La falta de 'cláusulas espejo' y los acuerdos comerciales de la UE que los campesinos ponen en el punto de mira

Tanto partidarios como detractores de los tratados de libre comercio abogan por potenciar las 'cláusulas espejo' y garantizar que se cumplen

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Tractores en las puertas de Mercabarna

BruselasUna de las principales reivindicaciones de las protestas del campesinado que en las últimas semanas han llenado las calles de Catalunya y de toda Europa son los bajos precios que se pagan en el sector primario. Y responsabilizan en gran parte los acuerdos de libre comercio de la Unión Europea con países terceros, como los que existen con Centroamérica, Canadá (conocido como CETA), Vietnam o, entre otros, con Chile, que consideran que por lo general hacen bajar la cotización de sus productos. Además, por el mismo motivo, quieren evitar que prospere el tratado de Mercosur y piden mayor protección, sobre todo en España, ante las importaciones que llegan de países como Marruecos.

Este debate, que las protestas de los agricultores han vuelto a poner sobre la mesa, divide a los diferentes grupos parlamentarios de la Eurocámara y los Estados miembros, así como a los diferentes expertos contactados por el ARA. Ahora bien, todas las voces, desde la izquierda hasta los partidos de extrema derecha, coinciden en que es necesario revisar algunas de las condiciones de los tratados y añadir algunas contrapartidas o cláusulas espejo –pedir los mismos requisitos a los productos que se cultivan en la UE que a los que se importan–. O, al menos, garantizar que los condicionantes ya estipulados se cumplan.

En este sentido, el profesor de la Universidad de Barcelona (UB) Enrique Tello explica al ARA que, tras la Segunda Guerra Mundial, se optó por romper la multitud de aranceles y el "hiperproteccionismo" para ir hacia lo que "ahora conocemos como globalización". Ahora bien, desde hace unos años, existe un "cierto consenso internacional, incluso lo dice la propia agencia de Agricultura y Alimentación de la ONU (la FAO), sobre que hay que abogar por la relocalización". "Las realidades son muy diferentes [...] y, en lo que se refiere al medio ambiente, es insostenible. Quizá debamos dejar de tener alergia a poner aranceles y condicionantes", añade el experto.

El portavoz de Friends of Europe, Dharmendra Kanani, también considera que es necesario "controlar más" los productos que importamos y, por ejemplo, asegurarnos de que cumplen los requisitos medioambientales y de calidad. Sin embargo, recuerda que el campesinado europeo ha contado históricamente con la "protección" de la Unión Europea y, por ejemplo, la Política Agrícola Común (PAC) sigue representando cerca del 30% del total del presupuesto del bloque comunitario. Y, además, destaca la competitividad del sector agricultor y ganadero en materia de tecnificación y productividad frente a países terceros, que a priori podrían tener unos costes de producción más bajos.

En la misma línea, el eurodiputado socialista Javi López destaca en el ARA los beneficios de los acuerdos de libre comercio de la UE, especialmente para Cataluña. "Debemos recordar que somos una potencia exportadora y, por tanto, nuestro balance es positivo", contrapone el político catalán, que también recuerda que hay sectores de la agricultura de nuestra casa, como el vitícola, que exportan a todas partes. Además, recuerda que las mismas quejas que tienen los campesinos del Estado con países como Marruecos en cuanto a los precios de producción más competitivos las tienen los agricultores franceses con los campesinos catalanes.

El futuro de Mercosur cuelga de un hilo

La ola de protestas del campesinado ha llegado en plenas negociaciones de la UE con América Latina para cerrar el acuerdo de Mercosur, que Francia ha atascado y que nada hace pensar que deba desbloquearse a corto o medio plazo. De hecho, ésta es una de las principales reivindicaciones de los agricultores franceses. El propio presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha amenazado en más de una ocasión con terminar las negociaciones. Una de las principales preocupaciones de París es la gran cantidad de carne bovina que potencialmente Latinoamérica podría exportar a la Unión Europea, un sector importante para la economía francesa.

Este temor, según indica a la ARA la eurodiputada de Esquerra Diana Riba, también lo tienen el sector vacuno y el de las aves de corral de Catalunya. Además, la republicana critica que estos acuerdos "facilitan" que grandes compañías agroalimentarias "trasladen sus plantas de producción fuera de la UE sólo para aprovecharse de los costes más bajos y de los requisitos más flexibles y que a la hora de la verdad no enriquecen el global del sector primario de ambos lados". En cambio, Junts se ha mostrado favorable al acuerdo de Mercosur a través de un comunicado emitido en las redes sociales y reivindica los beneficios que ha aportado a Cataluña, por ejemplo, el tratado con Canadá (el conocido CETA), si bien también remarca que es necesario que "se incluyan cláusulas que aproximen los estándares sociales, ambientales y sanitarios a los europeos".

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