McDonald's lleva a Barcelona a 14.000 trabajadores en un congreso privado
El encuentro, que ha generado protestas, se celebra en medio de un fuerte hermetismo mediático
BarcelonaUnos 14.000 empleados, proveedores y responsables de franquicias de la cadena de comida rápida McDonald's procedentes de todo el mundo, se reúnen esta semana en Barcelona, en la convención bienal que organiza la multinacional estadounidense. El evento, que se celebra en medio de un fuerte hermetismo, tendrá lugar entre el lunes y el jueves en el recinto de Gran Vía de Fira de Barcelona.
Se trata de la treintena edición de la convención, y es la primera vez que se celebra fuera de Norteamérica. La celebración del evento en Barcelona en 2024 se anunció en septiembre de 2022. "Como marca global, llevar la treintena convención global a Europa es un gran apoyo al impacto de nuestro negocio internacional", dijo la vicepresidenta de la multinacional, Jill McDonald, al anunciar la celebración del encuentro en Barcelona. Luis Quintillano, presidente de McDonald's España, calificó de "orgullo" la elección de la capital catalana como sede del congreso.
Fuentes de Fira de Barcelona confirman al ARA que, a diferencia de otros congresos –como el Mobile World Congress, Alimentaría, elISE o el Seafood Global que se celebrará a finales de este mes–, los organizadores de la convención de la multinacional de las hamburguesas se han limitado a alquilar el espacio y los servicios que ofrece la Fira, pero han decidido mantener totalmente privado el evento. Por tanto, a diferencia de otras convenciones con números de asistencia mucho más elevados, no han pedido ningún tipo de apoyo en publicidad o en atención a los medios de comunicación. McDonald's tampoco ofrece ninguna acreditación para prensa.
Según la empresa, a la convención asisten unas 14.000 personas, entre directivos, empleados, proveedores y titulares de franquicias provenientes de la mayoría de los 119 países y territorios donde opera.
Icono de la comida rápida estadounidense
McDonald's es probablemente la marca de hamburgueserías y comida rápida más conocida del planeta. Fundada en San Bernardino, en el sur de California (aunque actualmente tiene su sede central en Chicago), es, además, un icono de Estados Unidos y un símbolo de la expansión de su cultura y sus empresas en todo el mundo a partir de la segunda mitad del siglo XX.
La compañía nació en 1940 como un único restaurante abierto por dos hermanos, Richard y Maurice McDonald, pero en realidad fue el directivo Ray Kroc quien hizo mayor al grupo al asociarse con los fundadores en 1953. La empresa empezó a aplicar el trabajo en cadena iniciado en el restaurante primigenio para expandirse por toda California, primero, y por todo el país a partir de 1961. Kroc también va ser quien patentó el conocido logo con forma de M de la marca y quien empezó el modelo de gestión de los restaurantes a través de franquicias, un sistema que posteriormente también han adoptado otras multinacionales de la restauración o de la moda.
La compañía cotiza en la Bolsa de Nueva York, donde una acción vale más de 220 dólares, lo que sitúa el valor de mercado de la compañía por encima de los 192.500 millones de dólares (unos 180.000 millones de euros). En 2023 cerró el ejercicio con una facturación global de casi 25.500 millones de dólares y beneficios netos cercanos a los 8.500 millones, de acuerdo con datos de la propia empresa. Tiene una plantilla de aproximadamente 150 000 empleados.
Protestas contra la convención
Sin embargo, el elemento icónico de McDonald's es un arma de doble filo para la empresa. Por un lado, muchos estadounidenses la reconocen como un elemento inseparable de la cultura popular de su país. Por otro lado, también es vista por activistas de izquierdas como un emblema de la supremacía norteamericana, del capitalismo más descarnado, de las malas costumbres dietéticas en las sociedades modernas y de la falta de escrúpulos medioambientales de las grandes corporaciones.
Pese a los esfuerzos de McDonald's por intentar hacer más saludable su oferta culinaria –desde hace décadas las ensaladas han ido ganando importancia– y por fomentar la contratación de proveedores locales, el grupo no ha cambiado el núcleo de su negocio, que es el fast food, y mantiene la etiqueta de poco sostenible por parte de grupos ecologistas, que le acusan de utilizar productos poco saludablesí de fomentar la agricultura intensiva en países en vías de desarrollo.
Además, se ha visto involucrado en casos de evasión de impuestos. Por ejemplo, entre 2009 y 2015 McDonald's no pagó ni un solo euro de impuestos en ningún país de la Unión Europea –ni en Rusia ni en Ucrania– gracias a la instalación de la sede europea en Luxemburgo ya un acuerdo con el gobierno de ese país que permitió a la multinacional encontrar un agujero en las leyes tributarias internacionales. Pese a la frustración de la comisaria europea de Competencia, Margrethe Vestager, Bruselas tuvo que aceptar que se trataba de un entramado de empresas totalmente legal y que, por tanto, no podía reclamar nada a la compañía.
En este sentido, coincidiendo con la convención, la organización barcelonesa Food Cultura ha convocado protestas a lo largo de toda la semana contra la presencia de la multinacional en la ciudad, consistente en el lanzamiento de confeti con forma de patatas fritas frente a los 23 restaurantes de la cadena en Barcelona y Hospitalet de Llobregat. "Ante la crisis actual que sufre el pequeño campesinado, ante la situación climática, ¿qué hacemos acogiendo uno de los símbolos de la agroindustria? ¿Una empresa que regala comida al ejército israelí que invade Palestina?", dice la convocatoria. "¿Barcelona no presumió de ser nombrada la Capital Mundial de la Alimentación Sostenible?", añade.