Energía

El extraño descenso del precio del petróleo, pese a la guerra, que favorece a los consumidores

Moscú y Riad no salen adelante en sus maniobras para encarecer el crudo

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El presidente ruso, Vladimir Putin, y el príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohammed Ibn Salman, reunite en Riad el miércoles.

BarcelonaEl petróleo Brent, de referencia en Europa, cerró el miércoles poco por encima de los 74 dólares el barril, y ayer se movía en torno a los 75 dólares. Esto afianza que el precio del crudo está en claro descenso desde finales de septiembre, cuando superó los 95 dólares el barril, y el descenso ha llegado a pesar de las guerras en Ucrania y Gaza. El abaratamiento favorece claramente al consumidor y demuestra que, a diferencia de otras veces, las maniobras de Arabia Saudí y de Rusia para encarecer el oro negro no están alcanzando sus objetivos.

La traducción para el consumidor es evidente. Desde septiembre los carburantes en España han ido encadenando descensos semana tras semana y la gasolina ha bajado ya más del 10%. Lo que se ha reflejado también en el frenazo de la escalada de precios. El IPC avanzado de noviembre en España se situó en el 3,2% en tasa interanual, y el propio indicador de la eurozona ha descendido hasta el 2,4%, acercándose al objetivo del Banco Central Europeo, que es situar la subida de precios en torno al 2%.

La invasión rusa de Ucrania disparó los precios energéticos. El barril de Brent se disparó hasta casi 130 dólares. Pero la reacción de los países desarrollados, sobre todo de la Unión Europea, devolvió el precio a las cifras previas y el pasado junio tocó mínimos anuales en torno a los 77 dólares. Posteriormente, repuntó algo, pero sin superar en ningún momento los 100 dólares el barril. Pero el inicio de la guerra de Israel en Gaza, el pasado 7 de octubre, hizo temer a una nueva escalada del crudo. Tradicionalmente, los conflictos en Oriente Próximo se han traducido en encarecimientos del petróleo, básicamente por el miedo a que afecten al estrecho de Ormuz, por donde pasa gran parte del crudo que llega a Occidente. Pero esto no ha ocurrido en este caso. El 6 de octubre el precio del barril estaba a 84,7 dólares. El primer día de mercado después del estallido del conflicto, el 9 de octubre, ascendió a 88,2 dólares, y desde principios de diciembre se sitúa por debajo de los 80 dólares el barril, es decir, más barato que los días inmediatamente anteriores al estallido del conflicto en Gaza.

El precio no satisface a Rusia y Arabia Saudí, dos de los principales socios de la organización de países productores de petróleo y sus socios, lo que se conoce como la OPEP+. A Riad le interesa un mayor precio del petróleo para poder cuadrar sus deficitarias cuentas públicas. Y en Moscú un alto precio le permitiría financiar mejor la sangría de recursos que supone la guerra en Ucrania.

De hecho, el miércoles el príncipe heredero saudí Mohammed bin Salman y el presidente ruso Vladimir Putin se encontraron en Riad y reafirmaron la necesidad de que los miembros de la OPEP+ se comprometan a llevar a cabo recortes de producción que harían subir los precios y, según dicen, favorecerían a la economía global, según publica este jueves la agencia de noticias estatal saudí. El príncipe Mohammed y Putin alabaron la estrecha cooperación de sus países y "los esfuerzos exitosos de los estados de la OPEP+ para impulsar la estabilidad de los mercados mundiales del petróleo".

Acuerdo descafeinado

Pero lo cierto es que los países de la OPEP+ no han logrado ponerse de acuerdo para un recorte de la producción que permita subir los precios. Ya hace unos días, la cumbre de países productores en los que debía debatirse el tema se aplazó. Por último, hace una semana, los miembros de la OPEP+ llegaron a un mínimo acuerdo: habrá recorte de la producción, pero voluntario. Así, Rusia y Arabia Saudí ya han anunciado que extienden sus recortes actuales hasta marzo. Algunos países, como Kuwait, se han sumado al recorte voluntario de la extracción de petróleo, pero otros, como los africanos Nigeria y Angola, no parecen demasiado dispuestos a recortar su producción.

Los analistas, ante el resultado de las conversaciones de los miembros de la OPEP+, hablan ya de un acuerdo "descafeinado" y lo interpretan como una "puntada adelante" hasta la primavera que difícilmente hará subir el precio en un momento de debilidad de la demanda por la ralentización general de la economía mundial.

Además, la producción de petróleo de los miembros de la OPEP va perdiendo peso en la extracción total de crudo en el mundo. Así, hace una década casi un 44% del petróleo salía de los países del cártel, mientras que el porcentaje actual se sitúa en torno al 39%. Y a este hecho se suma el aumento de la producción en Estados Unidos, uno de los principales consumidores del mundo, donde se ha pasado de la extracción de 448 millones de toneladas hace 10 años a más de 700 millones en el actualidad.

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