Roland Garros

Carlos Alcaraz demuestra no tener techo y también reina en Roland Garros

El murciano derrota a Zverev en cinco sets y se lleva el tercer Grand Slam de su carrera con apenas 21 años

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Carlos Alcaraz, campeón en Roland Garros

Barcelona"Tienes 21 años y ya eres una leyenda" le decía Alexander Zverev a Carlos Alcaraz después de la final de Roland Garros. El joven murciano ya se sienta en el trono que solía ocupar Rafa Nadal, tras ganar al tercer Grand Slam de su carrera al imponerse al alemán en cinco sets en la pista central de París (6-3, 2-6, 5-7, 6-1 y 6-2). Alcaraz ha levantado ya tres títulos del Grand Slam sin repetir escenario. El primero fue sobre la pista rápida de Flushing Meadows, en Nueva York, hace dos años. El segundo, sobre el elegante césped ingleso de Wimbledon en el 2023 y el tercero ha llegado sobre la tierra batida francesa. Nunca ningún jugador había ganado tres títulos así en tres superficies distintas antes de los 22 años. Ni Navidad, ni Agassi, ni Federer.... Nadie. Normalmente, todos los tenistas sufren sobre algún escenario. A Navidad le costaba la hierba en la que brillaba Federer; al suizo no le iba bien la tierra batida. Pero Alcaraz parece adaptarse de forma camaleónica a todos, lo que insinúa que puede dominar la próxima década del tenis. La duda ahora es saber si será una tiranía o el italiano Jannik Sinner será su gran rival. De momento, el italiano es el número 1 mundial, pero en París cayó en semifinales frente al español.

Viendo jugar a Alcaraz, se hace inevitable pensar en Navidad. Su lenguaje corporal, esos puntos brillantes en los que salva balones que parecían perdidos. Un juego agresivo, pero con mucho trabajo detrás, intentando analizar los puntos débiles de su rival. A Zverev, por ejemplo, le ha castigado con muchas dejadas, consciente de que el alemán suele jugar mucho en el fondo de la pista. El año que Nadal quizá se despidió de Roland Garros, precisamente tras una derrota ante Zverev, Alcaraz logró el torneo tras un partido con altibajos, en el que el alemán plantó cara. Para añadir drama, la final se ha decidido en cinco sets, después de un largo duelo en el que por momentos pareció que el jugador de Hamburgo podría ganar por primera vez un torneo del Grand Slam. Si durante los primeros años fue un damnificado del dominio de Federer, Nadal y Djokovic, ahora podría ser víctima del murciano. Cuántos grandes jugadores no han podido ganar títulos por haber convivido con rivales eternos, como le ha ocurrido al alemán.

Alcaraz, que estos días compartía en las redes fotografías de cuando había ido a Roland Garros de pequeño con su padre para ver partidos, ha empezado muy fuerte la final, a diferencia de lo ocurrido en las semifinales, cuando le va costar enchufarse. Haciendo correr a Zverev y ajustando los golpes a las líneas, se llevó el primer set por la vía rápida, por 6 a 3, mostrando un juego muy sólido. Pero una cosa es ganar puntos y otra bien distinta, ser constante. Y en el segundo el alemán ha entrado en el partido y ha demostrado cómo ha mejorado en las últimas temporadas el aspecto mental, ya que últimamente es uno de los jugadores que más partidos a cinco sets gana. Aunque el tenista de Hamburgo todavía tiene ataques de rabia, en el segundo ha ganado fácilmente por 6-2 haciéndose fuerte en su saque.

La final parecía una partida de ajedrez, con giros de guión y ambos intentando encontrar la forma de sorprender al rival. En el tercero, Alcaraz logró situarse 5-2 a favor con una rotura de servicio, pero cuando estaba a dos puntos de llevarse el set, Zverev logró descentrarle uniendo golpes ganadores con cambios de ritmo. Ahora pedía un cambio de balones, hablaba solo, ahora se aprovechaba del carácter impetuoso del murciano. Poca gente esperaba que Zverev sería capaz de ganar el tercer set, pero así ha sido. De repente, se encontraba a un solo set de ser el primer alemán capaz de ganar a Roland Garros, lo que no habían conseguido ni Boris Becker ni Michael Stich. Alcaraz le ha hecho despertar rápido, llevándose el cuarto set por la vía rápida, por 6 a 1, aunque de por medio el español ha pedido la presencia del masajista por unos problemas en el muslo.

Alcaraz parece disfrutar cuando le ponen contra las cuerdas, como le ocurre a Navidad. En escenarios complejos, decide cerrar bocas y firmó un gran quinto set, rompiendo el servicio de Zverev ya en el tercer juego, cuando el alemán falló dos veces en la red que parecían sencillos. Luego salvó cuatro bolas de break para defender su saque y se ha puesto a favor la pista central de Roland Garros, donde ya se han acostumbrado a ver a un campeón español. En los últimos 23 años ha pasado 17 veces. Tras la era de Navidad, llega el murciano, que entendió que era su momento con golpes increíbles en el último set. La presión de no haber ganado nunca un torneo grande ha ido comiéndose por dentro del rival de un Alcaraz que ha hecho realidad su sueño. Y también el de su padre, emocionado en la grada. Carlos Alcaraz padre había llegado a jugar algunos torneos de tenis cuando era joven, pero no triunfó. Se ama tanto el tenis que todos sus hijos recibieron una raqueta como regalo de Navidad cuando no levantaban ni un palmo del suelo. Después les regaló un viaje a Roland Garros, donde hoy ha visto como aquel niño que empezó a jugar en el Real Sociedad Club de Campo de El Palmar, la pedanía en el sur de Murcia donde vive su familia, reina en la Ciudad de la Luz gracias al trabajo con Juan Carlos Ferrero, su entrenador, quien ganó el torneo en el 2003. Ahora ve cómo su discípulo, con 21 años, ya ha levantado tres títulos grandes. Y nadie sabe dónde tiene el techo.

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