Fiscalidad

Los expertos que afirman que los ricos no pagan IRPF

Dos técnicos de Hacienda analizan en un libro las deficiencias de la fiscalidad en España

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José Maria Mollinedo, secretario general del sindicato de técnicos de Hacienda y coautor del libro 'Los ricos no pagan IRPF'.

Barcelona¿Pagan suficientes impuestos los ricos? ¿Y las familias más pobres? ¿Y las empresas? ¿Hay que cambiar el modelo fiscal en España? Estas preguntas recurrentes son algunas de las que intentan responder a los técnicos del ministerio de Hacienda José María Mollinedo y Carlos Cruzado con un nuevo libro provocativamente titulado Los ricos no pagan IRPF (Capitán Swing).

La obra identifica algunos de los problemas que tiene la fiscalidad en el Estado, que ambos autores consideran que hay que mejorar y, sobre todo, endurecer para las personas con rentas más altas y las grandes corporaciones, que han ido pagando cada vez menos desde que en los años 80 "se decidió fomentar la economía financiera sobre la real", indica Mollinedo en una entrevista con el ARA. España no fue una excepción.

Mollinedo recuerda "la paradoja de Warren Buffet", el multimillonario estadounidense que aseguró que su secretaria pagaba proporcionalmente más impuestos que él, pese a ser durante años la persona más rica del planeta. Una situación que en el Estado se replica por diversas vías, aunque la Constitución especifica que el sistema fiscal debe ser progresivo, es decir, transferir renta de las franjas más ricas de la población a las más pobres.

En este sentido, Mollinedo denuncia que de todos los impuestos en vigor en España sólo tres tienen efectos redistributivos: el del IRPF, el de sucesiones y el de patrimonio. En cambio, otros tienen incluso efectos contrarios: las familias más pobres "dedican una mayor parte de su renta al consumo" y, por tanto, se ven más castigadas por el IVA, que representa más de uno tercio de la recaudación fiscal en el Estado, recuerda.

Sicavs, paraísos fiscales y poco control

De hecho, a pesar de ser progresivo, el IRPF podría serlo aún más, ya que grava más los salarios que las rentas del capital (por ejemplo, dividendos o alquileres), que pueden ser fruto del ahorro o de 'una ganancia especulativa' y que benefician sobre todo a las personas más ricas, recuerda el coautor del libro. A todo ello, las grandes fortunas pueden escabullirse de pagar a través de sociedades de inversión de capital variable (sicavs), instrumentos totalmente legales que reducen significativamente la carga fiscal.

Igualmente, las grandes fortunas y las grandes empresas tienen acceso a asesores legales muy competentes que les permiten evadir o eludir impuestos a través de tramas societarias en paraísos fiscales. Según el coautor, el 80% de la plantilla del ministerio de Hacienda que se dedica al control tributario sólo puede investigar, por su rango, a empresas con una facturación inferior a los seis millones de euros anuales.

En este marco legal, además, la economía sumergida representa, según diversos cálculos, un 20% de la actividad económica del Estado y Mollinedo señala que sigue aumentando. "Si la tendencia es creciente, como aparenta, estamos haciendo las cosas regular", remacha.

Pese a las críticas, Mollinedo ve movimientos "esperanzadores". En España, se ha ampliado la plantilla para investigar a contribuyentes con "patrimonios relevantes", y se ha puesto más la lupa en la compraventa de "bienes de lujo" o sobre "tarjetas de crédito sin nombre" en paraísos fiscales, dos vías habituales de blanqueo. Además, un centenar largo de países acordaron en 2021 instaurar un impuesto de sociedades mínimo global del 15%.

El infierno fiscal donde se pagan menos impuestos que en Europa

En Catalunya, el debate sobre la fiscalidad nunca ha dejado de estar sobre la mesa, pero recientemente la patronal Foment del Treball ha vuelto a encenderlo calificando a Catalunya de "infierno fiscal". En opinión de Mollinedo, el concepto deinfierno fiscal busca mostrar el "componente peyorativo de los impuestos", pero argumenta que una parte muy grande de la población no ve mal que se suban los impuestos –sobre todo a las familias más acomodadas ya las grandes empresas– si esto debe servir para fortalecer los servicios públicos. "La mayoría de ciudadanos preferirían tener mejores pensiones, mejor cartera sanitaria o mejor educación", explica.

Mollinedo considera que si se describe como un "infierno fiscal" cualquier comunidad autónoma, "entonces para Francia, Alemania o Países Bajos ya no tendríamos calificativos", porque todos estos países tienen una presión fiscal notablemente más elevada que en España . "Preferimos huir de esos calificativos rotundos", dice.

De hecho, las quejas de Fomento tienen que ver con la comparación de Catalunya con las autonomías gobernadas por el PP, donde los respectivos gobiernos llevan años recortando impuestos propios y cedidos, como sucesiones, patrimonio y, en los últimos días, la ley Mbappé que quiere aprobar Madrid. "Las comunidades están infrafinanciadas. Si el Estado les cede unos impuestos y no los recaudan, después no tienen sentido las quejas", apunta Mollinedo.

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