BBVA recuerda que puede "desistir" de la opa pero admite que si no prospera puede sufrir "reacciones adversas"

MadridBBVA acaba de actualizar el documento de registro universal (DRU) con los posibles factores de riesgo que el banco puede tener a corto y medio plazo y entre ellos los asociados a la opa hostil que ha lanzado sobre el Banco Sabadell. Se trata de un documento (y una actualización) habitual, porque además de los riesgos deben incorporarse las novedades en cuanto a los últimos resultados trimestrales presentados —en este caso, los del primer semestre de 2025—. Sin embargo, los cambios añadidos este jueves adquieren cierta relevancia por el contexto de la opa. Además, llegan después de las condiciones impuestas por el gobierno español a la operación en junio y después de que el Sabadell se haya vendido la filial británica TSB y haya acordado el reparto de un dividendo extraordinario de 2.500 millones de euros.

Con todos estos elementos sobre la mesa, BBVA explica que está revisando el impacto de la condición que el ejecutivo español ha impuesto en la operación: la obligación de mantener separadas a las dos entidades entre tres y cinco años. Esto significa que aunque la opa pueda llegar a prosperar (BBVA y Sabadell se integrarían), la posterior fusión no se materializaría hasta más adelante. En concreto, la entidad que preside Carlos Torres explica que la exigencia del gobierno de Pedro Sánchez "retrasaría la implementación de las sinergias [ahorro de costes] derivadas de la fusión", aunque no da detalles de ningún impacto concreto. En cualquier caso, reitera que pese a la condición del ejecutivo "la toma de control e integración con el Sabadell crea valor para los accionistas de ambas entidades".

Por lo que respecta a la venta de la filial británica TSB y el reparto del dividendo extraordinario, BBVA recuerda que, de conformidad con la CNMV, puede "desistir de la oferta o mantenerla", en línea con lo que el consejero delegado del banco, Onur Genç, dijo la semana pasada en rueda de prensa. Los accionistas del Sabadell ratificaron ayer miércoles ambos movimientos en dos juntas generales de accionistas celebradas en Sabadell. Las votaciones sirvieron a la entidad vallesana como una nueva demostración de fuerza frente a la opa hostil.

Entre los riesgos señalados y vinculados a la opa, de no prosperar, el BBVA reconoce que el precio de la acción del banco "podría verse afectado o ser objeto de fluctuaciones". Además, la imposibilidad de llevar a cabo la opa "afectaría de forma negativa a la reputación [del banco] y podría generar reacciones adversas en inversores y clientes, así como afectar negativamente a la relación del BBVA con sus empleados y clientes". Unas advertencias que la entidad ya ha señalado en los últimos meses en distintos documentos.