"Subir una cima que nadie ha hecho nunca? Paso más miedo esquivando patinetes en Barcelona"
Los hermanos Iker y Eneko Pou llevan media vida abriendo vías en paredes y cimas por donde ningún ser humano se ha encaramado nunca antes y tienen cuerda por rato
BarcelonaIker y Eneko Pou (Vitoria, 1977 y 1974) van algo perdidos cuando los sacas de las montañas y bajan a la ciudad. "Todo el mundo nos pregunta si hemos sufrido por nuestra vida abriendo nuevas vías en cimas de la Antártida, pero donde he pasado más miedo es esquivando patinetes en Barcelona", bromea Eneko. Hijos de Vitoria, donde viven los pocos meses que no son abriendo vías en paredes de medio planeta, los hermanos Pou se han convertido en todo un referente en el mundo de la escalada. Limpios de un militar republicano menorquín que sufrió la represión y acabó en el País Vasco, han abierto nuevas vías en algunas de las paredes más complicadas del planeta, realizando expediciones a todos los continentes con el reto de ser los primeros en conseguir un hito . La lista de vías abiertas, cimas conquistadas y aventuras de los Pozo no se puede explicar en un solo artículo, ya que llevan media vida haciéndolo. Eneko, de hecho, acaba de celebrar sus 50 años abriendo una vía que ha bautizado como "Pou 50" en Mallorca. Ésta es su manía. Abrir vías, subir por muros por donde ningún humano ha pasado antes.
"Somos unos motivados desde pequeños. La verdad es que no sabemos estar quietos. Los padres ya eran gente de montaña, esquiadores. Siempre nos llevaban, nos apuntaron a cursos... Con 15 años hicimos un curso de escalada y empezamos a ir por nuestra cuenta. De jóvenes ya vimos que la vida de ciudad no era para nosotros. Cuando estábamos estudiando, pasábamos todo el día en la montaña y pensamos en la montaña. . Y de muy jóvenes ya encontramos trabajos relacionados con la montaña", explica Iker. Sus manos son duras como una piedra, con esa piel que parece cuero de quien ha hecho de la escalada su vida. Dentro del mundo de la montaña, son famosos y respetados. Cuando visitan la tienda Barrabés de Barcelona para presentar su libro de memorias Aupa Pozo (Su Edizioak), no cabe ni una aguja. Un montón de gente quiere escuchar cómo cuentan anécdotas de sus viajes por todos los continentes, encabezados a subir por donde ningún humano ha subido antes. "Fue en el 2007 cuando decidimos hacer nuestro camino. Antes habíamos hecho las vías famosas abiertas por otros, ganando experiencia, pero nos dimos cuenta de que había todo un mundo por descubrir, que podíamos aportar cosas nuevas y descubrir nuevos lugares .Vivimos en una sociedad donde todo es competición, donde todo es aparentar, donde la gente necesita ir a hacerse la foto o hacer la cima más alta, más famoso Pero si el planeta es un lugar de cimas preciosas, de muros que no tienen nombre, ¡esperándonos!", razona Eneko.
Uno de los momentos clave de su carrera fue el proyecto "7 paredes, 7 continentes", cuando en 2007 decidieron abrir una vía nueva en las paredes más famosas y exigentes de todos los continentes, en cimas famosas como el Fitz Roy Argentino o el Gran Capitán en Estados Unidos. Cada escalada es un reto, ya que ellos atacan paredes donde no hay nada preparado, ni puntos de agarre, ni cuerdas, ni mapas, ni consejos. "El riesgo está ahí, por supuesto. Hemos recibido fuertes golpes, como perder amigos. Pero no queremos frenar, nos gusta esta vida. La montaña nos ha dado más cosas que nos ha tomado", explican los hermanos, que en el 2006 salvaron a un grupo de alpinistas franceses en los Andes que, medio en broma, afirmaban que hablarían con el Vaticano para beatificarlos. "San Iker y San Eneko de Vitoria", dicen riendo los dos. "Se habla del peligro, pero hemos hecho de nuestra pasión nuestro trabajo. Intentamos minimizar los riesgos, pero sabemos que está ahí, el peligro", explican estos escaladores, que ya forman parte del equipo internacional de deportistas de la marca The North Face.
