Gas, luz y alimentos siguen encareciendo el coste de la vida
El IPC crece un 3,3% en España en abril y se aleja de la tendencia bajista del conjunto de la zona euro
BarcelonaEl encarecimiento del gas natural, la electricidad y la alimentación han impulsado de nuevo al alza los precios en España este mes de abril, según los datos avanzados del índice de precios al consumo (IPC, el indicador que mide la evolución del coste de la vida) publicadas este lunes por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Así, los precios de bienes y servicios de consumo de las familias han crecido este mes un 0,7% respecto a marzo, una décima más que la última tasa mensual registrada. En comparación con un año atrás, la subida es del 3,3%, también una décima por encima del crecimiento del mes anterior.
Sin embargo, el IPC subyacente (el que no tiene en cuenta ni la energía ni los alimentos frescos, más volátiles) continuó la moderación iniciada hace unos meses y se situó un 2,9% por encima que en abril de 2023, una cifra cuatro décimas por debajo que la tasa del mes pasado. Es la primera vez que el IPC subyacente se sitúa por debajo del general desde noviembre de 2022.
Según el INE, el incremento del IPC se debe sobre todo al encarecimiento del gas natural "frente a la bajada de abril de 2023", así como de los precios de los alimentos, que también han crecido en un ritmo mayor que un año atrás. Además, aunque la electricidad bajó de precios respecto a marzo, cayó a un ritmo menor que el año pasado, lo que también tuvo un efecto negativo sobre la inflación.
"La estrategia del gobierno estatal de volver de repente a un IVA del 21% en la factura de la luz ha sido arriesgada y está teniendo seguramente un impacto negativo", ha apuntado en un comunicado el decano del Colegio de 'Economistas de Cataluña, Carlos Puig de Travy. En este sentido, el mes pasado el IPC sufrió ya una subida por el final de la rebaja del IVA a la electricidad después de casi dos años recortado al 5%.
En cuanto al precio de los alimentos, Puig de Travy ha dicho que es necesario "estudiar bien qué está pasando en este sector", ya que los precios se mantienen elevados desde hace muchos meses. "Las autoridades deben tomar decisiones urgentes porque el encarecimiento de la cesta de la compra afecta a muchas familias", dice.
En el otro extremo, el abaratamiento de productos de cultura y ocio ha servido para frenar el encarecimiento del coste de la vida. Esta caída de precios es habitual, ya que este año la Semana Santa cayó en marzo y es en este período cuando, a causa de las vacaciones, suele aumentar la demanda y el precio de la oferta cultural, para volver a moderarse el mes siguiente.
Los datos de este lunes son un anticipo de los definitivos, que el INE confirmará, junto con las cifras desglosadas por comunidades autónomas, el 14 de mayo.
Cambio de tendencia respecto a la UE
España fue uno de los países de la Unión Europea con menor inflación durante 2022 y 2023, pero en estos últimos meses la tendencia se ha revertido. "Nos sitúan fuera de la línea que siguen los países de la eurozona, que están en el camino de la moderación", destaca Puig de Travy, quien recuerda que mientras que los precios siguen "subiendo" a España y Catalunya, el resto de 'Europa mantiene una línea descendente de la inflación: en marzo los precios en la zona euro aumentaron un 2,4% interanual.
El Banco Central Europeo (BCE) –al igual que la mayoría de bancos centrales del mundo– se marca como objetivo a largo plazo una inflación anual ligeramente por debajo del 2%. El final a escala global de las restricciones por la pandemia provocó cuellos de botella en la industria y escasez de componentes y materias primas que ya aumentaron los precios a finales de 2021 muy por encima del límite del BCE. En Europa esta situación se agravó con la invasión rusa de Ucrania en el 2022, que disparó el precio del gas natural y el petróleo por la alta dependencia del continente del suministro energético ruso.
Desde mediados del pasado año el IPC ha ido moderando su crecimiento en toda la UE y se acerca a la tasa del 2% deseada por las autoridades monetarias, pero en España se ha enquistado entre el 3 % y el 4% desde enero (con la excepción de febrero, cuando se situó en el 2,8%). Este estancamiento llegó después de una primavera y un verano con una fuerte moderación de la inflación, que en junio llegó a caer puntualmente por debajo del 2%.