La crisis de la vivienda

Se desploma el número de interesados en alquilar una habitación en Barcelona: ¿por qué es una mala noticia?

La capital catalana registra la mayor bajada anual de todas las capitales del Estado

Una habitación de alquiler en Barcelona en un piso compartido.
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BarcelonaBarcelona es la capital de provincia del Estado que ha vivido una mayor caída del número de interesados ​​por cada habitación de alquiler que sale al mercado. En tan sólo un año, las personas que compiten por alquilar una cámara en la capital catalana ha pasado de 31 a 22, lo que ha igualado la media de toda España. Pero lo que parece un indicador de una reducción de la demanda en el mercado de alquiler de habitaciones esconde una realidad completamente distinta: la pérdida de pisos de alquiler tradicional.

Lo cierto es que, según un estudio de Idealista, esta reducción del 38% del número de personas interesadas por cada habitación que sale en el mercado de alquiler de Barcelona se produce en paralelo a un aumento del 30% interanual de la oferta de habitaciones ya un estancamiento del precio más alto de la un 1% en el último año.

Más habitaciones, menos pisos

El mantenimiento del precio ligeramente al alza indica que la presión de la demanda sigue siendo alta, por tanto, la reducción de la competencia por habitación se explicaría por un aumento de la oferta de alquiler troceada en habitaciones. Y esto tiene un efecto de segunda ronda: la reducción del parque disponible de pisos enteros.

De hecho, esta es una realidad que hace tiempo que pasa en la capital catalana, pero también en otras ciudades de Cataluña, y también en el resto del Estado, ya que el alquiler de habitaciones es una vía para aumentar la rentabilidad de una vivienda: el propietario puede extraer el doble o incluso el triple de ingresos. En Barcelona creció un 30% la oferta, pero en toda España un 24%, lo que el aumento de la oferta de alquiler de habitaciones en una tendencia al alza en todo el Estado.

El crecimiento del número de habitaciones disponible en el mercado no sólo ha distribuido la demanda y, por tanto, reducido el número de interesados ​​por cada cámara anunciada, sino que también ha frenado el aumento de los precios. Si bien en Barcelona el precio medio de una habitación creció un 1%, en todo el Estado se encarecieron más (+5%), hasta los 420 euros mensuales de media.

El incentivo del tope

Pero el caso es que en el mercado de alquiler catalán existe un incentivo añadido para esta migración: desde que Catalunya decidió aplicar en marzo del 2024 el control de precios del alquiler, recogido en la ley de vivienda estatal aprobada el año anterior, el alquiler de habitaciones crece, al igual que el alquiler de temporada, porque estas modalidades han quedado fuera del control.

Sin embargo, hay otra ciudad fuera de Cataluña que presenta una bajada similar a la de Barcelona, ​​con una reducción del 38% de número de interesados: Valencia ha pasado de las 25 personas interesadas de media, a las 18. Por debajo de la media española, y también de Madrid, que se sitúa con 20 personas, más de una re-

Palma, al frente

La capital de las islas Baleares, Palma, es con mucha diferencia en la que la demanda está desfasada. En esta ciudad, tampoco sujeta al control de precios estatal por decisión de su gobierno autonómico, hasta 65 personas se interesan por término medio por cada habitación de alquiler anunciada. Sin embargo, se redujo un 28%. La siguiente en el ranking es San Sebastián, con un 62%.

El resto de capitales catalanas también se encuentran en lo alto de la clasificación: Tarragona es la tercera ciudad con más demanda, con 46 personas –tras crecer un 48% en un año–, seguida de Girona, con 39, al igual que Vitoria. Lleida concentra a 35 personas por anuncio, también muy por encima de las 22 de media españolas.

Los administradores alertan de "prácticas abusivas" en el alquiler de habitaciones

El Colegio de Administradores de Fincas de Barcelona-Lleida (CAFBL) ha manifestado su preocupación por las prácticas abusivas que están proliferando en el mercado de alquiler de habitaciones, que afectan de forma especial a los más jóvenes. Según el colegio, éstas son el cobro de precios desmedidos por estancias que no son habitaciones, atomizar viviendas para explotarlas al máximo, superar el número de ocupantes que puede tener según la cédula de habitabilidad, cobrar honorarios o incrementar la renta en conceptos que no son incrementables o inflar servicios asociados al alquiler de la habitación, como por ejemplo, la limpieza.

"Hacer más caro el alquiler de una habitación equivale inevitablemente a poner obstáculos a la formación y desarrollo personal y profesional de toda una generación", lamentan en un comunicado este jueves.

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