Cataluña es el mercado líder de la alimentación ecológica del sur de Europa
El negocio de estos productos asciende a casi 1.300 millones de euros
BarcelonaCataluña es el primer mercado de productos ecológicos del Estado y del sur de Europa, con una cuota de mercado superior a los 1.290 millones de euros, según datos del Consejo Catalán de la Producción Agraria Ecológica (CCPAE). Unos resultados que son fruto de años de crecimiento sostenido –desde 2011, la facturación del sector ecológico en Cataluña se ha multiplicado por 8, y en el último ejercicio creció un 8,74% en comparación con el año anterior– , que ha facilitado las condiciones para consolidar la industria transformadora.
Cierto es, sin embargo, que en los dos o tres últimos años el crecimiento ha frenado, explica David Torrelles, presidente del CCPAE. Torrelles lo achaca a que "cuando se parte de muy abajo, el crecimiento es muy rápido", pero ahora Catalunya ya se aproxima al objetivo europeo de hacer el 25% de la producción con criterios ecológicos.
En 2023, Cataluña cerró con 5.333 operadores ecológicos, con más de un millar de explotaciones ganaderas y casi 2.800 agroindustrias (empresas de elaboración, envasado, distribución, importación, etc.), lo que demuestra la resistencia del sector ecológico y su capacidad de crecer en contextos económicos adversos.
Las cifras sitúan, un año más, a Catalunya al frente del ranking de operadores en el Estado dedicados a la elaboración o transformación ecológica: una cuarta parte del total de España. También en lo que se refiere a la facturación, Cataluña cuenta con el principal mercado de productos ecológicos español y es líder del sur de Europa.
En cuanto a superficie agraria ecológica, Cataluña registra más de 283.000 hectáreas, lo que se aproxima a una cuarta parte de la superficie total y roza el objetivo de la Unión Europea de tener el 25% de la superficie agraria para el 2030 dedicada a la producción ecológica.
Un tercio para la exportación
En el ámbito internacional, el sector ecológico catalán exporta más de un 30% de sus ventas, la mayoría a países de la Unión Europea. Torrelles indica que la producción ecológica es muy apreciada en algunos países de la UE, como Alemania o países nórdicos. "Si haces producción ecológica, es más fácil exportar a algunos países", expone el presidente del CCPAE.
Pero, para situarse, ¿qué es la producción ecológica? La Unión Europea la define como un método de producción que tiene como objetivo obtener alimentos utilizando sustancias y procesos naturales. Por eso, la agricultura ecológica, a diferencia de otros métodos, tiende a tener un impacto medioambiental limitado. Para ello, este método de producción promueve el uso responsable de la energía y los recursos naturales, el mantenimiento de la biodiversidad, la conservación de los equilibrios ecológicos regionales, la mejora de la fertilidad del suelo y el mantenimiento de la calidad de el agua. En el caso de la ganadería, el objetivo es un alto nivel de bienestar animal y se exige a los ganaderos que respeten los hábitos de conducta específicos del ganado.
Por su concepción, la normativa de la Unión Europea en materia de agricultura ecológica proporciona una estructura bien definida para obtener productos ecológicos en todos los estados socios. La meta es satisfacer la demanda de productos ecológicos fiables que emana de los consumidores y garantizar simultáneamente un mercado equitativo para los productores, distribuidores y comercializadores.
El inconveniente de la producción ecológica para los productores son los costes, que suben más que en una explotación tradicional, porque no se pueden utilizar productos químicos. Esto obliga a tener más empleados. "Existe un incremento de mano de obra, porque se hace todo a mano", indica Torrelles y, además, la producción "es inferior a la de un cultivo convencional". Por eso el precio para el consumidor también es mayor.
El presidente del CCPAE cree que entre los consumidores hay mucho desconocimiento y no saben qué alimentos deben comprar. En este sentido, recuerda que la producción ecológica es la única que tiene un reglamento europeo y está controlada y certificada. Por eso reclama "mucha pedagogía" para impedir que se venda a los consumidores gato por liebre.
Los requisitos y controles
Para que los agricultores obtengan beneficios de estos métodos, los consumidores deben poder confiar en que se están respetando las normas de producción ecológica. Para ello, la UE mantiene un estricto sistema de control y garantía de cumplimiento que avala la correcta aplicación de las normas y reglamentos de la agricultura ecológica. La agricultura ecológica forma parte de una amplia cadena de suministro que incluye otros eslabones (transformación, distribución y venta al por menor), también sujetos a control.
Cada país de la UE designa a sus "organismos o autoridades de control" responsables de inspeccionar a los agentes de la cadena alimentaria ecológica. Antes de poder comercializar sus productos como ecológicos, los productores, distribuidores y comercializadores deben darse de alta en su organismo de control. Tras la inspección y control correspondientes, se les otorga un certificado que garantiza que sus productos se ajusten a las normas ecológicas. Todos los operadores deben superar un control al menos una vez al año para acreditar que siguen cumpliendo las normas. Los alimentos ecológicos importados también están sujetos a procedimientos de control para confirmar que se han producido y transportado respetando los principios de la agricultura ecológica.
Los alimentos ecológicos producidos y comercializados en la UE comparten una identidad visual común gracias al logotipo ecológico. El logo facilita que los consumidores de la UE identifiquen los productos ecológicos y que los agricultores puedan comercializarlos en todos los países de la Unión. El logotipo sólo puede utilizarse en productos certificados como ecológicos por un organismo de control autorizado. La certificación confirma que cumplen condiciones estrictas de producción, transporte y almacenamiento.
De hecho, el gran crecimiento de la producción ecológica no se ha producido sólo en Cataluña, sino que es un fenómeno generalizado en la UE, porque los consumidores piden cada vez más este tipo de productos. Esto provocó en 2022 una mayor exigencia comunitaria para dar respuesta a los retos que plantea esta rápida expansión y para dotar al sector de un marco jurídico eficaz. Entre los cambios que se introducen en esta nueva legislación, cabe mencionar que se refuerza el sistema de control, se aplican nuevas normas a los productores para facilitar la conversión de los pequeños agricultores a la producción ecológica, las importaciones están sujetas a una nueva normativa que garantiza que todos los productos ecológicos vendidos en la UE sean de la misma calidad y se amplía la gama de productos que se pueden comercializar como ecológicos.