Ciclismo

De tocar fondo a soñar con el Tour: "Estaba atrapado en mi propia cabeza"

Leo Hayter es una promesa del ciclismo británico que está aprendiendo catalán en Gerona mientras deja atrás una depresión

Leo Hayter es una promesa del ciclismo británico que está aprendiendo catalán en Gerona
29/07/2025
3 min

Gerona"Me sentía culpable, pero el miedo a enfrentarme al problema sobrepasaba la motivación para intentar arreglarlo. Estaba atrapado en mi propia cabeza. Recuerdo días que me despertaba, desayunaba, me vestía para salir a entrenar y luego estaba en el sofá durante horas", afirma Leo Hayter (Londres, 2001). El 16 de agosto de 2024 anunció que se retiraba temporalmente por una depresión, con sólo 23 años. Había fichado por el equipo a Ineos como uno de los corredores británicos con más futuro: en su palmarés hay un Giro de Italia sub-23 y un bronce en el Campeonato del Mundo de contrarreloj sub-23. "No he ido en bicicleta en los últimos meses, pero tampoco he vivido", decía en una carta titulada Mi lucha. En noviembre colgó la primera actividad en la plataforma Strava después de meses sin tocar la bicicleta: 28,4 kilómetros en una hora y once minutos, con el texto "hat and unfit(graso y fuera de forma). Hace unos días ganó el Campeonato de Catalunya de contrarreloj. Han pasado 426 días desde que me colgué el último dorsal. Muchos, muchos más desde que hice una carrera que esperaba con ganas", escribió en Instagram.

En la carta admitía que llevaba cinco años luchando mentalmente y que había llegado al fondo del pozo, esclavo de las percepciones y las expectativas propias y ajenas y el miedo a decepcionar a alguien por un perfeccionamiento. ser. Siempre siento que hay una montaña enorme que escalar para llegar al nivel que debería estar –explicaba–. Sufro choques de ansiedad constantemente. Todo mi cuerpo se congela por momentos –añadía–. En momentos difíciles mi respuesta era siempre esconderme de todo: no contestar los mensajes o quedarme en mi habitación", afirma en conversación con el ARA. Poner el móvil en silencio y encerrarse en la "seguridad" de una burbuja. "Si no fuera por mi novia, creo que no hubiera tenido ningún contacto humano en los últimos tres meses".

Para intentar escapar de la ansiedad, recurría a la comida. "Com a ciclista professional, òbviament no és ideal, però per a mi és incontrolable. Menjo tot el que tinc al davant i sovint em poso malalt. Després em sentiré culpable per haver menjat en excés i em mataré de gana, abans de tornar a quedar completament buit i tornar a menjar tot el que tingui al davant. Això em porta a guanyar pes quan el meu objectiu és el contrari i això em causa més ansietat i continua el círculo vicioso". "Ponerme en forma y adelgazarme me hacía feliz, pero solo encubría el problema real. Era como poner una tirita sobre una herida que necesita puntos", añadía. Le costaba dormir. Le daba miedo todo. También salir. Por si se encontraba a alguien. ¿Qué pensarían si veían que había engordado? ¿Se reirían de él por su aspecto? ¿Y si le preguntaban dónde había estado y qué había hecho?

El diagnóstico de la depresión

En mayo del pasado año tocó "un mínimo histórico" y llegó el diagnóstico: depresión. "Daba miedo, pero por ser honesto también fue aligerador. Porque me confirmó que era algo médico y no sólo cosa mía, y me mostró que se podía cambiar", explica. Si bajaba de la bicicleta le adelantarían muchos rivales, como en una carrera, pero sentía que no podía seguir así. Habla del dolor de tener todo lo que siempre había perseguido y querido, pero no poder ser feliz, disfrutarlo: "Fue difícil porque sentía que estaba perdiendo una oportunidad por la que había trabajado toda su vida. Pero no era feliz". Habla de la amarga sensación de saber que son cosas de la cabeza, pero no poder frenar una espiral autodestructiva. "Puedo ver lo estúpido que es realmente, pero eso no cambia el hecho de que es lo que siento –decía en la carta–. En el momento no solo se siente como algo dentro de la cabeza, es abrumador", argumenta ahora.

Dejó al equipo Ineos. Empezó a realizar terapia. "El consejo es que encuentres a alguien de confianza para hablar. Pero sobre todo hablar con un profesional. Nadie podrá ayudarte tanto como un psiquiatra o un psicólogo. También es importante no desanimarte si tienes una mala experiencia con un profesional: no todos los métodos de terapia funcionan para todos –dice–. No es tan sencillo como una lesión física. Ya me'. Dice que es más difícil entrenar la cabeza que el cuerpo. Quiere volver a ser profesional y competir al máximo nivel. Tiene más claro que nunca quiere ser ciclista, pero que no es todo lo que es.

¿Qué ha aprendido? "Por decirlo lisa y llanamente, a no tomármelo todo tan en serio. Un mal entrenamiento, una mala comida o una mala noche no son ideales, pero no quieren decir nada a largo plazo", afirma Hayter desde Girona. Sonríe. Está aprendiendo catalán y por las tardes mira el Tour de Francia. No para la siesta, sino para soñar despierto.

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