Una de las buenas noticias que nos dejó el partido de Copa, además de la clasificación, fue la confirmación de que Jofre Carreras y Joan Garcia pueden acabar siendo jugadores importantes en el Espanyol. Como lo es un Javi Puado que, en su día, apostó por quedarse donde se ha criado hasta llegar a ser su capitán. En un club que se define por su compromiso con la cantera esto no debería ser noticia. Pero, desgraciadamente, acaban siendo más noticia los que se marchan que los que se quedan.
Cada conflicto con un canterano que quiere irse me hace pensar en la comedia argentina No soy vos, soy yo, aunque la tendencia de cualquier aficionado, mía también, es echarle la culpa al jugador –ya las malas influencias–. Algo se está haciendo mal cuando no se crea un vínculo lo suficientemente sólido como para hacer un esfuerzo y ponerse de acuerdo. Es la economía, estúpido. Lo sé. Pero el dinero no lo explica todo.
Puedo entender que el dinero y la oportunidad de jugar la Champions hicieran que Pedrosa optara por el Sevilla y no por la renovación. Pero que Nico Melamed prefiera ir a un Almería no lo entiendo. Y que tanto uno como otro hayan jugado con su club de toda la vida a la hora de tratar sus lesiones, tampoco. Porque no tengo ninguna prueba, pero tampoco ninguna duda, de que en otra situación tanto Pedrosa la pasada temporada como Nico esta habrían acabado jugando más partidos. Y con esto no digo que las lesiones sean falsas. Pero las decisiones para hacerle frente se han tomado pensando más en sus compromisos futuros que en los presentes. La pregunta es: ¿cómo es que después de tantos años en nuestra cantera cuando llegan al primer equipo no tienen un compromiso añadido?
Los aficionados tenemos una parte de responsabilidad. Estamos huérfanos de ídolos y nos hace una ilusión muy especial que los chicos de la casa triunfen. Por estos motivos los convertimos rápidamente en ídolos. Ocurrió con Melendo y ha pasado con Melamed (no tanto con Pedrosa). Este amor especial que los transmiten tiene un componente extrafutbolístico. Pero a ellos les cuesta verlo. Ellos creen que todo es por su talento. Y no: tienen, pero no tanto.
La prueba es que a Melendo le fichó un Granada en Segunda ya Nico le quiere fichar un Almería que está a punto de bajar. En estos equipos ellos serán buenos jugadores, pero difícilmente unos ídolos. Serán lo que para nosotros es Aguado. Porque si Aguado fuera canterano, ya estaríamos recogiendo firmas para hacerle una peña y renovarlo para siempre. Porque los únicos que de verdad nos creemos lo canterano somos los aficionados.