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El BCE mantiene los tipos al 4,5% pese a la ralentización económica de la eurozona

La entidad bancaria ignora la bajada progresiva de la inflación y el enfriamiento de la actividad, especialmente de Alemania

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Christine Lagarde, presidenta del BCE.

BruselasLa inflación sigue disminuyendo y laeconomía de la eurozona enfriándose, pero el Banco Central Europeo (BCE) ha anunciado este jueves que mantiene sus tipos de interés al 4,5% por tercera vez consecutiva. En este sentido, la presidenta de la entidad bancaria, Christine Lagarde, ha justificado que la tasa del aumento de precios no ha alcanzado el objetivo del 2% que se ha marcado desde el principio, si bien la inflación mantiene la tendencia a la baja.

En esta línea, la dirigente francesa apunta que las "condiciones restrictivas de financiación" que potencian los elevados niveles de los tipos de interés están teniendo los efectos esperados: "frenan la demanda", ha dicho , y, por tanto, "ayudan a reducir la inflación". Según Eurostat, a finales de 2022 se encontraba en el 9,2% y el pasado diciembre ya fue del 2,9%.

De momento, las tensiones geopolíticas del mar Rojo, que han vuelto a encender las alarmas de las autoridades europeas, tampoco han tenido efectos en la evolución de los precios. Lagarde aseguró que están "siendo cautelosos y siguiendo con atención los eventos" y confirmó que los ataques de los houthis contra la navegación civil están incrementando los costes de transporte. Asimismo, ha subrayado que el impacto es "moderado" porque el transporte marítimo sólo representa una fracción del global del transporte internacional.

Además, la entidad supervisora ​​subraya que "la inflación subyacente [el índice de los precios que no tiene en cuenta los elementos más volátiles como la energía y los alimentos frescos] también continúa su tendencia a la baja”. El pasado diciembre registró una tasa del 3,4% en la eurozona, 0,2 puntos menos que el mes anterior.

Tambores de recesión

Uno de los efectos secundarios de subir los tipos de interés por aplacar la inflación es la ralentización de la economía. La Comisión Europea ha alertado en más de una ocasión de que es probable que a corto o largo plazo la eurozona entre en recesión, y uno de los estados miembros que está sufriendo más las consecuencias de las políticas del BCE es precisamente el mayor de la moneda única, Alemania, que el pasado año decreció un 0,3%.

Los datos germanos contrastan con los de las otras tres grandes economías del bloque europeo. Aunque también se están enfriando, registran mejores tasas de crecimiento. Las últimas previsiones económicas de la Comisión Europea calculan que el producto interior bruto (PIB) de Francia creció un 1% el pasado año, el de Italia un 0,7% y el de España, que sigue siendo uno de los estados miembros que impulsa el crecimiento de la eurozona, un 2,4%.

Sin embargo, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, avanzó la semana pasada en el Foro de Davos que es "probable" que la institución no baje los tipos de interés hasta el verano. Este jueves no ha corregido sus declaraciones, pero se ha limitado a decir que "hay consenso en el consejo de gobierno del BCE que es prematuro" discutir una rebaja de los tipos.

Pese al enfriamiento de la economía de la eurozona, Lagarde ha insistido en que el mercado laboral del bloque europeo se mantiene robusto y que el paro sigue en mínimos históricos, al 6,4%. España sigue siendo el estado con la tasa de desempleo más elevada de la zona de la moneda única, un 11,9%.

Los mercados se adelantan a la rebaja de los tipos

Cabe recordar que el aumento de los tipos de interés es una de las herramientas más efectivas de las que dispone el BCE para aplacar la inflación. Encarece el coste para los bancos de pedir dinero y, a su vez, las entidades bancarias lo repercuten en un encarecimiento del crédito subiendo los préstamos que dan a sus clientes. Y, naturalmente, si los créditos son más caros, las familias y las empresas tienen más difícil pedir préstamos a los bancos para consumir o invertir, con lo que cae la demanda y se frena la actividad económica.

En este sentido, los mercados ya prevén que antes que tarde el BCE rebajará los tipos de interés y, por ejemplo, el Euribor (índice al que están referenciadas la mayoría de hipotecas variables en Catalunya) ya se ha relajado y ya cerró diciembre al 3,679%. De este modo, cerró su mayor caída mensual desde febrero de 2009 y confirmó el inicio de la desescalada del precio de la deuda.

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