La herramienta pionera (y catalana) que convierte las farolas, semáforos y pilones en inteligentes
Una empresa de Barcelona crea un sistema que contempla el comportamiento de instalaciones eléctricas de la calle
BarcelonaUn apagón generalizado deja sin luz un barrio entero de las afueras del pueblo. Las farolas han dejado de funcionar. Tres calles seguidas, ahora en el centro de una transitada ciudad, se han quedado sin semáforos: se han fundido de un momento a otro. Son situaciones poco habituales, pero que todavía hoy alteran el normal funcionamiento de la vida urbana. Las consecuencias son andar de noche a oscuras o conducir sin dispositivos de control en intersecciones viarias de alta velocidad. No hacen mucha gracia, y menos si te encuentras de repente.
Pero estos errores puntuales se pueden prever. O al menos esto es en lo que está trabajando una empresa con sede en Barcelona que tiene entre manos una herramienta pionera en el sector: un sistema pionero asistencia remota de alumbrado urbano que hace uso de la inteligencia artificial. LuzIA es una herramienta que permite analizar datos, realizar predicciones y anticipar la toma de decisiones para desarrollar una gestión más sostenible y eficiente del servicio de alumbrado público de las ciudades. Salió de los cerebros del equipo de SECE, una compañía centenaria que tiene más de 300 trabajadores y que prevé cerrar este 2024 con una facturación de 37 millones de euros, cifra que mejora sustancialmente las ventas de hace un año.
Detrás de este empuje económico está el éxito de un sistema que de momento no tiene competidores, al menos en el sector del alumbrado urbano. ¿En qué consiste? "Lo que hace este sistema es coger datos y buscar correlaciones, que se convierten en patrones de comportamiento, y estos patrones te permiten predecir lo que va a pasar", explica al ARA el consejero delegado - director general de SECE, Jordi Escriche. Lo que da un punto añadido, según este directivo, es que en el sistema se puede integrar cualquier sensor, lo que convierte a la herramienta en un sistema altamente versátil. "Si incorporamos un sensor de climatología dentro del cuadro, o de contaminación, o incorporas cámaras de tráfico, te dará más información. La tercera cosa que tiene es que utiliza fuentes de información externa: podemos conectar el sistema a los datos de tráfico o en el Meteocat", añade Escriche.
El sistema se encuentra actualmente en fase de recopilación de datos. La compañía ha instalado ya más de 500 de estos sistemas en una veintena de municipios. "Hemos podido llegar a algunas conclusiones, pero todavía se está implementando", dice Escriche. Las primeras evaluaciones han servido para comprobar que las correlaciones son fiables, y existen casos concretos. En el campo de la meteorología, por ejemplo, esta herramienta ha detectado que existen más averías cuando hay condiciones climatológicas adversas. "Si el Meteocat te dice que habrá una situación meteorológica determinada, y tenemos un sensor de humedad, al final la correlación te dirá que tienes un porcentaje elevado de que la zona se averíe o apague", añade.
Este ejemplo se extiende a otras casuísticas: si hay épocas y horas determinadas en las que por una calle pasa mucha más gente de lo habitual, se podrá regular la luz en función del tráfico de personas. "También puedes darle más datos y, si pasan muchos vehículos, será interesante regular el tráfico", explica Escriche, quien dice que la gran propuesta de valor de este sistema es que permite analizar muchos datos. De hecho, de ahí nació la idea: en SECE se dieron cuenta de que disponían de muchos datos a los que podían dar un mejor uso. "Lo más importante es que es un sistema que, aparte de tener todo el tema de la IA, es escalable. Puedes poner todos los sensores que quieras, y puedes personalizarlo: para un municipio lo importante será la contaminación acústica y para otro el control de accesos", añade. De momento, la empresa está hablando con distintos municipios para escuchar lo que más les interesa. Incluso puede tratarse de robos de cables.
La compañía, a lo largo de sus 112 años de historia, se ha dedicado a vender servicios, mantener e instalar alumbrado público, lo que incluye desde farolas y semáforos hasta pilotes eléctricos de control de acceso y cámaras. "La actividad principal es el alumbrado público", detalla Escriche. "Hasta ahora, de manera presencial o remota, se podían hacer algunas cosas, como controlar los consumos, regular cuando se enciende y apaga, regular las curvas lumínicas (dar mayor o menor intensidad a la luz, en función del época del año) y verificar los consumos de energía, no muchas cosas más", dice Escriche.
Ahora, con la recopilación de datos, la compañía podrá establecer todas estas y otras correlaciones que podrán incluso subsanar errores antes de que los sistemas dejen de funcionar. "Si planificas el trabajo, no tendrás que enviar operarios. Y la ciudad funciona mejor", resume Escriche. Esto puede significar que las calles sin luz y los semáforos sin funcionar pasen a ser cosas del pasado.