todavía mantiene amistad. “Ellos fueron los que primero vieron que tenía potencial pero que estaba loco”, dice en la entrevista en las redes. “Se lo retribuí años después ganando la liga”, completa sobre su mejor año con el primer equipo, cuando marcó 22 goles y dio 6 asistencias, en la temporada 2014-2015, antes de volar hacia el Manchester United, donde no brilló como se esperaba y frenó su meteórica carrera que había empezado a la Eredivisie en edad juvenil.

Depay celebrando su gol contra Macedonia del Norte.

La complicada relación con su padre, con quien recientemente ha hecho las paces, es el motivo por el cual Memphis prefiere ser conocido por su nombre de pila, que rinde homenaje a la antigua capital del Imperio Egipcio y también a la ciudad norteamericana donde sus antecesores, de origen ghanés, fueron esclavos. Interesado por sus orígenes, Depay viajó a tierras africanas con su biógrafo y una pandilla de amigos. Se echó a llorar, arrodillado, cuando entró en las mazmorras del castillo de Elmina, construcción portuaria desde donde partían los esclavos ghaneses. Después se puso a cantar Redemption song, la canción de Bob Marley que habla sobre la liberación mental respecto a la esclavitud de los antepasados. 

El león que rapea 

La música, en efecto, es para Memphis la otra vía de liberación de sus emociones mientras hace su trabajo. Cada mes, casi un Camp Nou entero escucha las canciones de trap de esta estrella con claras influencias de Drake. Con 99.000 oyentes mensuales en Spotify, y a pesar de que muchas de sus canciones son en holandés, el delantero llega a los 9 millones de reproducciones de su principal hit, No love. Este mismo tema tiene más 15 millones de visualizaciones a YouTube.

Esto son cifras, para hacerse una idea, superiores a las de un grupo de referencia del pop catalán como Mishima, que tiene 2,5 millones de reproducciones de su canción más popular en Spotify en 21 años de carrera, cuatro veces más de los que acumula Depay, que solo ha publicado un álbum y empezó a grabar singles en 2018.

Traducido en dinero, y sin poder hacer un cálculo exacto por las múltiples variantes con las que las plataformas monetizan las reproducciones, Depay puede rondar los 100.000 euros facturados gracias a las escuchas digitales de su música. 

Las letras varían según su estado de ánimo. Con todo, siguiendo los tópicos del rap y el trap, en muchas aprovecha para hinchar su ego y exaltar sus lujos hasta el punto de caricaturizarlos: “Tengo papel de wáter de piel de caimán y con él me limpio el culo”. En otra canción, hace un juego de palabras aprovechando que Messi suena igual que messy –enrevesado en inglés– para afirmar que no tiene ningún ídolo porque “el mundo es muy enrevesado, ¿no Lionel?” En otra entrevista en internet, de hecho, duda cuando le preguntan quién es su ídolo y después responde que es Simba, el protagonista de El rey león. Memphis, que fue criticado por adoptar una mezcla de león y tigre durante la cuarentena y que tiene un león enorme tatuado en la espaldas, decía que admiraba “la historia del rey que vuelve y reclama el trono” en la película de Disney. Ha escogido el Barça para su corona.

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