Estudios, alquileres de temporada y lofts de 20 m2: estos son los pisos más baratos de Barcelona

BarcelonaLos pisos de Barcelona más baratos anunciados en los principales portales inmobiliarios no superan los 700 euros al mes. Son una escasa decena de viviendas entre los 18 y los 35 metros cuadrados repartidos por distintos distritos de la capital catalana.

"Muchas agencias ya ni lo ponen en los portales porque los satura la agencia inmobiliaria por la cantidad de gente que está esperando. El mayor volumen de producto de alquiler en Barcelona está en el Eixample, hay una demanda muy grande", explica al ARA el director de estudios del portal Pisos.com, Ferran Font.

Un loft sin cédula de habitabilidad

Por 625 euros, y en la que es la oferta más barata que ha encontrado este diario, Fotocasa anuncia un loft que en su descripción recomienda "consultar a las autoridades locales" sobre los requisitos de la cédula de habitabilidad y cambio de uso. El piso no la tiene, y alquilar una vivienda en estas condiciones es ilegal.

Se trata de unos bajos que dan a la calle Pablo Iglesias del barrio de La Prosperitat, que dispone de 37 metros cuadrados de superficie y está totalmente amueblado. También está disponible para la compra: "Preferente venta, pero se podría valorar el alquiler", asegura el anuncio, pese a estar colgado en el apartado de alquileres del portal.

Vivir en 18 m² en Sant Antoni

"Estudio pequeño con sofá cama. Pensado para una sola persona, finca con ascensor y servicio de portería. Tiene lavadora y aire acondicionado". Así reza el anuncio de un piso en la calle Viladomat del barrio de Sant Antoni de Barcelona.

Comparte con el resto de pisos anunciados por debajo de los 700 euros una categoría de eficiencia energética poco eficiente. El alquiler mensual sale en este caso a 650 euros y el estudio está equipado con una tele junto a la cocina con un pequeño lavabo justo al lado.

25 m2 sin calefacción en el Raval

Por 670 euros al mes, con el añadido de 30 euros para pagar los gastos de comunidad, Idealista ofrece un piso de 25 metros cuadrados en pleno Raval. La vivienda dispone de un solo espacio una zona común, una cama para dormir, una cocina y un baño completo.

El piso está ubicado en la calle de la Luna en una primera planta. No tiene ascensor. La única condición que debe cumplir el inquilino es tener "un contrato laboral con antigüedad" que supere el doble del valor del alquiler.

Un estudio solo para 11 meses

En el barrio de Gràcia, por 655 euros, existe un estudio de 26 metros cuadrados que solo acepta inquilinos que estén de paso. En la descripción, el anuncio avisa de que se trata de una oferta de alquiler de temporada. "Posibilidad de reservar a distancia", destaca la oferta.

Al igual que el resto de pisos, se trata de un estudio para solo una persona. Ubicado en una tercera planta interior, cuenta con ascensor y dispone de una calificación de consumo energético E, la tercera más baja. Se construyó en 1965 y no tiene ninguna habitación.

Los alquileres de temporada, disparados

El sector inmobiliario ha alertado reiteradamente de que la regulación del precio de los alquileres provocaría un desplazamiento de la oferta del alquiler convencional a la de temporada. El motivo es que, para muchos propietarios, esta modalidad supone un atajo para sortear la limitación de precios, que solo aplica sobre el alquiler tradicional.

Según los últimos datos publicados por Idealista, esta predicción se ha cumplido: la oferta de los alquileres de temporada ha crecido un 58% en los últimos 12 meses en Barcelona, donde el 30% de los pisos que se ofrecen en este portal inmobiliario son de temporada.

Este tipo de contratos son superiores a 30 días –si duraran menos necesitarían una licencia de alojamiento turístico, pero inferiores a 11 meses, porque entonces se considerarían alquileres habituales. Sin embargo, la clave para que sea considerada de temporada es que no sea la vivienda habitual del inquilino.

"En la agencia, los precios del alquiler de temporada se han casi duplicado. El propietario debe hacer una inversión, con muebles más modernos, para que su vivienda sea un piso de revista. Esto hace que los precios sean más altos, buscan sacar mayor rentabilidad", explica al ARA Rosa (nombre ficticio), que regenta una pequeña inmobiliaria en Barcelona.