Ganadería

La guerra ya cierra explotaciones ganaderas en Catalunya

El sector calcula que una treintena de empresas han tenido que cerrar tres meses después del inicio de la invasión rusa de Ucrania

Pol Casaponsa Sarabia
3 min
Vaques paciendo en el valle de Assa, a Asiago, provincia de Vicenza, en una imagen de archivo.

BarcelonaHace más de tres meses que empezó la guerra entre Rusia y Ucrania. En el momento del estallido del conflicto ya se decía que, en nuestra casa, los grandes perjudicados serían los ganaderos. La dependencia del cereal que provenía del llamado "granero de Europa" y el gran consumo energético que piden las granjas indicaban que el sector lo podría pasar mal. ¿Cómo les ha acabado afectando? ¿Ha sido tan grave como se esperaba? El sector confirma los peores pronósticos.

Las primeras consecuencias de esta situación ya han empezado a salir. “Unas treinta explotaciones de vacas de Catalunya ya han tenido que cerrar y otros han tenido que reducir su rebaño, por ejemplo, de 600 vacas a 150, puesto que ya no sale a cuenta producir leche y vender la carne es lo más efectivo a corto plazo”, explica la presidenta de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (ASAJA), Rosa Pruna. Además, señala que los vaqueros han sido los primeros afectados, pero que los siguientes serán los que tengan terneros, porque “las grandes empresas se quedarán con toda la producción, como ya ha pasado con el porcino, puesto que los pequeños productores, con estos gastos, son insostenibles”. 

“El precio para mantener a los animales se ha disparado, pero nosotros no podemos subir el precio de la carne, puesto que nadie nos la compraría”, explica Pruna. También se muestra preocupada porque los bienes y productos que se han visto más afectados por la inflación son totalmente necesarios para el sector y explica que productos como el trigo han pasado de costar 220 € por tonelada durante el año pasado a 380 € hoy. La presidenta de ASAJA cree que esta subida de precio no ha sido provocada solo por el conflicto e indica que “aquí hay alguien que está haciendo el agosto”. Es por este motivo que considera que “tal como se ha hecho con otros productos, el precio de los cereales se tendría que intervenir”.

El pienso se agota

Por su parte, el presidente de la Associació Catalana de Fabricants d'Aliments Compostos (ASFAC), Pere Borrell, explica que la situación con los proveedores es del todo “incierta”. Los fabricantes de pienso se han encontrado sin stock de cereales, al ver como puertos como el de Tarragona han pasado de tener provisiones para dos meses a quedarse con el almacén casi vacío, con existencias para solo dos semanas. España es el máximo productor de pienso en toda Europa y el último año comercializó 30 millones de toneladas que sirven para alcanzar la necesidad interior y la de muchos países comunitarios.

Aparte, también avisa que, si bien hasta el mes de octubre la importación de los cereales está garantizada, después volverá a llegar la temporada ucraniana y se volverán a encontrar "sin nada". De hecho, la Unión Europea, en respuesta al conflicto de Ucrania, levantó las restricciones del comercio de cereales que había con Argentina y Estados Unidos de América con un permiso de seis meses prorrogables, lo que Borrell pide que “se instale definitivamente”.

Desde el sector se quejan de que las ayudas europeas “todavía no han llegado”. Consideran que no cubren todo el daño que han sufrido a pesar de que Pruna asegura que cuando lleguen serán “bienvenidas”. Además, Borrell explica que, para acceder a las actuales, tienen que argumentar que tienen proyectos de investigación y desarrollo, y, a pesar de que se especula que saldrán ayudas específicas para el sector de los alimentos compuestos, “estas serán mucho más pequeñas y, por lo tanto, insuficientes”. También se queja del hecho de que “los sectores con grupo de presión más fuertes han sido los grandes beneficiados”. 

Pero todavía ha nacido otra preocupación compartida por todo el sector de los cereales. La cosecha nacional, que apuntaba a ser muy buena y aportaba esperanzas a muchos, ahora parece que no será como se esperaba. Aun así, están a la espera de lo que pasará durante las semanas próximas, que es cuando el cereal tiene que empezar a granar.

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