Energía

La guerra comercial hace desplomar el precio del petróleo

La caída de la cotización compromete el 'fracking' de EEUU

Un trabajador revisa la válvula de una tubería de petróleo en un yacimiento propiedad del productor de petróleo estatal ruso Bashneft cerca del pueblo de Nikolo-Berezovka,
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BarcelonaEl 1 de abril el precio del barril de Brent, de referencia en Europa, se situaba en 74,95 dólares. El día 2 de abril el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, compareció en el jardín de la Casa Blanca para anunciar los aranceles que imponía a cada uno de los estados del mundo (aunque ahora están suspendidos durante 90 días, excepto para China), en lo que llamó "día de la liberación". Ese mismo día, el precio del petróleo iniciaba un descenso en picado que hizo mínimos el 8 de abril, cuando se situaba en 62,82 dólares, un descenso de más del 16% en tan sólo una semana. Desde ese momento, el precio del petróleo se ha situado en torno a los 65 dólares el barril.

Evolució del preu del barril de Brent
En dòlars el mes d'abril

Son unos precios que no se veían desde agosto del 2021, cuando el mundo todavía se estaba recuperando de la pandemia de la cóvid-19 y aún no había estallado la guerra de Ucrania. Es decir, la guerra comercial desatada por Donald Trump ha derribado el precio de la energía fósil que todavía es la más consumida en el mundo. Sin embargo, dentro de los factores geopolíticos que influyen en el precio del petróleo, la guerra comercial es sólo el detonante de una serie de decisiones que presionan a la baja el precio del crudo.

Uno de estos factores, evidente, es el miedo a que los aranceles ralenticen el crecimiento de las economías del mundo. Las grandes economías de Europa –excepto España– están mostrando una gran debilidad, especialmente Alemania y Francia, que marcan un crecimiento escaso y que, a raíz de la guerra comercial, pueden crecer aún menos o, incluso, entrar en recesión. Muchos analistas también indican que la economía de Estados Unidos, a consecuencia de la política económica de la administración Trump, podría salir debilitada, especialmente cuando la Reserva Federal (Fed, el banco central del país) ha frenado la rebaja de los tipos, lo que podría afectar al consumo y la inversión y, de rebote, rebajar la demanda de petróleo.

A este factor hay que sumar otro importante. La Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados, entre ellos Rusia, que se conoce como OPEP+, ha decidido revertir los recortes de la producción de los dos últimos años y ha anunciado que inundará el mercado de crudo. De hecho, el 3 de abril, sólo un día después del anuncio de los aranceles, este cártel petrolero anunció que introducirá en el mercado otros 411.000 barriles cada día a partir de mayo, cuando el plan inicial era aumentar la producción sólo 138.000 barriles. Es decir, triplicará el aumento de la producción inicialmente prevista.

Unos barriles de más que entrarán en el mercado justo cuando la propia OPEP, esta semana, ha dicho que prevé un descenso en la demanda de petróleo. Y también la Agencia Internacional de la Energía, esta misma semana, ha revisado sus previsiones y anticipa que el crecimiento mundial de crudo se frenará en 2025 en 730.000 barriles diarios, una rebaja de 300.000 barriles sobre la anterior previsión. Una caída drástica que podría acentuarse en 2026.

Si se prevé una caída de la demanda y la OPEP+ revierte los recortes de la producción, ¿qué busca el cártel del petróleo? Pues, por un lado, Rusia necesita vender el máximo de su petróleo –tras el embargo por parte de Europa por la invasión de Ucrania– a otros países, ya que necesita dinero para hacer frente al alto coste de la guerra. Por su parte, Arabia Saudí también necesita vender el máximo de crudo para hacer frente a sus planes inversores sin dañar sus cuentas públicas. Pero, además, un precio bajo del petróleo también duele a la administración Trump en plena guerra comercial, en la que Rusia está aliada con China.

Impacto en el 'fracking'

Porque hay que recordar que Estados Unidos es, actualmente, el primer productor mundial de petróleo, pero si el precio del barril de Texas (WTI), el crudo que se extrae con el método del fracking, deja de ser rentable, muchas empresas del sector se verán abocadas a la quiebra, como ya ocurrió durante la pandemia, cuando el precio del barril en Estados Unidos llegó a ser negativo. EEUU es el primer productor mundial de crudo, con 19,63 mb/d en 2024, por delante de Rusia (13,65 mb/d ) y Arabia Saudí (9,02 mb/d).

De hecho, las acciones de petroleras tradicionales han caído en los últimos días, pero han caído mucho más las de empresas de fracking como Diamondback Energy o Devan Energy. De hecho, la propia Agencia Internacional de la Energía ha alertado esta misma semana del peligro para estas empresas. Estas compañías, dice la AIE, necesitan un precio medio de 65 dólares por barril para que perforar nuevos pozos sea rentable. Además, dice esta agencia, los aranceles que pueden encarecer el acero y los equipos pueden desincentivar aún más la perforación. La AIE concluye que "los mercados petroleros se enfrentan a un período turbulento y de una incertidumbre considerable".

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