Barça

Terapia colectiva oficiada por Memphis y Demir (3-0)

Riqui Puig redondea una plácida victoria azulgrana contra el Juventus en el Gamper

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Memphis Depay celebrando su gol contra el Juventus.

BarcelonaEn el primer partido oficialmente sin Leo Messi en la órbita azulgrana, el Barça intentó ilusionar a la parroquia en un Gamper de mínimos contra un Juventus también de mínimos. Y, a pesar de que fue un poco engañoso, el marcador sonrió a los catalanes, que a una semana para el inicio de la Liga sumaron un triunfo de consuelo con prometedoras formas de Yusuf Demir –el único joven superviviente en la alineación–, grandes detalles de Memphis Depay y paradas trascendentales de Neto Murara. Al menos los casi 3.000 aficionados no tuvieron que soportar que Cristiano Ronaldo echase sal en la herida en un día tristemente histórico.

Después de fracasar en Salzburgo en su regreso al 3-5-2, un sistema al que siempre recurrirá porque es en el que más confía, Ronald Koeman volvió al 4-3-3 en la presentación más triste del primer equipo en el estadio Johan Cruyff. Casualidad o no, la decisión le salió bien al holandés, como mínimo de entrada, puesto que la primera parte tuvo un claro dominio azulgrana. De hecho, en el minuto 3, una mala salida de los centrales bianconeri –no, no eran todavía los sempiternos Chiellini y Bonucci, todavía de resaca de la Eurocopa– entregó una pelota a Demir con espacio para inventar. El pequeño y dinámico austríaco, sin duda una de las sensaciones de esta extraña pretemporada, asistió en carrera a Memphis, que hizo honor al 9 que hereda con ilusión (es una suerte que haya gente ilusionada) y batió a Szczesny con la pierna izquierda. La celebración del delantero neerlandés fue puro oxígeno contra la toxicidad que sobrevuela el ambiente culé . Sus manos están limpias con el adiós de Messi.

Griezmann, por la zona de influencia de Messi

Hablando de manos, las de Neto se tuvieron que ensuciar para evitar el empate de la Juve en tres ocasiones –dos de Cristiano y una de Morata– antes del descanso. Las paradas del portero brasileño, que ya veremos si llega al cierre del mercado con taquilla en el Camp Nou, evidenciaron que los planes de Koeman todavía son fácilmente rompibles en defensa. Aún así, el árbitro del partido, que no estaba asistido por el VAR, anuló un gol legal de Griezmann por fuera de juego inexistente de Braithwaite. El francés, por cierto, jugó en la demarcación de Messi y fue el encargado de tirar las faltas que hasta ahora llevaban escrito el nombre del eterno 10.

Después del carrusel de cambios de Allegri en la segunda parte, Neto volvió a intervenir para que una de las novedades de la Juve, Federico Chiesa, no empatara a la primera oportunidad. La falta de acierto de los italianos ayudó al Barça a ensanchar la distancia mediante Braithwaite, un futbolista austero que vivirá pendiente de la incógnita de Agüero vinculada a la salida de Messi. Quién sabe si el danés volverá a sobrevivir.

Con el Juventus sin espíritu competitivo y Koeman agotando los cambios, el duelo fue muriéndose. Por suerte quedó tiempo para que Riqui Puig, que sigue no figurando en la primera unidad del técnico, alegrara la vuelta a casa con un tercer gol de bella factura.

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