El sector sanitario busca su terapia
La tercera actividad económica en valor y empleo en Cataluña se plantea cambios para hacer frente a retos como el envejecimiento de la población
BarcelonaEs el tercer sector por peso económico en Cataluña, con cerca del 10% de toda la riqueza que se genera anualmente y aporta uno de cada 10 trabajadores a la economía. Son cifras que reflejan el peso del sector sanitario, que sólo superan el turismo y el comercio. Se trata de un modelo "fantástico", pero que se está quedando "obsoleto", a juicio de Núria Mas, profesora de economía de la cátedra Jaime Grego de Global Healthcare Management del Iese. Son necesarias, por tanto, medidas para reforzarlo en un contexto dominado por el envejecimiento poblacional y sus efectos. Terminar con la infrafinanciación es uno de los objetivos esenciales, teniendo en cuenta que más del 72% del gasto corresponde al sector público. Una de las claves es la alianza con el sector privado.
Mas aseguró que Catalunya "tiene los elementos que conforman un buen ecosistema, desde las universidades a las escuelas de negocios y start-ups, pero falta conectar las piezas". Los avisos se produjeron precisamente durante su intervención en la jornada celebrada el 9 de octubre en Món Sant Benet en el marco del 50 aniversario de la Unión. Esta asociación de entidades sanitarias y sociales reunió a más de 250 personas referentes del mundo socioeconómico y directivos del sector sanitario y social, entre PSC con los presidentes Pasqual Maragall y José Montilla, o Boi Ruiz en el gobierno de Artur Mas.
En palabras del presidente de la Unión, Joan Maria Adserà, los representantes de este sector constituyen "un motor de progreso económico, cohesión social y equilibrio territorial" a tener en cuenta. El hecho es que la potencia de la actividad gana fuerza con implantaciones como la del Centro Fraunhofer para la Teragnosis Aplicada (Fraunhofer-CAT), del instituto alemán Fraunhofer, uno de los centros de investigación aplicada más importantes del mundo, en colaboración con el Instituto de Bioingeniería de Cataluña (IBEC), que se instalará de Barcelona. La teragnosis es una técnica innovadora en la medicina nuclear que combina la terapia con el diagnóstico y que supondrá un salto cualitativo para el ecosistema del sector. Como dijo la ministra de Ciencia, Diana Morant, al firmar el convenio con el instituto alemán, este establecimiento, que cuenta con el apoyo de las administraciones central, autonómica y local, "consolida a Barcelona como la capital científica del país".
En una línea similar sobre la actividad se manifestó la patronal Foment del Treball, cuyo presidente, Josep Sánchez Llibre, aseguró que el sector sanitario "es un pilar estratégico de la economía catalana", así como "un motor económico y social". Y el presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona, Josep Santacreu, gran conocedor del sector porque fue muchos años consejero delegado de la aseguradora médica DKV, afeó que se tenga "una mirada demasiado pública" del sector. A su juicio, debería darse más margen al sector privado, y, especialmente, apostar por priorizar de alguna manera a las empresas catalanas, que a veces quedan en desventaja frente a las de otros países. De hecho, en más de una ocasión se ha defendido la importancia de reforzar el tejido de start-ups especializadas como proveedoras del sector público.
Ricard Fabregat, director de Biocat, recordó la importancia de la actividad, que emplea a 280.000 personas en Cataluña, con más de 1.500 empresas, de las cuales más de 500 son start-ups. El pasado año este ecosistema captó 347 millones de euros, y durante la primera mitad del ejercicio actual ya se ha superado esta cifra.
Por su parte, la consellera de Economía admitió los retos a los que se enfrenta el sector, como el envejecimiento de la población y el consiguiente incremento de las enfermedades crónicas. Son factores que hacen que el sistema deba adaptarse a las nuevas realidades. Y uno de los primeros pasos debería ser que el presupuesto público, el gran motor de la actividad, sea cada vez "más real". De hecho, se ejecutan unos 16.000 millones de un total de 37.000 millones de cuentas públicas, explicó.
