"Cobramos lo mismo que hace 25 años"
El actor David Bagés explica su relación con el trabajo y el dinero
El actor David Bagés (Reus, 1966) creció en una familia de gran tradición teatral: “La madre siempre había hecho teatro amateur y el padre tocaba la trompeta”, rememora el artista. Tanto él como su hermana entraron en este mundo de pequeños: “Era como un juego, era una actividad lúdica y familiar. De hecho, éramos tan pequeños que no recuerdo el primer día que subí a un escenario.”
Con sólo 14 años ganó su primer dinero como actor: “Era con el colectivo de teatro La Vitxeta, era muy poco, algo anecdótico”, explica alEmpresas. En casa siempre le dieron apoyo moral y económico para formarse, aunque lo veían complicado: “Mi madre me dijo: «David, para mí perfecto que te dediques, pero yo llevo muchos años haciendo teatro y no he cobrado nunca, sólo he tenido que poner dinero»". Desde entonces que trabaja en este sector: "No he hecho nada más en la vida".
“Cuando empecé no era por hacer tele o cine. Yo pensaba que iría de giras por aquí y por allá; tampoco pensaba quedarme en Barcelona, creía que sería una parada, y después continuaría en Francia, Inglaterra, Alemania con una compañía internacional”, explica el actor. Y añade: “El teatro me ha dado la visión de qué es esa profesión. Después, cuando entré en televisión y en el cine, descubrí un mundo de la interpretación nuevo”. Aparte de hacer teatro, Bagés ha participado en más de 10 películas y ha actuado en una treintena de programas televisivos. En su trayectoria también hay galardones: ganó el Premio Butaca al mejor actor protagonista en el 2000 con Mein Kampf y en 2010 El auca del señor Esteve. En 2022 también ganó el Premio Butaca al mejor actor de reparto por Macbeth, de Eugen Ionescu.
Por lo que respecta a sus finanzas personales, el artista apunta que la experiencia ha sido la mejor escuela. A los 22 años, trabajaba en Plástico, un programa de música de Televisión Española: “Estaba cobrando realmente mucho dinero. Cuando terminé el programa, que duró dos años y medio, a los tres meses no tenía ni un duro.” “Venia de no tener dinero. Entonces cuando hice este programa, viajé mucho, gasté dinero con mis amigos, me compré un coche y otras cosas que no tenía. Total, que ya habían terminado. Me quedé sin un real”, explica.
Bagés comenta que en aquella época podía permitírselo porque no tenía la responsabilidad de una familia, pero con el contexto actual hace falta planificación a largo plazo: “Los sueldos que estamos cobrando ahora en teatro son los mismos en pesetas que los que cobrábamos hace 20 o 25 años. Son los mismos, literal”, lamenta.
Él asegura ser afortunado porque es de los pocos actores del sector que trabaja exclusivamente de la interpretación: “Hablo desde una situación privilegiada. Privilegiada para que trabajo, no para que cobre mucho. Pero me resulta muy difícil ahorrar. En casa debemos pensar mucho si queremos ir a un restaurante, por ejemplo”. La inestabilidad laboral es la peor desventaja de su profesión: “Hace unos ocho meses acabé un trabajo y nada tenía, ningún proyecto. Tenía el desierto delante. Me preocupé. Intenté que la gente se enterara, y al cabo de tres meses la situación dio la vuelta, y tuve que escoger entre las propuestas”, rememora. "Pero antes sufres, no duermes y tienes insomnio", relata.
"Además de ser trabajos precarios por definición, hay que tener sangre fría para mantener un equilibrio emocional", manifiesta Bagés. De hecho, dice que no todo el mundo puede soportarlo: “Cuanto mayor me hago, más gente lo deja. Grandes actores y actrices se pliegan porque no se ganan la vida y no aguantan psíquicamente. Son situaciones extremas y te replanteas si toda la vida quieres estar así.” “Debemos ser conscientes de que está pasando esto con ciertas profesiones que mantienen viva la cultura de un país. Por eso, los gobiernos deberían dar ciertos derechos fiscales como ya hacen otros países”, sugiere.
Bagés explica que los actores suelen cotizar mucho y pagan un 35-36% de IRPF: “También tengo una representante y tengo que pagarle un 15% de mi sueldo. Por tanto, sólo me queda un 46-47% de mis ingresos.” En cambio, la perspectiva de la jubilación es mejor: “Cobramos bastante. Los amigos jubilados a los que les he preguntado cobran unos 2.500 o 2.700 euros.” Quizá por eso Bagés afirma que, aunque siga actuando, tiene “muchas ganas” de jubilarse.