Energía

Paradoja energética: el consumo de petróleo en máximos, a pesar del récord de inversión en renovables

Las energías limpias captan 358.000 millones de dólares en todo el mundo en el primer semestre de 2023

Pozos de extracción de petróleo y molinos de viento en texas
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BarcelonaRealizar la transición energética no es fácil. Pero, además, hay elementos paradójicos. Por ejemplo, a pesar de la inversión récord en energías renovables en el mundo, de momento el consumo de petróleo no desciende. No sólo eso, sino que para este año se prevé un récord histórico de consumo de crudo en el mundo, según las proyecciones de la Agencia Internacional de la Energía (AIE).

Así, según los datos de BloombergNEF, la nueva inversión en renovables en todo el mundo se disparó hasta los 358.000 millones de dólares en los seis primeros meses de este año. Una cantidad que es un 22% superior al mismo periodo del año pasado y el máximo histórico en un semestre.

China fue el mayor mercado, con una inversión de 177.000 millones de dólares de nuevas inversiones, un 16% más que en el mismo período del año pasado. El gigante asiático se situó por delante de Estados Unidos, con 36.000 millones de dólares, y Alemania, con 11.900 millones.

Si durante muchos años la energía eólica había acaparado el grueso de la inversión en renovables, la situación ha dado la vuelta , y ahora es la solar fotovoltaica la que atrae más inversión. La energía solar se llevó 239.000 millones de dólares, lo que representa dos tercios del total de la inversión en renovables en el mundo y un 43% más que en el mismo período del año pasado. Una inversión que incluye tanto a los grandes parques fotovoltaicos como a las pequeñas instalaciones de autoconsumo.

En cambio, la inversión en energía eólica bajó un 8% en comparación con el primer semestre del año pasado y se quedó en 94.000 millones de dólares en el primer semestre de este año. Destaca la caída de la inversión en eólica terrestre (-21%), debido a la dificultad cada vez mayor para conseguir permisos.

Pero a pesar de todas estas inversiones y las políticas de descarbonización, con mayor o menor intensidad, de los diferentes países, lo cierto es que la demanda de petróleo en el mundo no deja de crecer. La Agencia Internacional de la Energía (AIE), en su último informe, indicó que la demanda mundial de petróleo alcanzó en junio un nuevo récord de 103 millones de barriles diarios (mb/d). El aumento se debe a la reactivación de los viajes aéreos y del consumo de China, según el boletín de esta organización, que advierte que en agosto se puede alcanzar otro pico de la demanda.

"Los recortes de suministro cada vez más profundas de la OPEP+ chocaron con una mayor confianza macroeconómica y la mayor demanda mundial de petróleo de todos los tiempos", señala la AIE. Para el conjunto del año, el organismo prevé que la demanda mundial de petróleo registre una expansión de 2 ,2 mb/d, hasta alcanzar los 102,2 mb/d, el nivel anual más alto de toda la serie histórica, China aportará un 70% de esta nueva demanda, según los cálculos de la AIE.

De hecho, este organismo no prevé un descenso de la demanda mundial de petróleo hasta 2024, cuando una situación económica de crecimiento más moderado, junto con las medidas de mayor eficiencia energética de los diversos gobiernos y el desarrollo de la movilidad eléctrica, harán bajar la demanda mundial de crudo.

Curiosamente, la demanda de petróleo a escala mundial crece más que nunca a pesar de que las renovables aceleran, según la propia AIE, que destaca que tras el paro de la pandemia el ritmo de crecimiento en energías limpias se ha acelerado en 2023, y la capacidad aumentará en 107 gigavatios, hasta superar los 440, cuando acabe el año. El mayor incremento de la historia.

Subsidios en las energías fósiles

El hecho es que el consumo de petróleo, a pesar de las políticas de transición energética, no sólo no desciende, sino que, además, los estados siguen subvencionando los combustibles fósiles. Al menos así se desprende de un informe de los Fondo Monetario Internacional (FMI) publicado la pasada semana. Las ayudas a los combustibles fósiles –sobre todo petróleo, carbón y gas natural– tocaron el máximo histórico en el mundo en 2022. En total, las subvenciones a los hidrocarburos otorgadas por los gobiernos de 170 estados diferentes sumaron 7 billones de dólares (6,46 billones de euros) , según el FMI. Unas subvenciones a los combustibles fósiles que, además, no disminuyen, sino que van a más. En tan sólo dos años, el total de subsidios a combustibles fósiles aumentó en dos billones de dólares.

Los subsidios explícitos (los que dejan el precio final que pagan los consumidores por debajo del precio de coste) entre 2020 y 2022 se doblaron, hasta alcanzar 1,3 billones de euros en todo el mundo. Estos 7 billones de dólares representan un 7,1% del producto interior bruto (PIB, el indicador que mide la actividad económica) del mundo, una cifra superior a lo que "los gobiernos gastan anualmente en educación y unos dos tercios de lo que se gastan en sanidad", que son el 4,3% y el 10,9% del PIB global, respectivamente.

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