Drones: un sector de crecimiento exponencial
Cataluña puede crecer en aplicaciones y servicios en un mercado que ya supera los 700M€ anuales en el Estado
BarcelonaLa guerra de Ucrania ha puesto los drones bajo el foco por su uso militar. Pero detrás de la eclosión de estos artilugios está toda una industria, un mercado y un ecosistema de alto valor económico. El mercado está a cuento. Las compañías cotizadas que fabrican drones han disparado su valor en bolsa desde que Rusia invadió Ucrania. Y más especialmente, desde que se comprobó que un aparato no tripulado con valor inferior a 1.000 dólares es capaz de inutilizar un tanque valorado en más de dos millones. Desde febrero del 2022, las principales cotizadas del sector en Wall Street –la bolsa estadounidense– avanzan, en promedio, más de un 650%.
De media, las empresas de drones han multiplicado por más de siete su valor en el mercado. Hablamos de compañías como Red Cat Holdings, AeroVironment, Kratos Defense, la empresa antiaérea de drones DroneShield (cotiza también en Australia) u otras de menor capitalización como Duke Robotics (UAS Drone Corp.). La capitalización bursátil conjunta no alcanzaba los 4.000 millones de euros cuando Vladimir Putin invadió Ucrania en febrero de 2022. Hoy la suma supera los 32.000 millones de dólares de valor de mercado.
Antes de la guerra ya era un mercado en crecimiento por sus usos civiles, pero la utilidad bélica de estos artilugios ha disparado su valor. También las ventas. Aunque China y EEUU siguen siendo los principales diseñadores y fabricantes de drones, Europa ha identificado claramente la importancia del desarrollo del sector. Actualmente, en la Unión Europea hay cerca de 200 fabricantes de drones de uso civil, y Francia encabeza el ranking con 34 fabricantes, Alemania con 26 y Reino Unido con 23. Le siguen de cerca España con 21 empresas dedicadas a la fabricación de drones e Italia con 14. ~BK_SLT_NA
No hay cifras oficiales, pero se calcula que en España el sector mueve unos 700 millones de euros anuales. El número de operadores ha crecido exponencialmente y ya hay más de 119.600, según los últimos datos de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), dependiente del ministerio de Transportes.
Como en muchos otros países, el sector de la defensa ha contribuido al fuerte crecimiento del sector de los drones, que de por sí ya iba hacia arriba con los usos civiles. "Indudablemente, las fuerzas armadas españolas y el ministerio de Defensa han tenido un papel tractor indiscutible en el desarrollo de este ecosistema", explicaba en su blog en el Centro Avanzado de Tecnologías Aeroespaciales (CATEC) el consultor Carlos Suárez.
Las fuerzas armadas incorporaron muy pronto el uso de estos sistemas a sus operaciones, inicialmente con aeronaves procedentes de otros países (Searcher, Scan Eagle, Raven, Orbiter y MQ-9 Predator B, entre otros), pero también apostaron por la industria nacional o por su incorporación a grandes proyectos europeos. Así, empresas como SCR han tenido un importante éxito internacional en la categoría de los blancos aéreos o target drones. La apuesta por los drones estatales empezó a fraguarse con el programa de I+D Rapaz, que ya está dando frutos maduros como lo demuestra, por ejemplo, la contratación reciente de varios sistemas TARSIS de Aertec para el ejército de tierra.
La participación española en el programa Euromale, junto con Alemania, Francia e Italia, en el proyecto FCAS; la involucración en el pilar de Remote Carriers del consorcio español SATNUS (GMV, Sener, Tecnobit) y de la propia Airbus Dnza S, así como Airbus Dnzac D&S, en el Sirtap, constituyen una prueba evidente del compromiso del ministerio de Defensa para impulsar la industria nacional en el campo de los vehículos no tripulados.
La oportunidad catalana
Pese a los intentos europeos, "no tenemos líneas de producción fuertes, sino incipientes", explica al ARA Pere Ferrer, consultor de seguridad y BDM de Squadrone. Al menos el 70% del mercado está en manos de los países asiáticos, explica. Pero Ferrer ve oportunidades de crecimiento de la industria en dos grandes mercados: la prestación de servicios y las contramedidas. En el caso de los servicios pone el ejemplo del uso de drones para el mantenimiento de controles de líneas eléctricas, en la agricultura u otros. Porque al igual que ocurre con la guerra, "es una ventaja competitiva sobre otra tecnología". Al igual que es más barato un dron que un avión caza o un misil en la guerra, también es más barato actuar sobre una línea eléctrica con drones que con un helicóptero. Sin embargo, Ferrer opina que "el mercado de los servicios no se está exprimiendo lo suficiente".
Pero también ve un mercado en crecimiento claro en las contramedidas. A su juicio, los drones cada vez tendrán un papel más importante no sólo en la seguridad pública, sino también en el control y vigilancia de instalaciones privadas como industrias, eventos deportivos o conciertos. Al mismo tiempo, es necesario establecer mecanismos para evitar que estas instalaciones o eventos puedan ponerse en peligro mediante el uso de drones. Incluso, dice, se necesitan contramedidas para preservar secretos industriales.
Aquí, dice, hay una oportunidad para empresas catalanas. Eso sí, afirma que "el mercado evoluciona muy rápido y la tecnología también", y son necesarias "plataformas transversales que puedan integrar varias tecnologías". Respecto al uso militar, este consultor cree que "el mercado es diferente y habrá desarrollos propios" del Estado.