El Robin Hood de los bancos, detenido tras 12 años en el exilio
El catalán será juzgado esta semana en Nanterre por una supuesta criptoestafa
BarcelonaHan pasado casi doce años desde que el activista de Vilanova y la Geltrú Enric Duran plantó la Audiencia de Barcelona en el inicio de su causa por haber obtenido 492.000 euros de entidades bancarias. Ahora, según ha informado La Directa, el catalán, conocido como el Robin Hood de los bancos, ha sido detenido en Francia por una presunta operación de intercambio de criptomonedas con una persona relacionada con un fraude de comercio electrónico. La detención se produjo el pasado 12 de junio y, desde entonces, se encuentra en prisión preventiva en el centro penitenciario de Osny-Pontoise, a tan sólo 40 kilómetros de París.
Esta misma semana —entre el 27 y el 30 de septiembre— Duran acudirá a los tribunales de justicia de Nanterre acusado de un delito de blanqueo de capitales. Concretamente, según el citado medio, el usuario habría logrado el dinero vendiendo productos por internet que después no enviaba. Enric Duran asegura que no era conocedor del origen de la inversión: “El cliente me mintió diciendo que quería invertir en bitcoin los ingresos de su negocio de comercio electrónico. Las mentiras siguieron de principio a fin”.
En un escrito enviado a los medios de comunicación, el activista asegura que su detención intenta "criminalizar" las transacciones de criptomonedas y que su detención está más vinculada a su pasado que ese delito. “Sin mi historial como Robin Hood de los bancos, no habría pasado estos meses en prisión. Con la experiencia del interrogatorio, alguien puede creer que la policía francesa estaba más interesada en encontrar una razón para inculparme que en la verdad”, dice.
492.000 euros entre 39 entidades
El apodo de Robin Hood de los bancos no es fruto de la casualidad: entre el 2006 y el 2008, Duran contrató créditos por valor de 492.000 euros con 39 entidades bancarias distintas sin intención de devolverlos. De hecho, el activista destinó a todos y cada uno de estos euros a iniciativas sociales. Esto le llevó a ser denunciado por una muchedumbre de bancos. La causa nunca pudo prosperar porque Duran se marchó al exilio y estaba en paradero desconocido. Los delitos prescribieron el pasado año, por lo que ya no se le pueden imputar.
Durante el juicio —que quedó en papel mojado por la marcha de Duran al exilio—, la Fiscalía y hasta 16 acusaciones particulares que representaban a diferentes bancos pedían ocho años de cárcel para el catalán por un delito continuado de falsedad documental mercantil y de un delito de insolvencia punible. Duran, cuando pedía los créditos, se había hecho pasar, entre otras cosas, por director comercial o informático y confeccionaba nóminas falsas para acreditarlo.