El área metropolitana de Barcelona ganará 6.000 pisos protegidos en los próximos cinco años
El AMB apuesta por promover vivienda social de venta y rehabilitar un parque muy envejecido
BarcelonaLa falta de vivienda asequible no sólo preocupa a Barcelona. También afecta a su área metropolitana, donde la imposibilidad para encontrar piso a un precio aceptable se extiende como una mancha de aceite. Con un mercado inmobiliario disparado, la capital catalana y los 35 municipios que le rodean sólo disponen de un 1,8% de alquiler social, una proporción que el Área Metropolitana de Barcelona (AMB) lleva años trabajando para incrementar e intentando reactivar un sector que se encogió a raíz de la burbuja inmobiliaria y la crisis económica. "Estamos en el 20% de lo que se producía antes", remarca el gerente del AMB, Ramon Torra.
La maquinaria se ha vuelto a poner en marcha, pero no es fácil, con unas empresas de construcción que no encuentran al personal suficiente ni tampoco el relevo necesario. Entre 2019 y 2025, el AMB ha impulsado la promoción de unas 5.000 viviendas sociales. Esta cifra prevé incrementarla en los próximos cinco años, con 6.000 viviendas públicas más y sumar unas 11.000 en una década. Todos estos pisos contribuirán en el plan del ejecutivo de Salvador Illa, que prevé construir 50.000 pisos públicos.
Las herramientas que tiene el AMB para poner en el mercado pisos protegidos son el Instituto Metropolitano de Promoción de Suelo y Gestión Patrimonial (IMPSOL), que promoverá 6.000 pisos entre 2019 y 2030, y Vivienda Metrópolis Barcelona, operador público-privado que está construido en 0000000000. en la capital catalana. Vivienda Metrópolis Barcelona, formada por el Ayuntamiento de Barcelona, el AMB y las promotoras Neinor y Cevasa, tiene en marcha la promoción de 1.828 viviendas, con la previsión de entregar las primeras a finales de este año, ubicadas en Sant Boi de Llobregat. Una alianza con el sector privado que el alcalde de Cornellà y vicepresidente ejecutivo del AMB, Antonio Balmón, defiende ampliar para hacer frente a un problema cada vez más extendido en más capas sociales.
Hay que volver a construir, y las administraciones buscan todas las fórmulas posibles para reactivar el sector. El AMB apuesta por desarrollar vivienda protegida, pero no sólo de alquiler, sino también de venta. Es una estrategia que ya han seguido en una promoción como la desarrollada por el despacho Peris+Toral en Cornellà de Llobregat, ganadora de varios premios nacionales e internacionales. "Hay que construir todo tipo de vivienda, también libre. No beneficia hacer un monocultivo, especialmente en aquellos barrios donde se quiere revertir la degradación y hacerlos más atractivos", subraya el gerente del AMB. En esta línea, el director del IMPSOL, Josep Maria Morell, sostiene que impulsar vivienda social de venta persigue arraigar a los propietarios en el área donde viven y conseguir una estabilidad que no permite el alquiler con contratos de diez años.
Cerca de medio millón de pisos a rehabilitar
A este propósito se suma la urgencia de rehabilitar un parque de viviendas envejecido, especialmente en aspectos como la eficiencia energética, con inmuebles que no están aislados y que dependen demasiado de la calefacción y el aire acondicionado para tolerar un clima que no es el de hace cincuenta años. La administración supramunicipal calcula que hay 450.000 pisos que deben reformarse en el área metropolitana, donde vive el 43% de la población de Catalunya.
Precisamente, donde más obras de aclimatación se han realizado hasta ahora ha sido en barrios de rentas más altas, donde era más fácil afrontar el gasto y todos los trámites implicados, pero no tanto a otros donde las actuaciones eran más urgentes. Es aquí donde el AMB quiere incidir haciéndolo más fácil para que pueda hacerlo todo el mundo. Con la ayuda de los fondos europeos, se han puesto a disposición de los municipios cerca de 100 millones de euros, con subvenciones de hasta el 80% del coste de las obras y exentas de IRPF, y se han podido rehabilitar casi 7.000 viviendas, "como nunca se había hecho", defiende Torra.
Algunos están en Cornellà, una ciudad donde el 69% de los bloques se construyeron entre los años 50 y 80. En el barrio de Sant Ildefons, se está trabajando para mejorar más de 1.100 pisos, con la voluntad de llegar a unos 3.600. Se están aplicando medidas como reducir el gasto energético en un 45%, instalar ascensores en los inmuebles donde no los hubiese o hacerlos accesibles en aquellos donde había escalones que dificultaban su acceso, ampliar balcones o construir nuevos para mejorar la habitabilidad, o retirar el amianto existente.
Desde el AMB también defienden la rehabilitación de inmuebles en desuso que no están destinados a la vivienda para generar más pisos. Un ejemplo de esto se encuentra en Sant Feliu de Llobregat, donde la tercera y la cuarta planta de un edificio de oficinas se han convertido en más de 30 pisos. Para Borrell, debe ponerse el foco también en edificios patrimoniales o polígonos. "Es una cuestión de futuro", subraya. Un crecimiento que siempre debe acompañar a las promociones con el desarrollo de equipamientos públicos para no llegar a la falta de plazas educativas que se vive en ciudades como L'Hospitalet de Llobregat.