"Doy las gracias a dios por la infancia que he tenido jugando con un balón en la calle"
Roberto Fernández reflexiona sobre sus goles de pícaro y se abre a su continuidad en el Espanyol
BarcelonaEs andaluz, lleva el número 2 y celebra los goles como Gaizka Toquero, pero si a algún delantero del Espanyol recuerda a Roberto Fernández (Puente Genil, Córdoba, 2002), éste es probablemente Raúl Tamudo, por su estilo pícaro y la capacidad de inventarse goles de la nada. El andaluz se ha convertido, en apenas cinco meses, en uno de los fichajes invernales más acertados del club blanquiazul en este siglo XXI. Suma cinco tantos en 13 partidos, uno más de los que firmó RDT (2019-20), los mismos que acumuló Iván Alonso (2008-09), ya sólo uno de los seis de Kalu Uche (2011-12) y dos de las siete que marcó Dani Osvaldo (2009- cuarto de siglo.
Lo más sorprendente, sin embargo, es que Fernández lo ha conseguido con sólo siete remates a portería. Es decir, que sólo ha fallado dos. Antes de recibir al Betis este domingo (18.30 h. M. LaLiga), el pistolero valora por el ARA sus primeros meses y rememora sus inicios. "Doy las gracias a diez por haber tenido la infancia que tuve, jugando siempre en la calle con muchos niños con un balón. Eran tardes inacabables, mi madre me gritaba y me estiraba de las orejas porque no me cansaba ni paraba de jugar", recuerda. Allí aprendió a ser un jugador astuto. "En el campo me salen muchas situaciones que he aprendido y mamado de pequeño en la calle. Soy un delantero trabajador que no para de correr. Siempre voy con fe a todos los balones, pensando que el defensa o el portero fallarán. Hay que estar atento, a veces sale bien". Los goles marcados contra el Athletic o el Celta, nacidos de dos presiones, son buenos ejemplos.
El Espanyol le llamó el pasado verano, cuando jugaba en el Málaga, y repitió en enero, después de que hubiera perdido protagonismo con el club portugués. "Mi situación allí se complicó un poco, al tratarse de otro país, otro tipo de vestuario y fútbol a los que no estás acostumbrado. Pero son situaciones que te pone la vida para que aprendas. Gracias a diez, ahora estoy muy feliz aquí", asegura. Pese a tener otras ofertas de Primera para regresar a España, las buenas referencias del exespañolista Víctor Gómez y las llamadas de Fran Garagarza y de Manolo González fueron claves para decantarse por el Espanyol. "De Manolo me sorprendió el hecho de que, como yo y otros jugadores, viene del barro, así como las ganas que me transmitió de mejorar y hacer mejores a las personas. Tácticamente él tiene toda la culpa de la mejora del equipo y tiene a todo el vestuario implicado, incluso a los jugadores que no juegan. El equipo está muy conjuntado, es una familia y eso".
Otro de los elementos que pesaron en su decisión es la grada. "El Espanyol es un club histórico con una afición vistosa que asimilo a la del Málaga, y que me ha transmitido la misma energía. En una ciudad como Barcelona tiene valor ser del Espanyol. El club tiene mucha más afición de lo que imaginaba, y todo el club, desde los trabajadores en el cuerpo técnico, tienen una humildad digna de admirar", reconoce. Con 22 años y toda la carrera por delante, admite que debe mejorar "los movimientos dentro del área para crear más ocasiones y también las finalizaciones". Mientras, su entorno se preocupa de que mantenga "los pies en el suelo".
A la espera de un acuerdo entre el Espanyol y el Braga
El andaluz reconoce que le gustaría continuar en el RCDE Stadium más allá del mes de junio, cuando finaliza su cesión. "Me veo jugando en el Espanyol la próxima temporada con Puado, con quien he conectado bien, pero también con otros buenos jugadores", afirma, preguntado por su futuro y por el de su compañero en la delantera blanquiazul, que también termina contrato dentro de un mes. "Me gusta la estabilidad, a los futbolistas no nos gustan las mudanzas de un lado a otro, queremos estar varios años adaptados a un sitio", reconoce. Su futuro, de momento, está en manos del Espanyol y del Braga: "No tengo ni idea de si los clubs están hablando, no depende de mí. Mi representante me comunicará qué opciones hay a final de temporada, yo me centro en jugar y ayudar a cerrar la permanencia", admite. Preguntado por si hace falta pedir a Chen Yansheng un esfuerzo por retenerlo, Roberto Fernández sonríe.