Pero sobre el papel, la cifra es menor. El presupuesto inicial para 2025 (prorrogado desde 2023) eran 11.251,5 millones y el pasado 30 de junio se situó en 13.271,1 millones. Y todo ello aumenta el gasto que se traslada de un ejercicio a otro, como recoge la Cuenta General de la Generalitat: en 2024, de los más de 4.700 millones de gasto desplazado, 3.047 fueron facturas pendientes del Servicio Catalán de la Salud (SCS) y del Instituto Catalán de la Salud (ICS). Es una muestra de que la infrafinanciación del sistema es uno de los problemas a resolver.
Catalunya es la tercera comunidad autónoma en gasto sanitario por habitante, con 3.029 euros, por detrás de Euskadi (3.081) y Asturias (3.052). Pero no es de las que más dinero destina por habitante al gasto público (2.126 euros por habitante) y tiene una parte importante de gasto privado (903), que supone en torno al 30% del gasto total, por encima de la media española, que es del 26%.
Núria Mas, además de advertir sobre la necesidad de adaptar el sistema sanitario a las necesidades de los pacientes actuales, afirmó que para mantener la excelencia el sistema debe ser sostenible. También defendió "hacer valer" los datos, es decir, con todas las prevenciones sobre la privacidad, poder utilizarlos para la investigación. Todo ello para reforzar el modelo, que debería ser una prioridad, puesto que la sanidad "es lo que mejor hace Europa" si se compara con otras actividades en las que ha quedado atrás. Se ha producido, por ejemplo, con la tecnología, o cómo le ha ocurrido a una potencia como Alemania, que "hay que reinventarse" una vez sobrepasada su industria del motor por la del vehículo eléctrico chino.
Mas advirtió que la sanidad, un elemento de competitividad, debe hacer frente a presiones financieras intensas, como la tendencia a aumentar los recursos para defensa, envejecimiento poblacional o deuda pública, además de las nuevas necesidades de los pacientes, las ineficiencias y los nuevos modelos de negocio.
Uno de los estudios más recientes sobre el sector sanitario es el del Consejo de Trabajo Económico y Social de Cataluña (CTESC). El análisis incluye las actividades que permiten, directa o indirectamente, la prestación de servicios sanitarios: farmacia, comercio al por mayor de productos farmacéuticos, servicios sociales, investigación y desarrollo (I+D) en materia de salud, comercio al por menor de productos farmacéuticos, instrumentos médicos, seguros ligados a la salud, servicios centrales de la administración pública de salud y equipos médicos. De todo ello se concluye que el sector de la salud ocupa la tercera posición de la economía catalana en términos de valor añadido, y su peso en porcentaje del PIB ha sido creciente. También ocupa la tercera posición en términos de empleo.
La BioRegión se configura como un sector importante en términos económicos, con capacidad de crecimiento, que atrae talento e inversión, y que manifiesta especialización en ámbitos como la oncología o la neurología. El CTESC advierte que la acción política "debería preservar este ecosistema como un nuevo modelo de economía productiva para hacer frente a los retos futuros que necesite el sistema de salud". Los datos muestran que el gasto público es mayoritario en el total del gasto sanitario, pero el gasto privado sanitario ha ganado presencia.
A raíz de los resultados del informe, el CTESC constata que el sector de la salud es estratégico tanto desde el punto de vista económico como social. Durante la pandemia de la Covid-19, por ejemplo, se puso de manifiesto la centralidad que tiene la salud en la actividad económica y la vida social.
Por un lado, el sector de la salud es estratégico en tanto que generador de actividad económica, investigación, conocimiento, innovación, puestos de trabajo y efectos de arrastre y retorno. Destaca por el volumen y la calidad de la investigación, el empleo y la inversión que representa. Así, por ejemplo, la BioRegió ofrece capacidades únicas y punteras en genómica, biología estructural, química médica, nanomedicina, bioinformática, big data y realización de ensayos clínicos, especialmente en el ámbito de la oncología, donde el territorio catalán es referente a nivel mundial. Por otro lado, el sistema de salud público y universal es garante de la cohesión social, "dado que permite reducir las desigualdades socioeconómicas a través de la atención directa y de la generación de entornos más saludables", según este organismo.