El BCE vuelve a rebajar sus tipos de interés 0,25 puntos, hasta el 3%
El organismo bancario sigue reduciendo el precio del dinero con la inflación bajo control y la eurozona en un crecimiento económico anémico
BarcelonaLas prioridades del Banco Central Europeo (BCE) han cambiado: ahora teme más por las dificultades de la economía de la zona euro recuperar el vuelo que no por la inflación. Los países de la moneda única siguen registrando crecimientos escasos —especialmente en Alemania y Francia, donde reina la inestabilidad política—, mientras que los precios ya se encuentran casi bajo control. En este contexto, el organismo bancario ha decidido este jueves seguir bajando sus tipos de interés y los ha reducido en 0,25 puntos, hasta el 3%.
El recorte anunciado este jueves es la cuarta de este año y la tercera consecutiva. Así pues, el BCE está revirtiendo paulatinamente la subida abrupta del precio del dinero que inició después del comienzo de la guerra de Ucrania, y la crisis energética y de aumento de precios. De hecho, los analistas y los mercados prevén el organismo bancario seguirá reduciendo los tipos de interés el próximo año, sobre todo ante la ralentización de la economía de la eurozona.
Sin embargo, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, ha evitado dar pistas sobre si el Consejo de Gobierno del organismo bancario seguirá bajando los tipos de interés. Así pues, se limitó a decir que continuarán "basándose" en las perspectivas de la inflación y de la transmisión de la política monetaria. "No nos comprometemos por adelantado en ninguna senda concreta de tipos", ha insistido la dirigente francesa.
En este sentido, cabe recordar que el aumento de los tipos de interés es una de las principales herramientas de las que dispone el BCE para aplacar la inflación. Si el precio del dinero se encarece, los créditos –esto incluye las hipotecas– suben. Esto frena la actividad económica y, por tanto, se consigue el objetivo perseguido: reducir el aumento de precios. Ahora bien, naturalmente, uno de los efectos secundarios de los tipos de interés elevados es disminuir el crecimiento económico.
Por este motivo, en un contexto de ralentización económica como la actual, el BCE opta ahora por reducir el precio del dinero e intentar impulsar el incremento del producto interior bruto (PIB, índice que se utiliza para calcular la riqueza de un país) de la eurozona. De hecho, las mismas previsiones del BCE "prevén ahora una recuperación económica más lenta que las proyecciones" que publicaron en septiembre: crecerá un 0,7% en 2024, un 1,1% en 2025, un 1,4% en 2026 y un 1,3% en 2027.
Por eso, la propia presidenta del organismo bancario ha defendido la decisión del Consejo de Gobierno del BCE. "Con el tiempo, la paulatina desaparición de los efectos de la política monetaria restrictiva debería sostener una recuperación de la demanda interna", ha dicho la dirigente francesa en rueda de prensa. Sin embargo, admitió que, en estos momentos, pese a que las "condiciones de financiación se están relajando por las recientes bajadas de los tipos, siguen siendo estrictas porque la política monetaria todavía es restrictiva y las anteriores subidas todavía se siguen transmitiendo" en los créditos.
Por el contrario, el BCE se mantiene optimista con el control del aumento de precios. "El proceso de desinflación sigue avanzando", se congratuló Lagarde. Así pues, las previsiones económicas del organismo bancario aseguran que la inflación en 2024 se situará ya en el 2,5%, el 2,1% en 2025, el 1,9% en 2026 y el 2,1% 2027. Y, en cuanto a la inflación subyacente –la que no incluye los precios de productos más volátiles, como los alimentos o la energía–, también se calcula que continuará bajando gradualmente: un 2,9% en 2024, un 2,3% en 2025 y un 1,9% tanto en 2026 como en 2027.
De esta forma, la presidenta del BCE ha constatado que "la mayoría de indicadores" apuntan a que la inflación "se estabilizará de forma sostenida" en torno al 2%. "La inflación ha descendido, pero sigue siendo elevada principalmente porque los salarios y los precios en algunos sectores todavía se están ajustando con un retraso considerable a la fuerte subida de inflación", ha explicado Lagarde.