Guardiola, entre un adiós anunciado y un ascenso a la entidad resultante

A.m.
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Jaume Guardiola, conseller delegat del banc català des del 2007, té 63 anys.

BarcelonaJaume Guardiola, consejero delegado del Banco Sabadell, vive estos días una paradoja profesional que ilustra bien lo que se vivirá en los servicios centrales de la entidad catalana en los próximos meses. Porque el financiero barcelonés está entre la jubilación y el ascenso a la nueva entidad resultante entre el BBVA y el Sabadell.

Fuentes financieras han explicado al ARA que hace unos meses Guardiola comunicó al presidente del banco, Josep Oliu, su deseo de abandonar el banco a finales de este 2020 o a comienzos de 2021. Guardiola ha trabajado en el banco catalán desde 2007 y anteriormente había hecho una larga trayectoria en el BBVA que lo llevó a ser número tres de la entidad azul y uno de los banqueros catalanes más reconocidos en España. Pero, según apuntan estas fuentes, este desgaste de estar tantos años en la primera línea lo llevaba a querer irse.

Aún así, voces del sector explican que la actual operación podría alargar la vida profesional a Guardiola. “Es clave en la fusión”, explican fuentes financieras. “Ha estado en las dos casas”, añaden, y su papel podría ser determinante para abordar una fusión en la que no todo lo que se tiene que abordar son los números.

De hecho, algunos medios incluso apuntaban que podría ser el consejero delegado del nuevo BBVA, desplazando al turco Onur Genç. Fuentes oficiales consultadas por el ARA insistían en que las negociaciones no están todavía lo bastante avanzadas como para abordar esta cuestión.

Las otras dudas pendientes

Cuál será el papel de los principales ejecutivos del Sabadell (como Oliu; el director financiero, Tomás Varela, o el director comercial, Carlos Ventura) no es la única duda pendiente de resolución a estas alturas. En las próximas semanas habrá que conocer otros detalles que por ahora son todavía desconocidos.

La gran preocupación de los trabajadores es cuál será la proporción del recorte que se tiene que practicar, especialmente porque ya antes de la fusión el Sabadell preveía reducir plantilla. Resulta clave también saber qué sedes operativas tendrá la nueva entidad, para ver qué capacidad ejecutiva conservará el banco en Catalunya. Y no se sabe cuál será el intercambio de acciones entre el BBVA y el Sabadell para llevar a cabo la operación.

Menos dudas hay respecto a la marca de la futura entidad: en las anteriores operaciones del BBVA en Catalunya, las marcas de Unnim y de CatalunyaCaixa acabaron desapareciendo después de una breve transición de coexistencia con el comprador. En el sector hay coincidencia en apuntar que si al BBVA no le tembló el pulso a la hora de suprimir la marca CatalunyaCaixa -con las connotaciones que tenía el nombre- tampoco tendrá problemas para hacerlo ahora.

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