La economía catalana crece cinco veces más rápido que la de la zona euro

BarcelonaEl consumo interno, la inversión empresarial y el crecimiento del turismo fueron los motores de la economía catalana en el segundo trimestre, según datos publicados este viernes por el Idescat, el Institut d'Estadística de Catalunya. De hecho, el producto interior bruto (PIB, el indicador que mide la actividad económica) de Catalunya aumentó a un ritmo cinco veces superior al de la media de la zona euro.

Concretamente, la economía catalana se expandió un 0,9% entre abril y junio, por lo que la actividad económica se situó un 3% por encima del segundo trimestre de 2023. Así, el Idescat incrementa en una décima la variación anual respecto a el primer dato provisional adelantado a finales de julio. Los datos de la economía catalana son, pues, incluso ligeramente mejores que los de la economía española, que creció un 0,8% trimestral y un 2,9% anual, según las primeras estimaciones del Institut Nacional de Estadística (INE) publicadas en julio.

Además, las cifras del PIB catalán contrastan con las del conjunto de los veinte países que comparten el euro, en los que la tasa de crecimiento fue de un 0,2% respecto al trimestre anterior y del 0,6% anual. Es decir, la tasa anual de crecimiento de Catalunya es cinco veces mayor que la del conjunto de la eurozona. También supera con creces las cifras de la Unión Europea (incluyendo a los siete estados que no han adoptado el euro), donde el PIB aumentó un 0,2% trimestral y un 0,8% anual.

Consumo, inversión y turismo

La fortaleza del crecimiento se debe sobre todo a la robustez de la demanda interna. El consumo de las familias aumentó un 0,9% en un trimestre mientras que la inversión de las empresas en bienes de equipo creció un notable 4,1% en tres meses. En comparación con hace un año, ambos indicadores aumentaron un 2,6% y un 5,3%, respectivamente. Por su parte, el consumo de las administraciones públicas se mantuvo plano en el segundo trimestre, pero aun así se situó un 3,9% por encima de los niveles de hace un año.

Cabe destacar que en junio ya se produjo la primera rebaja de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE) después de casi dos años de encarecimiento del crédito. La caída del precio del dinero da más aire tanto a los hogares como a las compañías para pedir nuevos préstamos para invertir o consumir, al tiempo que también reduce las cuotas que deben pagar por los préstamos que ya tienen pedidos, lo que permite destinar este ahorro a otras partidas de los presupuestos o incrementar el consumo en el caso de las familias.

Asimismo, el sector exterior también empujó el carro del crecimiento, muy especialmente la llegada de turistas procedentes de otros países. Aunque el segundo trimestre no es el momento álgido de la temporada (suele ser el tercer trimestre, sobre todo en julio y agosto), el incremento del consumo de extranjeros en territorio catalán fue de un 14,9 % respecto al trimestre anterior y un 13,1% respecto al segundo trimestre del año pasado. Hay que tener en cuenta, además, que los datos que publica el Idescat corrigen los efectos estacionales que puede tener, por ejemplo, que la Semana Santa –un período con bastante actividad turística– caiga en el primer trimestre en un año y en el segundo en otro.

La buena evolución del turismo contrasta con la de las exportaciones de bienes y servicios, que crecieron un 2,3% entre abril y junio (una cifra destacable), pero que siguen por debajo del mismo período de 2023. Este año el sector exterior está sufriendo una moderación después de tres años de fuertes crecimientos con el fin de la pandemia, fruto de las tensiones comerciales entre China y la UE, así como por la ralentización de la economía estadounidense y el crecimiento esclerótico en los países del centro y norte de Europa –sobre todo Alemania–, donde van a parar buena parte de las exportaciones industriales catalanas.

De hecho, la industria es uno de los sectores que menos creció, un 0,6% entre abril y junio, en parte por la desaceleración de la actividad económica en la UE. Los servicios crecieron un 0,9% impulsados ​​principalmente por hostelería, comercio y transporte, mientras que la construcción y la agricultura subieron un 1,4% y un 2,8%, respectivamente.