"Yo creo, de verdad, que es más peligrosa la vida sedentaria, haciendo poco ejercicio, comiendo mal, que subir cumbres por donde no ha ido nadie antes. Los humanos siempre han tenido una gran relación con la naturaleza, un proceso que se ha detenido el último siglo. Nosotros no hacemos nada muy diferente a lo que hacían los humanos en el pasado, cuando se cazaba, se exploraba, se entendía la naturaleza. .Ahora parece que si te mueves del sofá estás loco, y lo más preocupante es que vamos a peor. modelo occidental, estadounidense, sedentario, no nos gusta", defiende Iker. "No nos interesa demasiado, este modelo. Nosotros queremos aprender de otras culturas. Recuerdo una vez en la isla de Baffin, en el Círculo Polar Ártico, que entramos en una pequeña biblioteca en una localidad de esquimales. Y un chico, con un libro abierto, nos enseñó una fotografía de un bosque y nos preguntó si nosotros teníamos esa cosa en casa. Nunca había visto un bosque como aquél", añade Eneko. Los Pou han decidido hacer su camino intentando no competir con nadie. "Es explorar, es aprender, no es competir. Estamos hartos de esta sociedad competitiva que lleva a la frustración. En la montaña parece que si no haces las cimas de 8.000 metros no vale la pena. La gente se vuelve loca para tener la foto en el Everest. fast food en la montañera. A nosotros es difícil que se nos vea en un campo base con un montón de gente, porque vamos a sitios donde no va nadie", dice Iker.
¿Y cómo deciden a dónde ir, cuándo no ha subido nadie antes? "Pues hablando con la gente local. Vas por Perú y preguntas a un campesino cuáles son las montañas que hay en el horizonte. Haces amigos. O, si estamos en Vitoria, pasamos horas mirando por internet en Google Maps. Somos curiosos. A veces ves un reportaje en la prensa de unos científicos explorando Groenlandia y piensas... ¿y esa montaña del fondo?, ¿cuál será? dice Iker. Ambos saben que todavía quedan muchos lugares por explorar. De hecho, no han conseguido el permiso para ir al Tíbet, tal y como querían, para buscar nuevos muros. "Abrimos rutas y dejamos la información a punto para quien quiera. Rutas que nos ha costado dos meses hacerlas, cuando tienes un mapa se pueden realizar en 20 días. Es una forma de llevar un poco más allá nuestra actividad. Y los retos no acaban nunca. Piensa que hemos hecho paredes en zonas de Perú donde durante décadas la gente no podía ir por el conflicto armado con Sendero Luminoso. A veces vas a una zona sin saber si la política la va a cerrar a los extranjeros unos meses más tarde. O cuando una frontera cerrada se abrirá", razonan.
A Els Pou les gusta pensar que son herederos de aquellos exploradores de quienes han leído tanto del siglo XIX o inicios del XX, de aquellos que sabían orientarse sin GPS. "Nosotros sabemos hacerlo, no queremos depender de la tecnología. Nos gusta pensar en gente como George Mallory y Andrew Irvine, que intentaron hacer el Everest y que desaparecieron en 1924. Era gente muy valiente. Ahora la gente escala peor , puesto que todo depende de la tecnología. No conocen la naturaleza, no se saben orientar", defienden estos vascos, que quieren vivir aún muchos años así. "No queremos engañarnos. Queremos seguir sintiendo lo que vivimos en la naturaleza, donde no tienes tiempo para pensar en tonterías. Estás tú y la naturaleza, si tienes hambre y si tienes frío. Es una buena escuela de vida. No te' engañas a ti mismo, como ocurre en las redes sociales, donde miras las fotos y parece que la gente está viviendo una gran aventura, cuando no es así", concluyen.