"Quiero bajar a cien metros de profundidad sólo con mis pulmones"
Isabel Sánchez-Arán se ha convertido en una de las mejores especialistas en apnea y ahora quiere superar su marca en el Mundial
BarcelonaTodo cambia en torno a Isabel Sánchez-Arán cuando baja hacia el fondo del mar. Las luces, la temperatura y la presión. "Cuando bajas siempre tienes miedo, es un mecanismo que tenemos para seguir vivos", explica. Pero no puede evitar bajar más y más metros sólo con la fuerza de sus pulmones, sin burbuja de oxígeno. Estos días Isabel intentará ser una de las primeras mujeres en romper la barrera de los cien metros en apnea. Es decir, cien metros aguantando la respiración.
Nacida en Elche pero vecina de l'Estartit desde hace años, Isabel ya está en Mytikas, una población en el oeste de Grecia, para participar en el Mundial de apnea. La nadadora del Club Apnea La Caretta de l'Estartit compite representando a la selección española en un evento que reúne a más de ciento veinte deportistas de treinta países. Isabel, que entrena durante todo el año en el área de las islas Medes, ha pasado unos días antes en Kalamata para ultimar su preparación junto con su compañero de selección Fran Quesada y la delegada técnica de la Federación, Natalie Cabanas. Kalamata es un lugar especial para Sánchez-Arán, ya que allí se enamoró de esta disciplina. "Fue en Chipre y en Grecia donde descubrí la apnea y me formé. El mar en Grecia es una maravilla, podríamos decir que el Mediterráneo es mi patria. Siento una conexión increíble con ese lugar. En Kalamata es donde formé como instructora de apnea. Allí el agua es plana, no el agua es plana. Lo llamamos brava por algo. Aquí tenemos corrientes, viento y olas. Me gusta poder vivir en Estartit y entrenarme aquí, ya que entrenarme con este mar me hace más fuerte. En Kalamata es como una piscina natural", explica Isa, que en el Mundial del 2024 alcanzó los noventa metros de profundidad en la prueba de descenso con peso constante y aletas. Ahora quiere alcanzar los cien metros.
El año pasado, Isabel ya hizo historia al conseguir la medalla de bronce en el Mundial, y este año volverá a disputar todas las modalidades del campeonato. "Mi objetivo es disfrutar de cada inmersión, dar lo mejor de mí y demostrar que la apnea es mucho más que un deporte: es una forma de conectar con uno mismo y con el mar. Llegar a los cien metros sería hacer realidad un sueño", explica. Isabel dice que en el mar ha encontrado un lugar donde ser feliz. "El mar siempre me ha gustado. Cuando era joven y empecé a estudiar, ahorraba para viajar. Y empecé a hacer deporte al aire libre cuando hacía viajes. Luego hice de profesora de castellano en la Guayana Francesa y cuando estaba allí fuimos de vacaciones a Trinidad y Tobago, donde una chica nos convenció para subir al baile. Fue un gran momento, poder pasar tanto rato bajo el agua. Hice los cursos y al final trabajé de instructora de submarinismo en Chipre", explica. A Chipre le dijeron que sería una buena idea tener unos conocimientos básicos de apnea para su trabajo. Y así entró en un mundo del que ya no pudo salir.
Este año, Isabel quiere repetir podio y superar la barrera de los cien metros. Mejorar diez metros en un año es un gran salto, todo un reto. "Si no lo consigo este año, lo intentaremos más adelante", dice. Cuando baja al fondo del mar, a pesar de ese miedo que siempre tiene dentro del cuerpo, es feliz. Así que no va a dejar de hacerlo.