El cierre de los bares hunde un 25% la facturación de Cacaolat
La compañía obtiene los peores registros de ventas y resultados desde 2013
Cacaolat no se ha escapado de la crisis provocada por el covid. La compañía de batidos de chocolate perdió durante 2020 una cuarta parte de las ventas, y esto provocó que las pérdidas se dispararan. Por culpa de la pandemia, la empresa obtuvo los peores resultados económicos desde 2013, cuando apenas acababa de ser rescatada de la desaparición por Damm y Cobega.
En concreto, el fabricante con sede en Santa Coloma de Gramenet facturó 44 millones, un 25% menos, y perdió 6,1 millones. Hay que mirar siete años atrás para encontrar unos registros similares.
Cacaolat es altamente dependiente de las ventas a restaurantes y bares, que cerraron durante muchos meses de 2020. No tanto por el volumen (el año antes de la pandemia aportaron el 20% de la facturación) sino porque era mucho más rentable que el otro canal principal de ventas, las tiendas y los supermercados. Aun así, la compañía, que también produce la leche Letona, explica en su memoria que las ventas bajaron "en la mayoría de canales de distribución", también en este último. Sea como fuere, Cacaolat cree que el "alto valor" de sus marcas y productos permitió pasar el año de forma "satisfactoria" teniendo en cuenta el contexto de la pandemia.
Durante 2020, la compañía mantuvo los sueldos del equipo directivo, pero el consejo de administración se quedó sin cobrar (en 2019 los 9 miembros del consejo habían percibido 96.000 euros entre todos).
Después de salvarse de la desaparición, las cuentas de Cacaolat habían ido experimentando una mejora continuada: en 2012 la compañía facturaba 32 millones y en 2017 la cifra se había casi duplicado, hasta los 62 millones. Los beneficios, a pesar de que escasos, se repitieron año tras año. Pero en 2018 la situación empeoró: las ventas se estancaron y el grupo empezó a tener pérdidas. Según fuentes de la compañía, estos números rojos se debían al hecho de que Cacaolat tuvo que asumir el coste del cierre de una fábrica de Utebo, en Aragón, heredada de la época de Rumasa.
El año siguiente, en 2019, Cacaolat casi salió de pérdidas (-300.000 euros), pero las ventas volvieron a bajar, hasta los 59 millones. A raíz de esto los dos accionistas, Cobega y Damm, decidieron remodelar toda la cúpula directiva. Pero entonces llegó el covid.
Pasado 2020, el grupo vivió otro cambio importante: este verano Cobega ha vendido a Damm el 50% de las acciones que tenía, de forma que el grupo cervecero se ha quedado como único accionista de Cacaolat. El precio de esta transacción no se ha hecho público. En 2012, los dos grupos habían destinado 75 millones al rescate del productor de batidos y, desde entonces, la compañía no ha repartido nunca dividendos.