Industria

Los resultados reafirman la arriesgada apuesta de Lego por el plástico reciclado

La multinacional danesa de juguetes gasta un 60% más en materias primas más ecológicas

ARA
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Lego

BarcelonaLa multinacional danesa de juguetes Lego, que en los últimos años ha obtenido resultados positivos, ha cambiado el tipo de plástico que utiliza para la fabricación de sus productos hacia resina hecha con materiales reciclados y energías renovables. Esta política le representa un incremento de hasta el 60% de los costes, que la empresa ha decidido no traspasar al precio de venta, según informa este miércoles el diario británico Financial Times.

Según el consejero delegado del grupo, Niels Christiansen, un 30% de la resina –el plástico moldeable con el que se hacen las conocidas piezas cúbicas de la marca– utilizado durante el primer semestre del 2024 proviene de fuentes recicladas o renovables, tales como aceite de cocina, y de materiales de combustibles fósiles. "Es entre un 40 por ciento y un 50 por ciento más caro en términos del material. Pero no lo pasamos al consumidor", ha asegurado Christiansen al Financial Times.

La empresa quiere estimular la demanda de este tipo de plásticos reciclados entre los productores a fin de que se incremente también la oferta de materiales más ecológicos entre las industrias que utilizan plásticos. El giro llega después de que Lego decidiera eliminar paulatinamente el petróleo y otros hidrocarburos de su cadena, pese a que esta transición hacia materias primas más verdes tiene costes elevados, para llegar a 2032 con todos los productos realizados con material renovable o reciclado.

En el proceso, Lego también ha sufrido fracasos. Por ejemplo, el año pasado tuvo que abandonar un proyecto para utilizar botellas de plástico recicladas para realizar las piezas, pero tras varios intentos llegó a la conclusión de que el impacto en emisiones de la fabricación era más alto que con otros materiales.

Beneficios abundantes

Hace dos décadas, Lego era una compañía con muchos problemas, que sufría sobre todo la creciente demanda de juguetes electrónicos y videojuegos que afectó a los fabricantes tradicionales. De hecho, estuvo a punto de declarar concurso de acreedores, pero finalmente supo adaptarse a los cambios en la demanda y optó por aliarse con empresas como Epic Games, el desarrollador de videojuegos como el Fortnite. Además, apostó por los parques de atracciones, por estrenar en los cines películas propias y por fabricar juguetes de franquicias cinematográficas como Star Wars o Harry Potter, de cara a competir con multinacionales como Universal o Disney.

Según su actual consejero delegado, el grupo danés busca ofrecer productos para la "totalidad" de los momentos de ocio de los niños. También vio una fuente de ingresos en líneas de productos para un público más adulto pero que ha crecido con la marca, como cajas destinadas a coleccionistas –por ejemplo reproducciones de estadios o monumentos– o una colección de ramos de flores de piezas de Lego.

Esta diversificación ha dado frutos a la multinacional, que cerró los primeros seis meses de este año con un aumento de las ventas del 13%, hasta los 31.000 millones de coronas danesas (unos 4.200 millones de euros) y una subida del beneficio operativo del 26%, hasta los 8.100 millones de coronas (unos 1.100 millones de euros), en un mercado en el que las ventas totales cayeron un 1% a escala mundial, según datos recogidos por el Financial Times.

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