Toni Freixa se desentiende de pagos a trabajadores y proveedores de su candidatura a las elecciones del Barça
Fidels al Barça les ha informado que no recibirán el dinero que les deben: la cifra total bordearía los 100.000 euros
BarcelonaDos meses y cuatro días después de las elecciones del Barça que ganó Joan Laporta, trabajadores de la candidatura de Toni Freixa han recibido la confirmación oficial de que no cobrarán las tareas realizadas durante un proceso mucho más largo de la cuenta, puesto que la primera fecha de los comicios, el 24 de enero, se pospuso por culpa de la pandemia de coronavirus. La cifra total, según apuntan fuentes consultadas por el ARA, bordearía los 100.000 euros. Buena parte de los afectados pertenecen al ámbito de la comunicación, pero también hay deudas en conceptos tan mundanos como la cerveza que se ofrecía en los actos organizados en la sede electoral. Tampoco han cobrado personas clave que ayudaron en logística durante la recogida de firmas de socios. En declaraciones al ARA, Freixa niega las acusaciones: "No le debo dinero a nadie y nadie me los ha reclamado".
Antes de que dimitiera la junta de Bartomeu, Freixa reunió a posibles miembros de una futura candidatura para explicarles que tenía apalabrado cerca de un millón de euros para concurrir a las elecciones, previstas en un principio para la primavera del 2021. En septiembre del 2020 anunció su intención de aspirar a la presidencia en un acto multitudinario en el Auditori 1899. La caída de la directiva a finales de octubre, sin embargo, lo cogió a contrapié y su discurso, en consecuencia, varió. De la abundancia pasó a la austeridad, a decir que no quería gastar en cosas superfluas. Al mismo tiempo, decidió fragmentar la contratación de servicios de comunicación y promoción en pequeños proveedores, la mayoría autónomos y pequeñas empresas, para llevar a cabo trabajos muy concretos. El ex candidato creó a principios de noviembre una sociedad limitada bajo el nombre Candidatura Toni Freixa 2021 SL para poder vehicular todos los gastos.
Antes de que se iniciara el periodo electoral, los proveedores y los trabajadores de la campaña llegaron a acuerdos económicos con Freixa o con personas de su círculo de confianza que no tenían por qué ser miembros de la hipotética junta. Dependiendo de las responsabilidades y de los trabajos a realizar, estos pactos podían ir desde los 1.000 euros hasta cifras de cinco dígitos. Esta cantidad presupuestada –por el total del tiempo que durara la campaña– se fraccionó en diferentes pagos que se tenían que ir efectuando a medida que fueran pasando las semanas. Pero los plazos, tal como han confirmado algunos de los afectados al ARA, no se han cumplido.
Las alarmas saltaron por primera vez hacia la mitad de la campaña, antes del corte de las firmas y la proclamación oficial de las tres candidaturas. En aquel momento, Fidels al Barça avisó a los trabajadores que ya no había dinero en la caja y que, por lo tanto, no se podrían hacer los pagos acordados en un principio. Viendo que la situación era crítica, se pidió a los afectados que no se desvincularan de la campaña y continuaran vinculados de forma altruista en calidad de voluntarios. Algunos de ellos aceptaron la petición, con el compromiso verbal por parte de la candidatura que los acuerdos se respetarían y se satisfarían después de las elecciones. Otros, sin embargo, no lo vieron claro y decidieron plegar a medio camino.
La aparición de Manifiesto
El proceso siguió bajo mínimos y el aplazamiento electoral provocó todavía más incertidumbre. Casi todos los profesionales de la candidatura trabajaban aferrándose al compromiso de pago del candidato pasadas las elecciones. Pese a la carencia de recursos, después del cambio de fecha de los comicios apareció una generosa aportación externa para la contratación de Manifiesto, una empresa publicitaria con sede principal en Madrid que se encargó de coordinar y rediseñar la estrategia de comunicación en el tramo definitivo de la campaña. Manifiesto, ideóloga de las marquesinas con menciones a Luz de Gas y Joan Laporta, llegó a Freixa mediante una persona que, según fuentes de la candidatura, "era capaz de controlar los medios" y podía "cocinar encuestas favorables". A pesar de los esfuerzos de última hora, las urnas dictaron sentencia: Fidels al Barça sumó solo un 9% de los apoyos.
Una vez celebradas las elecciones, la realidad golpeó a los hipotéticos directivos a los cuales Freixa había convencido para que aportaran dinero a cambio de un cargo en la directiva. Uno de ellos ingresó 50.000 euros en una cuenta del candidato sin ver ninguna partida de ingresos y gastos de la candidatura. No fue el único que sumó su apoyo económico incondicional. Otros, más prudentes, esperaron a ver el resultado electoral antes de arriesgar su bolsillo. "Freixa no explicaba nada, hacía y deshacía con su círculo próximo", justifica otro miembro de la candidatura. Por su parte, los trabajadores empezaron a recibir notificaciones de que las facturas emitidas no se cobrarían. A algunos se les ofreció como solución cobrar la mitad del dinero y condonar el resto. La intención de coordinarse para tomar medidas contra el ex candidato estuvo sobre la mesa, pero quedó en nada por la impersonalidad de una campaña marcada por el teletrabajo y la pandemia y el temor de ir a los tribunales contra una candidatura integrada por varios juristas, empezando por el mismo Freixa. Algunas empresas, sin embargo, ya están reclamando las deudas enviando burofaxes al domicilio particular del aspirante. No están recibiendo más respuesta que acuses de recibo firmados por la asistenta doméstica.
El ARA ha contactado con otros profesionales de Fidels al Barça que mantienen que sí que han cobrado las cantidades pactadas y se extrañan que haya compañeros en otra situación. El Hotel Madanis, sede de la candidatura, también ha cobrado por el alquiler. Lo hizo por avanzado en noviembre y en efectivo, a pesar de que condonó las semanas del aplazamiento y todavía espera pagos en concepto de refrigerios. La informalidad y la opacidad sobrevolaron la campaña, con el Whatsapp como herramienta preferida para notificar los asuntos y la ausencia de contratos para oficializar las condiciones y los honorarios. Antes de publicar este artículo, el ARA ha hablado con colaboradores estrechos de Freixa que hacen hincapié en la falta de contratos para justificar que no hay base legal para que los proveedores reclamen determinados pagos. "Hay algunas personas que ahora quieren meter la mano que en su día dijeron que seguirían en campaña como voluntarios", sostienen. Otras fuentes próximas al ex portavoz de la junta de Rosell dejan claro que "Freixa solo hacía de candidato" y responsabilizan a otros miembros de la candidatura de los impagos.
Precedentes en 2015
Todo estos les puede sonar bastante a los implicados en el proceso electoral del 2015, en el cual Toni Freixa también formó parte. Proveedores y trabajadores no cobraron todo lo que pactaron, pero hay algunas diferencias. En 2015 la sociedad que vehiculaba las facturas estaba formada por todos los miembros de la candidatura, no era una SL. Esto comportó que, una vez acabado el proceso electoral, se pidiera una derrama a todos los integrantes para hacer frente a los gastos que faltaban por abonar. Casi todos los miembros ingresaron cerca de mil euros para satisfacer facturas pendientes. Pese a aquella aportación, quedaron temas por resolver y hay quien, a día de hoy, todavía no ha recibido el dinero. Como en 2021, también se les ofreció cobrar la mitad de lo que se les debía si perdonaban el resto. No todo el mundo aceptó.