Cómo vender 7.000 zapatillas sin tenerlas y sin dinero
La marca de zapatos Wado ha logrado levantar casi 600.000 euros en tres meses a través de las preventas hechas con micromecenazgo
“Wado significa gracias en cherokee”, explica Marta Llauquet, la fundadora de esta firma, junto con sus amigos Lizzie Sabin y Damian Augustyniak. Con sólo 28 años, los tres socios de esta nueva marca de zapatillas inspiradas en los años 80 aseguran que, efectivamente, tienen “mucho que agradecer”. Decidieron financiar su proyecto empresarial a través de la plataforma de micromecenazgo Kickstarter y lograron los 11.000 euros que necesitaban en apenas 24 horas. Pocos días después habían superado ya el récord de 190.000 euros que había conseguido otro referente del sector, las gafas de sol Hawkers.
Ahora, tres meses después, ya están a punto de superar los 600.000 euros en otra plataforma, Indiegogo. Han logrado prevenir 7.000 pares de zapatillas antes de haberlas fabricado y sin tener el dinero para ello.
“Ahora ya nos llegarán los primeros 7.000 pares, que están todos vendidos, y ya hemos empezado a producir las siguientes 10.000 unidades”, explica Llauquet. “Me encantan las zapatillas y mis socios también; así empezó todo”, explica esta joven emprendedora, que también está concienciada con el medio ambiente: “A Wado plantamos dos árboles por cada par de zapatillas que vendemos -explica-, por lo que ya hemos plantado 14.000 árboles, en la India, concretamente”.
También hacen sostenible el proceso de producción. “Nos cuesta tres veces más, pero trabajamos con un proceso de curtición de la piel que no utiliza cromo, un elemento químico que contamina mucho, tanto a los artesanos cuando trabajan como a los ríos después”, mantiene Llauquet.
Fabrican en Portugal y vienen a todo el mundo, pero el público español todavía se les resiste. “Vendemos sobre todo a Alemania, Bélgica, Países Bajos y Francia; estos países representan el 70% de nuestras ventas”, explica Llauquet, quien admite que la clave para triunfar en Kickstarter es que funcione el arranque de campaña.
“Si el primer día consigues buena parte de tu objetivo, la plataforma te posiciona muy arriba y esto da mucha visibilidad a tu proyecto”, explica la empresaria, que reconoce que ella y sus socios prepararon muy bien la salida. “Estuvimos meses trabajando, y el día que empezábamos a recoger dinero en Kickstarter hicimos un acto, con familiares y amigos, donde explicamos el proyecto y les enseñamos los prototipos; casi todos compraron y eso nos ayudó mucho”, admite Llauquet.
De hecho, la inversión inicial en su negocio no supera los 3.000 euros. “Eran el dinero que necesitábamos para desarrollar algunas pruebas, los prototipos, hacer el registro de la marca y estas cosas”, detalla. Después de ver la aceptación de su producto se constituyeron en una sociedad limitada, y ahora son ya cuatro personas en total trabajando a tiempo completo en Wado. Llauquet, que se formó en la escuela de negocios Esade, asegura que el trabajo previo antes de financiarse con micromecenazgo es crucial. “Durante la precampaña, meses antes del lanzamiento, debes dedicarte a crear contenido para que el primer día consigas recaudar tanto dinero como puedas”, explica.
Movilizar las redes sociales también es otro de los pilares básicos de su negocio. “En nuestro caso, nosotros también utilizamos Facebook Ads; esta herramienta nos permite salir de nuestro círculo y enfocar muy bien la audiencia a la que queremos llegar”, argumenta Llauquet. “La audiencia a identificar muy bien en estos casos es el público que se interesa por el crowdfunding y no los que siguen la moda”, añade.
Ahora que las preventas les han permitido arrancar, el equipo de Wado quiere centrarse en desarrollar su propia tienda online, que esperan tener en marcha este mes de septiembre. “No queremos una tienda física, sólo e-commerce ”, asegura Llauquet, aunque matiza que para llegar a las tiendas intentarán encontrar acuerdos con algunas multimarca y también tiendas de diseño. “Ahora hemos vendido las primeras zapatillas a 59 euros, pero subiremos el precio a 85 y la idea es acabar vendiendo cada par a 99 euros”, explica esta empresaria. El precio es, precisamente, uno de los límites para el mercado español, que, según Llauquet, "tiene una barrera psicológica en los 100 euros". Con todo, Wado espera facturar entre 1,6 y 2 millones de euros hasta marzo del próximo año, cuando apenas se cumplirá el primer año de vida de este proyecto.