La recuperación post-covid

Giró critica el afán recentralizador del Estado con el fondo Next Generation

El Govern ve la debilidad financiera de las empresas y el paro estructural como los grandes riesgos económicos post-pandemia

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El consejero Jaume Giró en la presentación de la Nota de Economía .

BarcelonaEl deterioro de la situación financiera de las empresas y el paro estructural son dos de las consecuencias de la pandemia del covid-19 para la economía catalana, según se desprende de la Nota de Economía presentada este jueves por el conseller de Economía, Jaume Giró. Un amplio repaso a la evolución de la economía del año 2020, marcado por la pandemia, del que también se pueden sacar lecciones positivas.

Entre los aprendizajes de esta pandemia, Giró ha destacado la necesidad de la lucha contra las desigualdades, puesto que el amplio estudio remarca cómo los más afectados han sido los jóvenes, las mujeres y las personas más vulnerables, puesto que se ha ampliado la brecha de género, la brecha digital y la dualidad en el mercado laboral. Giró también ha destacado que en Catalunya se ha antepuesto la salud sobre la economía y la necesidad de profundizar en las políticas de investigación, a pesar de que ha puesto en valor el sistema de salud catalán y los mecanismos de ayudas a las personas y las empresas que ha puesto en marcha la Generalitat.

El conseller de Economía también ha destacado el papel de la Unión Europea en la lucha contra la crisis. "La idea de Europa sale reforzada", ha indicado, a pesar de que ha reclamado de nuevo la gestión de los fondos europeos Next Generation por parte de la Generalitat. "El único pero [a este mecanismo europeo] es la falta de sensibilidad del Estado a la hora de permitirnos tomar decisiones como personas adultas y poder asignar nosotros los fondos que corresponden a Catalunya", ha indicado Giró, que también ha criticado que el Estado "anteponga su vocación recentralizadora a los intereses de los catalanes".

La directora general de Análisis Económico y Prospectiva, Marta Curto, ha sido la encargada de presentar el número 106 de la Nota de Economía, que contiene la aportación de varios aspectos para analizar el impacto de la pandemia en la economía y las perspectivas de futuro.

Curto ha destacado el hecho de que la Generalitat ha sido la administración que más recursos —en números absolutos y en proporción— ha destinado a ayudas directas. A pesar de todo, el impacto de la pandemia ha sido mucho más fuerte en Catalunya que en la media de la eurozona. Catalunya perdió un 11,5% del PIB el segundo trimestre del año pasado, mientras que la media de los países de la zona euro fue del 6,6%. Esto se atribuye, entre otras cosas, a la estructura de la economía catalana, especialmente por la dependencia de los servicios y el turismo, y el peso más bajo de sectores estabilizadores como la agricultura o las administraciones públicas.

Valor de los ERTE e inversión

Entre las principales conclusiones que se sacan de este estudio está el papel de los ERTE como medida para evitar que el paro se desbocase. Según una de las autoras del estudio, la profesora de economía aplicada de la Universitat de Barcelona e investigadora del Institut de Economía de Barcelona, Gemma Garcia Brosa, sin los ERTE el paro se habría disparado al 30%. Los ERTE, ha indicado, "han venido para quedarse". En el mismo sentido, la secretaria de Economía y Fondos Europeos de la Generalitat, Matilde Villaroya, ha indicado que hay que acabar con la dualidad del mercado de trabajo y potenciar la flexibilidad interna en las empresas, un aspecto que pueden facilitar los ERTE.

Villaroya también ha apuntado la necesidad de potenciar las políticas industriales en sectores donde Catalunya puede tener oportunidades, como el aeronáutico o la biotecnología. Otro de los autores del estudio, Joan Maria Mussons Olivella, responsable de coyuntura económica de la Generalitat, ha incidido en la necesidad de potenciar la inversión, tanto en las empresas como en las administraciones públicas. Mussons ha recordado que desde la crisis financiera la inversión sufrió una importante bajada y en la última década se ha situado 3,5 puntos por debajo de la media de la eurozona.

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