La crisis de precios

Los carburantes vuelven a empujar al alza el coste de la vida

Los precios de consumo se mantienen planes entre agosto y septiembre, pero crecen un 3,4% respecto a un año atrás en Cataluña

Un conductor poniendo gasolina en su vehículo / ACN
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BarcelonaEl coste de los carburantes y, en menor medida, la electricidad y los alimentos frescos, empujaron al alza el coste de la vida en septiembre, según datos del índice de precios de consumo (IPC, el indicador que mide la evolución de los precios) publicados este viernes por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

En Cataluña, pese al encarecimiento de los combustibles y la factura de la luz, los precios se mantuvieron planos en comparación con el agosto. Sin embargo, respecto al mismo mes de 2022, registraron un incremento del 3,4%.

En cuanto al conjunto de España, la variación respecto a un año atrás fue de una décima más que la media catalana del 3,5%, el mismo dato ya avanzado por el INE el 28 de septiembre. En relación a agosto, la subida fue del 0,2%.

El gobierno español ha recordado, en un comunicado, que España es uno de los "países con la inflación más baja" de la zona euro, algo que se debe a su menor dependencia del gas y el petróleo rusos que las economías del centro y este del continente, así como al tope al precio del gas en el mercado ibérico que durante meses moderó las subidas de la factura de la luz en España y Portugal.

A pesar del optimismo del ejecutivo de Pedro Sánchez, el decano del Colegio de Economistas de Cataluña, Carlos Puig de Travy, ha remarcado que “la inercia alcista de los últimos meses del índice de precios al consumo es preocupante, especialmente de cara a los próximos meses de otoño e invierno”. "La climatología, el complejo contexto geopolítico, la evolución del precio del petróleo y las inercias que en los últimos meses registran determinados apartados no permiten ser muy optimistas con la inflación", ha añadido.

El aceite de oliva lidera los encarecimientos

El incremento del precio del petróleo es uno de los elementos que explican el repunte de los últimos meses del IPC. El encarecimiento del crudo ha tenido un efecto directo sobre el coste de la gasolina y el gasoil, lo que tiene a la vez un efecto sobre buena parte de la cesta de la compra, ya que el coste del transporte se incluye dentro de la mayoría de los bienes de consumo, tales como los alimentos.

En este sentido, a mediados de septiembre los precios de la gasolina y el gasóleo alcanzaron niveles máximos, aunque posteriormente, ya en octubre, se moderaron ligeramente. Por el momento, el gobierno español descarta reintroducir las bonificaciones de 20 céntimos por litro que aprobó en el 2022 con la invasión rusa de Ucrania y que ha mantenido –rebajada primero a 10 céntimos, y ahora, desde el 1 de octubre, a 5 céntimos– sólo para sectores afectados, como transportistas o campesinos.

Sin embargo, el encarecimiento de los alimentos, que fue el motor de la inflación durante la primavera y verano pasados, todavía se mantiene por culpa de las malas cosechas, la sequía y la citada subida de los carburantes, que tiene un impacto directo sobre el coste de los alimentos frescos. El aceite de oliva es el caso más evidente, ya que en septiembre se encareció un 10,1% en comparación con el mes anterior y en un año aumentó un 67% en el conjunto del Estado. La verdura es también uno de los elementos de la cesta de la compra que más subieron. Puig de Travy ha lamentado el "impacto negativo sobre los hogares, sobre todo los más vulnerables" que tiene el encarecimiento de la alimentación.

El inicio del curso escolar el mes pasado también comportó la subida del coste de las matrículas, del material escolar y de los comedores.

Puig de Travy ha defendido la intervención de las administraciones para frenar los elementos más estructurales de la inflación de cara a evitar que se prolongue la pérdida de poder adquisitivo de las familias, a través de "acciones selectivas de protección a los colectivos sociales y empresariales más vulnerables a la inflación".

En el otro extremo, sin embargo, también ha habido casos de abaratamiento. El fin de la temporada turística derivó en el abaratamiento de los precios de paquetes turísticos y del transporte de pasajeros, especialmente billetes de avión y barco. Además, cayeron tanto el gas natural como el butano y el propano, y se hizo notar la evolución del coste de estas materias en los mercados internacionales, en parte por las altas temperaturas registradas en toda Europa, lo que ha reducido el consumo asociado a la calefacción en países donde, en este momento del año, ya se empieza a utilizar.

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