Muere Leo Beenhakker, uno de los protagonistas de la primera liga de Tenerife del Barça

BarcelonaEl entrenador de fútbol Leo Beenhakker ha fallecido hoy a los 82 años. El neerlandés tuvo la suerte de dirigir a algunos de los mejores jugadores del planeta durante más de cuatro décadas en las que se ganó la fama de ser un amante de fútbol ofensivo y una persona educada, respetada también entre los adversarios. En los últimos meses ya sufría una enfermedad y hacía mucho que no dirigía a ningún equipo. Don Leo, conocido por su afición a los puros, presenció en directo el fin de una era dorada en el Madrid y el nacimiento del mejor Barça.

Beenhakker dejó un gran recuerdo al Real Madrid a finales de los años ochenta, cuando dirigiendo la conocida como "Quinta del Buitre" ganó tres ligas de forma consecutiva, de 1986 a 1989. Un equipo que se hartó de marcar goles y ganar títulos, aunque nunca pudo alzar su gran objetivo, la Copa de Europa. De Don Leo se hablaría de ello cuando se enfrentó con Butragueño, la estrella de La Quinta del Buitre i. El 15 de marzo de 1989 el Madrid tenía partido de vuelta de los cuartos de final de la Copa de Europa ante el PSV Eindhoven y Beenhakker decidió dejar a Butragueño en el banquillo pese a que el resultado de la ida había sido de empate a uno. No había ninguna lesión, era una decisión técnica. El Madrid se clasificaría gracias a un triunfo por 2-1, pero la noticia de la noche sería la suplencia de Butragueño, que solo jugaría cinco minutos de ese partido ante un Santiago Bernabéu que no se cansó de reclamar su presencia en el terreno de juego. El Milan de Arrigo Sacchi golearía al Madrid en las semifinales de ese año, con una famosa actuación en San Siro en la que se impusieron por 5 a 0. Beenhakker dejó al Madrid después de esa derrota, ya que tenía una oferta para dirigir la selección neerlandesa. Pero en 1992 regresó al Madrid cuando Ramon Mendoza se lo pidió, ya que había nacido el Dream Team azulgrana de Johan Cruyff. El neerlandés ocupó el puesto de Radomir Antic la temporada 1991/92, sin suerte. De hecho, él fue uno de los damnificados por la primera liga tinerfeña del Barça. El neerlandés estuvo en el banquillo del Heliodoro Rodríguez López en la remontada (del 1-2 al 3-2) del Tenerife ante el equipo blanco del 7 de junio de 1992 que, sumada al triunfo del Barça por 2-0 ante el Athletic Club en el partido ff.

El neerlandés, nacido en Rotterdam en 1942 en pleno empleo nazi, jugó en diferentes equipos regionales, pero una grave lesión con diecinueve años acabó con sus sueños. Así que inició una carrera en los banquillos en los que haría fortuna. Beenhakker, que había sufrido penurias económicas cuando era joven por la muerte de su padre, empezó a trabajar en equipos modestos como el SV Epe, compaginando ese trabajo con una tienda de ropa en la que hacía de dependiente. Su primera oportunidad como entrenador fue en Veedam en 1968, justo cuando el fútbol neerlandés vivía la revolución del fútbol total, con el gran Ajax como estándar. Precisamente con el Ajax tendría su primera gran oportunidad de dirigir a un equipo grande, protagonizando un incidente con Johan Cruyff en 1980. Cruyff jugaba entonces los últimos partidos de su carrera en Estados Unidos, pero era Amsterdam para ver un partido contra el Twente. El Ajax no funcionaba muy bien y perdía 1-3, lo que aprovechó Cruyff para bajar al banquillo sin permiso de Beenhakker. Ocupó una silla a su lado y empezó a dar órdenes. Y el Ajax ganó por 5 a 3. "Debería haberle dado dos puñetazos" explicaría años después Beenhakker sobre ese momento. Con el Ajax también llegó a las semifinales del torneo de la Copa de Europa en 1980, haciendo debutar a jugadores como Frank Rijkaard. Aún hoy es el único entrenador que ha ganado el Eredivisie con el Ajax y con el Feyenoord. Además, dirigió clubes como el Volendam y el Vitesse, el Grasshopper de Suiza, los mexicanos América y Guadalajara, y el turco Estambulsospor.

Su buen trabajo en el Ajax le permitió dar el salto a la selección neerlandesa justo cuando ésta vivía una época de repuesto generacional, pero no la clasificó por el Mundial de 1986 y se marchó al Madrid. Ahora volvería a la selección para dirigir el Mundial de 1990, en el que no tendría suerte. Años más tarde volvería a dirigir un Mundial en el 2006, con Trinidad y Tobago.

El tridente aún no tiene nombre, pero ya supera los números de su predecesor